Revista Arte

Ladrando bajo la lluvia (reparto social)

Por Peterpank @castguer

¡Reparto social!, ¡abolición del capitalismo!, vuelve la eterna consigna. Digo yo, ¿tenéis algo que repartir?, pues entonces no os privéis, repartid vuestras posesiones, nadie os lo impide. Obviamente esto no sucederá porque quienes abogan por el “reparto”, normalmente no tienen nada que repartir, por tanto tal “reparto” consiste en realidad en la sucesión de dos acciones: arrebatar y repartir. A alguien familiarizado con los fundamentos del estado de derecho, es decir, alguien que tiene algún conocimiento del mundo que le rodea, esta proposición le resulta mas que inquietante. Es así, porque desde una visión no materialista de la realidad, todos tienen derechos, los que poseen y quienes no. Por tanto quien no parte de este planteamiento, subordina la justicia universal a una “justicia particular”, coincidente con los intereses materiales del colectivo al que pertenece. El mismo Proudhon, que afirmaba que la propiedad es un robo, decía que todas las revoluciones habían eliminado los principios modernos y perpetuaban los antiguos. No es de extrañar, si pensamos que el principio rector de las revoluciones, en el mejor de los casos, ha consistido en que un colectivo imponga su idea de justicia, precisamente, aquello que se trataba de erradicar.

La nueva revolución, si queremos escapar del eterno bucle gatopardista, debería de partir de una posición de valores universales en lugar de intereses, es decir, ser una revolución ética, lo cual exige un nuevo concepto de soberanía: la subordinación de todo poder a una disciplina ética. Un poder que una vez instituido será contemplado por las “masas” desde su perspectiva favorita, la sumisión ante una entidad moral superior que es ajena a su voluntad. Les daremos una nueva religión, una nueva sinergia político-moral que prescindirá de posiciones reaccionarias, pues se aprovechará lo existente subordinando la economía a la política y esta a su vez a un poder ético. La constitución de este organismo puede hacerse a partir de un manifiesto que establezca una jerarquía de valores que sirvan de patrón a una nueva humanidad, hablamos del paso de súbdito al de Hombre. Este poder puede estar representado por un “consejo ético”, formado por personas cuya trayectoria vital porte los valores fundamentales que habrán de garantizar. El consejo ético supervisaría la idoneidad, comportamiento y propiedades de los representantes políticos e integrantes de los medios de comunicación, y tendría la facultad de inhabilitarlos unilateralmente. Esta es la labor de los nuevos revolucionarios y de los sabios en quienes deleguen, los detalles, la política, quede para el pueblo.

CAVE CANEM


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