Revista Cultura y Ocio

Las Cinco Canciones de Alex (III): “Heaven and Hell” (Black Sabath)

Publicado el 19 octubre 2016 por Raúl Rn

¿Pero por qué pones la música tan alta? La de veces que habré oído esa pregunta, desde luego retórica porque mi madre, en realidad, nunca esperaba a que le contestara. Cuando conseguías un volumen miserable aún había que soportar los paseítos de mi madre y de mi hermana por delante del radiocasete; cada vez que eso sucedía, una o la otra bajaban un poquito el volumen, entonces me levantaba y lo subía, ellas lo volvían a bajar y volvían a hacer la misma pregunta. Seguro que vosotros también habréis pasado por situaciones así; por lo menos Alex tenía un buen equipo de música y ¡podía subir el volumen hasta el 5! Que alguien me explique cómo puede escucharse "Heaven and Hell", una de esas canciones frontera entre el hard rock y el heavy metal, como si fuera un susurro o como quien oye una melodía de ascensor. Así que, ya sabéis, subid el volumen y disfrutad con esta maravilla de Tony Iommi cantada por Ronnie James Dio, de lo mejorcito de Black Sabath. Alex ha querido titular este recuerdo como "Heaven and Hell, días de vinilo / Transylvania, días de radio".

"Cuando tenía alrededor de 10 u 11 años mis padres, hartos de tanto oírmelo pedir, compraron por fin un equipo de música serio, un SABA que sonaba como si los mismos Dioses del Rock lo hubieran ensamblado pieza a pieza. Atrás quedaban los pequeños radio casetes y las cintas regrabadas. Para mi comenzaba la era del vinilo. Gloriosa y mítica, poblada de héroes melenudos armados de guitarras, bajos, baquetas, teclados, micros...

A lo largo de aquellos años cientos, seguramente miles, de canciones se deslizaron bajo la aguja de aquel tocadiscos. Fueron horas y horas en el salón de la casa familiar escuchando una y otra vez joyas que, por supuesto, aún conservo.

Y cuando Raúl me pidió destacar cinco canciones de mi vida, supe que tendría que escoger alguna de aquellas con las que tanto disfruté en aquel equipo cuya rueda de volumen mis padres no me permitían subir más allá del cinco. Pero, de entre tantas, ¿cuál? En un principio pensé en Transylvania de Iron Maiden que sirvió de sintonía para mi programa de radio durante muchos años, pero luego me quedé con la impresionante Heaven and Hell porque un recuerdo muy ligado a esa canción me sitúa allí, frente al equipo, tocando una guitarra imaginaria, absolutamente transportado a un escenario fabuloso, convertido en la estrella de Black Sabbath... ¿Y quién puede olvidar haber sido, aunque solo fuera en un sueño, el mismísimo Tony Iommi?"


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