Revista Cultura y Ocio

Las Cinco Canciones de JakeSnake (III): “Think about you” (Guns N’ Roses)

Publicado el 26 abril 2017 por Raúl Rn

Hoy más que nunca, estaría bien contar con los comentarios de las chicas en relación al tema planteado por JakeSnake. Tal vez algunas de vosotras intentéis convencernos de que siempre os han gustado los chicos tranquilitos y bien educados, los que sacaban buenas notas en clase, los que no fumaban y los que trataban a las chicas con educación y dedicación; pero, por qué será que nunca he conocido a nadie, con este perfil, que haga estragos entre las mujeres, y más a los dieciséis años. Si en la entrada anterior Jake nos contaba cómo se resistió al "bakalao", hoy hace lo propio con el grunge, sobre todo desde que entraron en escena los potentes Guns N' Roses y su carismático líder, Axl Rose. "Think About You", el tema elegido por JakeSnake, fue escrito por el guitarrista Izzy Stradlin y pertenece a uno de los mejores álbumes de los estadounidenses: "Appetite for Destruction" (1987).

"Recuerdo, como si fuera ayer mismo, la tarde en la que mi madre, ante mi negativa a acompañarla al hipermercado para realizar la compra, me convenció mediante la promesa de comprarme un CD. Inmediatamente acepté el soborno, Ella me conocía mejor de lo que nadie me conocerá jamás. Por favor, no penséis que era un mal hijo, tan sólo que tenía 16 años y temía que algún compañer@ de instituto me sorprendiera en tan "embarazosa situación". Mi reputación de rebelde oficial de clase podía irse al garete fulminantemente si era descubierto...

Y es que esa era seguramente mi máxima preocupación en aquel momento, ser un malote. Porque desde bien temprano comprendí que ellas se sentían irresistiblemente atraídas por el tipo malo, que se derretían por el chico salvaje e impulsivo que aparenta una seguridad aplastante en sí mismo y que muestra una total indiferencia por todo lo que le rodea; excepto él mismo, claro.

En este sentido, quizá nunca logre entender ese magnetismo femenino hacia el tipo duro, la contradicción en la que ellas suelen caer al desear al granuja que representa todo lo contrario a lo que predican, la irreprimible erótica que sienten hacia el macho alfa que va por libre y se sienta en la fila de atrás, pero lo cierto es que funciona, es casi un hecho demostrado científicamente. Pudiera decirse pues, que la principal motivación que me movía era aparentar ser un rebelde, sin moto pero con causa, la de ligar 😉

Visto desde la perspectiva que otorga la lejanía más de 20 años después, dejarse los pelajos largos, llevar chaqueta de (semi) cuero con 35 grados a la sombra, mostrar una permanente actitud interesante (o sea, ceño fruncido y cara de dolor de estómago crónico) y provocar día sí día también al profesor para ganarse la atención general, bien pudiera parecer una completa sandez, pero en aquel momento era casi una forma de vida.

Mi particular sublevación hacia todo lo que no fuera yo mismo, como no podía ser de otra manera, también incumbía a la música. Porque cuando la inmensa mayoría, súbitamente, se convirtió a la religión Grunge con Kurt Cobain como único y todopoderoso Dios renunciando flagrantemente a sus divinidades anteriores, yo preferí seguir profesando la doctrina Hard Rock. Tan sólo me faltaba una figura a la que aferrarme para que interpretara el rol antagónico respecto a Cobain y así concretar mi personal insurrección: Bon Jovi, Ozzy y Joey Tempest aparentaban ser demasiados endebles y, sobre todo, estaban muy manidos frente a la imponente y fresca imagen del Rey de Seattle, mientras que Bruce Dickinson, Michael Kiske o Eric Adams resultaban bastante desconocidos para la mayoría.

Fue entonces cuando, de repente, apareció en mi vida Axl Rose en el videoclip de " Sweet child o´mine ". Era exactamente lo que andaba buscando, esa estética, esa arrogancia, esa voz, ese carisma. Comprenderéis entonces que el CD que elegí aquella tarde en el hipermercado fuera "Appetite for destruction", un álbum que devoré con una avidez demencial, obsesiva, casi alucinógena, hasta el punto de emplear los siguientes 6 meses de mi vida escuchando única y exclusivamente esta obra magna sin parangón.

Cortes más conocidos como " Paradise city", " Welcome to the jungle" o " Rocket Queen" junto con el mencionado "Sweet child o'mine" fueron los que más alcance mediático obtuvieron permitiendo la supervivencia del Hard Rock en tiempos favorables a lo alternativo, siendo además, los grandes responsables de derrocar la comercialidad rockera de la segunda mitad de los ochenta en favor de un estilo más callejero, salvaje y macarra. Sin embargo yo siempre sentí una especial inclinación a otros temas menos renombrados como " It´s so easy", " Nightrain" o " You´re crazy". De entre todas, me quedo con "Think about you", porque fue (aún lo sigue haciendo) la que más violentamente voló mi cabeza adolescente, porque -junto a " Kickstart my heart"- es la canción que más veces he cantado junto a mis amigos en un perfecto y etílico spanglish y sobre todo, porque quizá sea el final de canción -esa doble voz de Axl y ese conmovedor " youuuuuu only youuuuuu "- más acojonante que yo haya escuchado nunca".


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