Revista Cultura y Ocio

Las Cinco Canciones de Pedro (III): “Sultans of Swing” (Dire Straits)

Publicado el 01 marzo 2017 por Raúl Rn

"Sultans of Swing" tiene el honor, a día de hoy, de ser la canción que más veces ha aparecido en Las Cinco Canciones de tu Vida; la eligió Juanlu, volvió a hacerlo Antonio y ahora es Pedro quien la ha seleccionado para formar parte de este selecto grupo. Ha querido que sea la canción que represente su juventud en Vitoria, su ciudad natal, un lugar donde las cervezas tienen un tamaño aún más pequeño que el del antiguo "corto" madrileño. La primera vez que Pedro me llevó a los bares de Vitoria, "de potes" como dicen allí, no podía comprender por qué unos tíos tan vascos (bueno, en Vitoria un poco menos ...) bebían unos tragos de cerveza tan pequeños. Esa fue la pregunta que me hice cuando entré al primer bar; cuando todos pidieron "zuritos", yo no lo dudé y pedí una caña, aquello me pareció ridículo. Nos tomamos la cerveza, salimos del bar y entramos en el de al lado; ellos volvieron a pedir zuritos y yo caña. La operación se repitió muchas veces en aquellos bares pequeños y pegados unos a otros. Al cabo de unas cuantas cañas comprendí por qué bebían zuritos: tenían la intención de recorrer todos los bares, y os puedo asegurar que eran unos cuantos; evidentemente, como os podéis imaginar, acabé cambiando de estrategia y me apunté al trago corto. Os dejó con esta maravilla de canción, en la versión del "Alchemy", la favorita para muchos de nosotros.

"Vitoria es una ciudad pequeña. En los últimos 70, en realidad, un pueblecillo. Allí nos conocíamos todos y entre los "diesisietesañeros" estaba de moda ir a la "zapa" (calle Zapatería), que es una calle estrecha e intrincada del casco viejo, donde habían abierto varios "baretos", en los que nos juntábamos los chavales a intercambiar miradas con las chicas, y a tomar nuestras primeras cervezas. Unos bares distintos, modernos. Como ejemplo, en uno de ellos daban zuritos de Kéfir, una cosa que nunca había oído, y en otros hasta ponían música.

Un día, en el extremo de la zapa, abrieron un nuevo local, que tenía una novedad, también ponían música, pero a todo trapo. Al parecer, un joven vitoriano que paso una temporada, probablemente en Londres, se trajo la idea, y un montón de discos. Se fabricó un equipo, ya sabéis un buen amplificador y unos bafles caseros tamaño XXL, y aquello sonaba de vicio, como un cañón. Podías escuchar allí, en canciones conocidas, matices ocultos hasta entonces.

Había dentro del bar unos cojines, contra la pared, que estaban supercotizados. Había que tener suerte para pillar un hueco, y con una cerveza en la mano, y con un humo con un tufillo muy característico, sentarte allí y alucinar un rato. Yo solía ir con mi amigo Nacho. Éramos inseparables. Después, a él le dio por el jazz, y se convirtió en un verdadero experto.

Una de los primeros temas que ponían allí con frecuencia era "Sultans of Swing". Cómo sonaba aquello. Esa guitarra. Qué grupo tan bueno, y sobre todo ese tío, un tal Mark Knopfler, cómo tocaba, y los comentarios de la gente, "creo que toca sin púa", y "creo el disco lo ha compuesto entero en una tarde" ... Pero no teníamos google para comprobarlo.

Siempre que escucho "Sultans of Swing" me recuerda al bar musical "El Abuelo", un adelantado a su tiempo, que nos hizo descubrir a muchos muchachos de mi pueblo una nueva dimensión del rock".


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