Revista Cultura y Ocio

Las defensas. Gabi Martínez

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Las defensas. Gabi Martínez
     "Respira y come. Nadie ha sugerido que debamos limitarnos a eso pero todos los de esta mesa respetamos la coordenada. Respira y come. Se trata de superar un día más."
     Visto el autor y la cubierta del libro, lo cierto es que no tenía nada claro lo que podía encontrarme. Pero al abrirlo y leer un par de párrafos al azar, algo me dijo que merecía la pena. Hoy traigo a mi estantería virtual, Las defensas.
     Conocemos a Camilo Escobedo, médico, que nos contará en primera persona qué le sucedió al sufrir una enfermedad mental. Nos relatará su conocimiento de la enfermedad y cómo reconoce los síntomas, ya que justamente esa era su rama laboral, su especialidad... hasta que deja de reconocerlos, ya que este es el libro de una lucha.
     Gabi Martínez es un escritor de no ficción. Y uno realmente bueno. Por eso me llamó la atención que se lanzara con una novela tan compleja. Sin embargo, él lo explica en las primeras páginas del libro. En realidad es un libro de ficción que esconde una historia de no ficción, la que le relatara al autor un neurólogo llamado Domingo Escudero. Así Camilo es la parte inventada de la historia real de un hombre que se dedicaba al estudio del sistema inmunitario y cayó enfermo, un hombre que enfermó por aquellas causas que estudiaba y que luchó y relató su enfermedad a un escritor de no ficción que decidió hacer suya su historia y novelarla, pero no demasiado. Todo eso es Las defensas y, cuando uno comienza a leerlo y es Gabi Martínez quien toma la palabra, aunque sea el autor del libro completo, aquí se permite ser él quien se dirige directamente al lector, comprende perfectamente lo que tiene delante. O eso cree, porque este libro es mucho más que una enfermedad.
     Siempre he pensado que perder la cabeza ha de ser aterrador. Y leyendo este libro creo que he confirmado el temor. Gabi utiliza un estilo directo que destila una sensación de honestidad en cada palabra difícil de conseguir. El testimonio de su protagonista, por poner un ejemplo, ya en tratamiento, cuando entra en el despacho médico para realizar unas pruebas cuya duración conoce, es casi escalofriante. Y no lo es porque las pruebas sean cruentas, no. Lo es porque el protagonista es consciente de que si las pruebas han durado menos, es porque no ha superado el nivel necesario para seguir avanzando en ellas. Y esa consciencia es casi dolorosa, como también lo es ver cómo se consuela buscando signos reconocibles de enfermedades mentales en otros pacientes, como si esa rutina laboral a la que ha dedicado su vida, fuera un saliente al que agarrarse y no perderse en ese abismo insondable que puede ser una enfermedad mental. Pero no es la única parte escalofriante de una novela que tiene mucho de humano, ya que el ser humano, no nos engañemos, puede ser escalofriante. Nos habla de la vida, del amor y las consecuencias de un fracaso amoroso y también de la otra vertiente de la vida, la laboral, y de la jungla en que puede convertirse, entrando sin rodeos en hostigamientos y menos precios que pueden ser insoportables para muchas personas. Sería esta, por lo tanto, una lectura sobre la vida y sobre cómo tenemos que defendernos de ella para mantener la cordura y también de cómo el propio cuerpo se rebela contra nosotros para que la perdamos. Eso es justo lo que le sucede a Camilo, lo que le sucediera a Domingo. Y Gabi, receptor y contador de la historia, opta por no convertirla en una historia de héroes aunque, cuando cerramos el libro, tengamos muy claro que su protagonista lo es. A su modo.
       Las defensas ha resultado una revelación. Es cierto que comienza con pausa, que el autor no fuerza la complicidad de un lector al que opta por explicarle tal vez demasiado en su búsqueda de que comprenda cada parte y cada punto, pero también lo es que la historia tiene el interés suficiente como para que el ritmo aumente debido a nuestras ganas de saber qué sucede; consigue implicarnos. Me ha gustado, me ha parecido muy interesante. Y Gabi Martínez lo hace bien. Muy bien.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

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