Revista Libros

Las hojas de Julia, de María Jeunet

Publicado el 05 mayo 2015 por Eldevoradordelibros
Las hojas de Julia, de María JeunetCuando Julia Olsen es una niña, una bruja de feria le dice que conocerá al hombre de su vida antes de cumplir los treinta. De"él", la adivina solo le cuenta que será alguien con una marca en el rostro. 
Los años pasan y la protagonista, al borde ya de los veintinueve, aún no ha encontrado a la pareja de sus sueños. Aunque en lo profesional le va genial, en lo sentimental sigue a la espera de que esa media naranja aparezca: todas las relaciones que ha tenido han sido un auténtico desastre.
Sin embargo, las cosas parecen cambiar cuando Will McAvoy, un nuevo compañero de trabajo, se incorpora a la oficina. Por él se sentirá muy atraída, iniciándose una lucha entre su corazón y la razón. Y es que la única pega que tiene el chico es que no tiene ninguna señal en la cara: lo suyo está condenado al fracaso por mucho que se gusten, y Olsen bien lo sabe.
Este es el argumento de Las hojas de Julia, de María Jeunet, una novela que no me ha atrapado. ¿Y dónde está el principal fallo? En lo perfecto que es todo. Hay algunas reacciones de personajes que no me parecen convincentes. Es un ejemplo claro el comportamiento de la propia Julia, que actúa casi todo el tiempo como si tuviese quince años en vez de treinta. Lo romántico es el motor de la historia y tampoco es coherente. Es de esos amores a primera vista, no muy elaborados, que roza lo cursi. Además, los poquitos diálogos que hay no son naturales. También creo que la autora se detiene demasiado en cosas que no aportan nada, como el día a día de la joven en la oficina.
Sí que me ha parecido buena la ambientación de los lugares a lo que viajan los protagonistas: trabajan para una empresa que elabora paquetes vacacionales de lujo. Así, París es de nuevo un escenario clave: la ciudad de amor no podría faltar en esta novela que peca, para mi gusto, de ser demasiado dulce y de falta de consistencia. Para mí, el debut literario de María Jeunet, al que le sigue La foto de Nora, ha sido un libro más que sumar al montón. 

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