Las horas del silencio (Marta y Rafael Martín Masot)

Datos técnicosTítulo: Las horas del silencioAutor: Marta y Rafael Martín MasotEditorial: Roca EditorialFecha de publicación: 10 de Septiembre de 2015SinopsisUn secreto familiar que recorre la historia de España durante la última mitad del silglo XX. La lucha desesperada de una mujer por encontrar a su hija, robada en una cárcel franquista.Verano de 1966. En alguna ciudad del sur de España, Ana Gaitán, marquesa de Ganianza, le devuelve al obispo Damián Belmonte un reloj que este olvidó en el dormitorio de la dama treinta años atrás, cuando el obispo, entonces un cura, se protegía de un Madrid en plena Guerra Civil. Ana Gaitán se presenta de nuevo para pedirle un favor: deberá encandilar a su cuñada Teresa Valdeolivas, a pesar de que la pasión que Ana siente hacia el antiguo cura ha vuelto a despertar.1917, Barranca de las Paveras. Paula Belmonte ha nacido con una malformación en las piernas. Sus padres son unos campesinos analfabetos y el pueblo está dominado por la superstición. El pequeño Damián, de seis años, no deja de preguntarse por qué su hermana ha nacido así.
AutorRafael Martín Masot (Granada, 1989) es licenciado en Medicina y médico residente en pediatría. A los catorce años publicó su primera novela, Abulagos, y en 2006 La luna eclipsada.Marta Martín Masot (Granada, 1993) es estudiante de Magiserio y esta es su primera novela.Opinión personalSupe de este libro por un mail que me llegó de una entrada de Eva, administradora del blog La historia en mis libros, y en ese mismo momento quedé prendada: dos hilos temporales, un historia de amor entre un cura y una republicana, una niña discapacitada... tenía todos los ingredientes para que fuese un novelón. Leí una muestra antes de su publicación y las ilusiones se derrumbaron como un castillo de naipes: por un lado, lo de una novela escrita a cuatro manos no me hace mucha gracia, pero aquí se notaba mucho la diferencia entre un estilo y otro; por otro, la forma de escribir me parecía muy poco natural, demasiado artificiosa y engolada, como si quisieran demostrar algo que, para mí, no era necesario.El libro lo leí porque estaba gratis en la plataforma de Nubico y, fundamentalmente, porque no quería quedarme con las ganas: si había tenido un flechazo, quería ver si nuestro amor continuaba o quedaba en un idilio de un solo día. La historia de la novela es muy buena, pero los autores no han sabido explotarla lo suficiente: un quiero y no puedo que me ha dejado una sensación casi de vacío absoluto. Pensaba, mientras la iba leyendo: «esta historia, en manos de la Garnica, por poner un ejemplo, hubiera sido una auténtica gozada, y los hermanos Martín Masot se quedan en la superficie sin profundizar»De acuerdo que hay capítulos, sobre todo los del pasado, en que la historia remonta, porque la ambientación es buena (podríamos calificarla incluso de costumbrista en muchos sentidos) y los hechos que nos van contando son muy atrayentes, pero hay otros, sobre todo cuando se saltan años enteros de la vida de los personajes (y quedan como «planos vacíos») en que nos quedamos con ganas de más, para poder comprender todo el conjunto. Pero lo que me descolocó del todo cuando cerré el libro es que Paula sea mencionada en la sinopsis, como si fuese a ser un personaje protagonista en la novela, y ¡aparece tres veces!. Por favor, no nos vendan algo que no existe y que no es real.Lo peor del libro para mí, sin duda alguna, ha sido la utilización de un vocabulario que, en ocasiones, se pasa de exquisito: por ejemplo, si puedes emplear «muy pensativa», no utilices «cogitabunda», porque la mayoría de los lectores vamos a terminar yendo al diccionario y eso nos va a ralentizar la lectura; y no os digo nada cuando leí «conticinio» (que según la RAE es la hora de la noche en que todo está en silencio). Que no digo yo que no esté muy bien tener un vocabulario cuidado y utilizar muchos sinónimos, pero de ahí a pasarnos, media un abismo. Podría seguir, pero la mayoría de vosotros habéis visto todos estos «cultismos» en Twitter y no voy a repetirlos, porque, sinceramente, no los voy a utilizar en ningún momento en mi vida diaria.Sin embargo, sí me ha gustado cuando han utilizado palabras que ya se están perdiendo o están en desuso, o bien son exclusivas de algunas regiones españolas.El final, para mi gusto, muy precipitado, y sin que lo vivamos en primera persona: nos enteramos por conversaciones entre los personajes.Y hablando de personajes: son lo mejor de la novela y son los que sustentan esa historia que no ha terminado de eclosionar. Daniel Belmonte, el obispo sin vocación, Ana Gaitán, la hija de un anarquista que tuvo una relación en su juventud con el religioso y ahora vuelve a su vida, y, sobre todo, Teresa Valdeolivas, la cuñada de Ana, que es el mejor para mi de todos; en ella vemos reflejados todos los defectos que puede tener un ser humano y algunos que no sabíamos ni que existían, desde la envidia hasta el odio, pasando por la soberbia y la maldad. No puedo dejar de mencionar a sus dos amigas, Verónica e Isabel, dos solteronas beatas y amargadas, que hacen santa a la madrastra de CenicientaResumiendo, que dice el Maestro: un libro que, aunque no lo parezca, me ha gustado, pero que me ha dejado a medias (posiblemente porque llevaba las expectativas demasiado altas o, quizás, porque estoy acostumbrada a las historias de la Garnica; ya sé que las comparaciones son odiosas, pero permitidme esa licencia), que no me atrevo a recomendaros abiertamente como otros, pero sí que sé que a algunos de vosotros, que sois más de personajes y de ambientación que de historias, os puede resultar muy atractivo. Valoración 7,5
Leído el 11 de Septiembre de 2015