Las leyes se cumplen siempre en democracia

En Cataluña se está produciendo un auténtico golpe de Estado y el gobierno responde a esa agresión suprema sin proporción, con miedo disfrazado de prudencia, sin cortar de raíz la grave amenaza y lo que es peor, incumpliendo la Constitución, que ordena claramente la defensa de la nación. --- Los antiguos romanos decían que "Si quieres la paz, prepara la guerra"; los ingleses afirman que pretender mantener la paz con deshonor conduce inevitablemente a la guerra; los españoles siempre hemos afirmado que no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos. Son afirmaciones cargadas de sabiduría que han resistido el paso de los tiempos y aconsejan anticiparse e intervenir antes de que sea demasiado tarde y la guerra nos envuelva en su manto de sangre.

Reproduzco un párrafo del discurso pronunciado por el presidente JF Kennedy, cuando mandó a la guardia nacional a hacer cumplir las leyes raciales en los estados del sur. Tanto la decisión de mandar la guardia para cortar el brote de raíz como el contenido del discurso deberían ser un ejemplo para el pusilánime Rajoy y su gobierno.

El discurso parece escrito para condenar a los totalitarios independentistas catalanes, a los que recuerda que las leyes, en democracia, se cumplen, aunque no se esté de acuerdo con ellas.

"Los estadounidenses son libres, en resumen, de estar en desacuerdo con la ley, pero no de desobedecerla. Pues en un gobierno de leyes y no de hombres, ningún hombre, por muy prominente o poderoso que sea, y ninguna turba por más rebelde o turbulenta que sea, tiene derecho a desafiar a un tribunal de justicia. Si este país llegara al punto en que cualquier hombre o grupo de hombres por la fuerza o la amenaza de la fuerza pudiera desafiar largamente los mandamientos de nuestra corte y nuestra Constitución, entonces ninguna ley estaría libre de duda, ningún juez estaría seguro de su mandato, y ningún ciudadano estaría a salvo de sus vecinos”.

La rebelión de los independentistas catalanes se ha tornado muy peligrosa porque sus dirigentes ya han cruzado la línea roja y están fuera de la ley. Son forajidos a los que sólo le quedan dos salidas: huir hacia adelante, hasta el final, pase lo que pase, o caer en manos de la Justicia y pagar por lo que ya han hecho, que no es poco, afrontando en los tribunales delitos como los de malversación, desobediencia y sedición, entre otros, penados con cárcel.

Esperar a que los desesperados y acorralados aprieten el botón del explosivo es ridículo. Hay que pararlos antes de que nos envuelvan a todos en su desesperación.

Francisco Rubiales