Revista En Femenino

Las mastitis durante la lactancia

Por End0rfina
La mastitis es una experiencia dolorosa y frustrante, y motivo de abandono de muchas lactancias. Pero desde aquí quiero animaros a seguir con el pecho a todas aquellas que estéis pasando por una mastitis, o estéis leyendo para prepararos para la lactancia materna, La leche del pecho afectado no tiene ningún efecto perjudicial en el niño y los beneficios de la lactancia materna compensan el dolor y las molestias. 
Las mastitis durante la lactancia
¿Qué es una mastitis?
Se trata de una inflamación de los lóbulos mamarios por retención de leche, acompañada o no de infección, generalmente bacteriana. Cuando esto último ocurre,la bacteria que suele ser responsable es la llamada Staphylococcus Aureus
¿Por qué ocurre?
Normalmente ocurre por un defecto en el drenaje de la leche. Suele ocurrir en las primeras 12 semanas, pero puede ocurrir en cualquier momento de la lactancia. Por ejemplo si el bebé ha estado mamando mucho, pero de forma más o menos brusca toma menos pecho, puede originar una obstrucción que acaba infectándose. Puede ocurrir con la introducción de la alimentación complementaria, si el bebé está enfermo y come menos... por ello no se recomienda destetar de forma brusca, si no de forma progresiva.
Los cuadros de ingurgitación y de obstrucción de un conducto lácteo, no tratados o con un tratamiento inadecuado, así como las grietas en el pezón, son factores predisponentes a la mastitis.
La asociación de grietas del pezón y mastitis se cree que produce por una mala posición del niño al pecho, que succiona el pezón en vez de la areola, lesionándolo e impidiendo una extracción eficaz de la leche, lo que predispone a la retención de la leche y a la ingurgitación. A su vez, la grieta en el pezón puede ser la puerta de entrada de los gérmenes para producir la infección en la mama.
¿Qué síntomas tiene?
Suele iniciarse de forma repentina. Se manifiesta por dolor intenso, enrojecimiento, dolor, aumento del tamaño del pecho, induración... en un cuadrante de la mama. Se acompaña de síntomas generales que recuerdan a una gripe: fiebre, escalofríos, malestar general, cefaleas, dolores musculares y articulares, cansancio...
Las mastitis durante la lactancia
¿Se puede dar pecho?
La leche del pecho afectado no tiene efecto perjudicial en el bebé, al contrario, el vaciado del pecho es fundamental en el tratamiento como veremos. De todos modos, cuando hay una mastitis la leche adquiere un sabor algo más salado, por lo que algunos bebés pueden rechazar el pecho. Si es así, sigue ofreciendo los dos pechos sin insistir, y no te preocupes si tu hijo solo toma uno; rápidamente aumentará la producción en el pecho bueno, y no se quedará con hambre.
Los antibióticos que se emplean para tratar la mastitis tampoco están contraindicados con la lactancia. Si te dicen que tienes que dejar de dar el pecho durante unos días, o que sólo debes dar el pecho bueno,se equivocan.
¿Cómo se trata?
No se debe suspender la lactancia materna. Es muy importante el vaciado frecuente, por el bebé mediante tomas frecuentes o mediante extracción manual o con sacaleches. Idealmente lo mejor manera de drenar el pecho es el bebé, es el mejor sacaleches. Dejar de mamar podría empeorar las sintomatología, pudiendo incluso aparecer un absceso (acúmulo de pus).
Conviene aplicar calor local antes de las tomas (mediante compresas tibias o sumergiendo el pecho en agua tibia) para facilitar la salida de la leche.
Antes de poner el bebé al pecho, conviene extraer un poco de leche, para disminuir la tensión de la areola, de forma que quede blando para facilitar la salida de la leche.
Si hay mucho dolor, conviene ofrecer primero el lado sano para que se ponga en marcha el reflejo de eyección y el bebé pueda después extraer la leche de la mama afectada con mayor facilidad.
Se debe colocar al bebé de forma que su lengua facilite el drenaje del conducto (la zona del pecho que mejor se vacía es la que queda en contacto con la lengua) y realizar, durante la toma, un masaje suave de la zona afectada, moviendo el pulgar por encima del bulto, en dirección hacia el pezón,para garantizar el drenaje completo. Si el bebé no vacía bien el pecho, hay que terminar de extraer la leche con un sacaleches.
Lo ideal es que después de la toma o la extracción el pecho quede blandito.
La aplicación del frío local (compresas de gel frío o bolsas de hielo) entre las tomas, alivia el dolor por su efecto antiinflamatorio. Los analgésicos-antiinflamatorios pueden ser necesarios (ni el paracetamol ni el ibuprofeno están contraindicados en la lactancia) y en algunos casos también el tratamiento antibiótico. El reposo en cama puede ayudar a la mejoría.
¿Cómo se previene?
Mediante el vaciamiento correcto de la mama para evitar así la retención de leche. No se deben usar ropas que compriman el pecho, y si existe obstrucción de un conducto, tratarla de forma precoz y corregir la postura del amamantamiento.
¿Cómo diferencio una obstrucción de una mastitis?
La obstrucción, como su nombre indica, es la obstrucción de un conducto galactóforo. Aparece un bulto duro y doloroso, que generalmente suele localizarse en el cuadrante superior externo de la mama. Puede acompañarse de febrícula, pero a diferencia de la mastitis no cursa con fiebre ni con síntomas gripales. Así mismo, no suele haber signos inflamatorios, aunque a veces la zona puede estar un poco roja.

Volver a la Portada de Logo Paperblog