Las mejores bombas de la Barceloneta | La Bodega Peninsular

Categoría: España, Pendoneando, ¿Dónde comer?
Etiquetas: barceloneta ~ bomba ~ especialidad gastronómica ~ tapas
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La Peninsular es una bodega agradable, pequeña, limpia, y aunque es moderna y decorada con motivos que ayudan a un guiri a hacerse fotos de aquellas que hablan por sí solas de la localización donde han sido tomadas, no tienes la sensación de estar en uno de los tantos locales de la zona, que parecen hechos con molde. La chica que me atendió era muy, muy amable, simpática y en ningún momento me hizo sentir mal por pedir sólo una bomba y una copa de vino.

Por lo que he visto y probado, podríamos decir que, hoy por hoy, una de las primeras categorizaciones que se pueden hacer de esta tapa es bomba rústica Vs bomba gourmet. No quiero decir con esto que una categoría sea objetivamente superior a la otra. Todo va a gustos. La rústica diríamos que es menos trabajada estéticamente hablando y sin ningún tipo de elaboración extra, querida, para distinguirla en este sentido.

La de la Peninsular es más rollo gourmet. La patata del interior está todavía un poco entera y es muy melosa, como si hubiera sido un poco confitada, cosa que me gustó mucho, porque la mayoría de bombas que he ido probando son bastante secas, en este sentido. El corazón está relleno de carne y un poco de chorizo picado sofritos. Es muy sabroso, generoso, pero sin llegar al punto de pasarse, por aquello de querer deslumbrar a la peña con mucha "chicha". Encontré que el detalle del chorizo, no sólo la diferenciaba una vez más de otras bombas, sino que también, al haber sido sofrito con la carne, la hacía menos seca, gracias a la pizca de grasa que aporta. El alioli es bastante suave y la salsa picante lo es, pero tampoco algo exagerado, aparte que, como que te las ponen por encima y no en cantidades exageradas, se puede retirar fácilmente, en caso de que sólo quieras el puntito de lo que queda impregnado en el rebozado. El rebozado es de capa fina y el tamaño general de la bomba es media tirando a grande. Me costó 2,70 euros.

Es de las más carillas de la zona, pero teniendo en cuenta que era también de las mejores que he probado, el tamaño, la amabilidad, el hecho de que tuvieran varias opciones de vino en copa, (lo que no ocurre en todos los locales de la zona) y que el lugar era muy agradable, me parece que hacen que valga la pena hacer una excursión allí.