Revista Deportes

Las Olimpíadas en el Mundo Antiguo: una simulación virtual entre el profesionalismo y la desnudez.

Publicado el 22 agosto 2017 por Hugo Rep @HugoRep

Este artículo, que fue expuesto originalmente con diapositivas en el Centro de Estudios Públicos de la ciudad de Santiago, Chile, invita a la audiencia a imaginar que se está asistiendo a los Juegos Olímpicos de la antigüedad.

Se explica el programa de dichos juegos y después se describen los eventos. Entre los temas más controvertidos que se plantean en estas páginas están el profesionalismo en el atletismo griego, las explicaciones sobre la desnudez y la exclusiva participación masculina, así como los orígenes religiosos de los juegos.

En el año 1996, con los Juegos Olímpicos de Atlanta, EE. UU., se cumplió el primer centenario del ciclo moderno de este tipo de competencias. En 1896, bajo el impulso del barón francés Pierre de Coubertin se reinició, en el recién restaurado estadio de Atenas, la costumbre de que atletas procedentes de distintas partes del mundo se reunieran cada cuatro años para competir en diversos deportes.

Las Olimpíadas en el Mundo Antiguo: una simulación virtual entre el profesionalismo y la desnudez.
Las Olimpíadas en el Mundo Antiguo.

Es admirable que las olimpíadas modernas hayan cumplido ya ciento veintiún años a pesar de dos guerras mundiales y de ocasionales boicots, pero más sorprendente aún es el hecho de que las olimpíadas antiguas se hayan celebrado, con ligeras variantes, durante casi mil doscientos años.

La idea del baró Pierre de Coubertin.

La idea de Coubertin y de otros era recrear una institución de la cual se sabía por fuentes literarias y por exitosas excavaciones alemanas en Olimpia, iniciadas en la década de 1870 y llevadas a cabo por Ernst Curtius, bajo los auspicios directos del Kaiser Guillermo I.

Lo que me propongo hacer en estas páginas es explorar sumariamente las olimpíadas antiguas como fenómeno histórico y social, despojándolas de la pátina romántica con que se las cubrió durante el siglo XIX y comienzos del XX, e ilustrándolas a partir del arte producido por los griegos mismos.

Quisiera también hacer algunas preguntas a un nivel más hondo respecto del contexto religioso y cultural que le dio sentido a esta notable actividad humana.

Los Juegos Olímpicos según el calendario griego.

Según el calendario griego de uso común, los juegos olímpicos se celebraron por vez primera en el año 776 a. C. (aunque es posible que se trate de una mera reorganización de un festival que existía ya antes2) y fueron clausurados probablemente en el año 393 d. C., cuando el emperador cristiano Teodosio I prohibió la celebra-ción de festivales paganos3. Su hijo el emperador Teodosio II decretó, unos treinta años más tarde, la destrucción de templos y santuarios.

Antes de Coubertin hubo varios esfuerzos, poco conocidos hoy, por reiniciar los juegos olímpicos. En Inglaterra se inició un primer ciclo en 1636 y en Grecia se organizaron competencias en 1859 (¡interrumpidos por la policía!), en 1870, en 1875 y en 1889. En estos últimos juegos se quiso limitar la participación como atletas y como espectadores a los miembros de la aristocracia griega del momento y todo terminó con unos colosales disturbios.

Las Olimpíadas en el Mundo Antiguo: una simulación virtual entre el profesionalismo y la desnudez.

Durante ese largo período hubo serios esfuerzos por compilar listas de los vencedores en los juegos, porque con frecuencia se situaba la fecha de un acontecimiento haciendo referencia al ganador de una prueba, casi siempre la carrera corta o "estadio"4. Se decía, por ejemplo, que algo ocurrió "el año en que Desmón de Corinto ganó el estadio". Los vencedores en los juegos olímpicos proveían así el marco de referencia dentro del cual se circunscribía la vida de la Hélade. Con un cierto dejo de tristeza podemos anotar que el último atleta vencedor cuyo nombre conocemos es Varazadates (o Barasdates), un príncipe helenizado de Armenia, quien ganó la competencia de boxeo en el año 385 d. C., cuando ya los juegos olímpicos estaban amenazados de muerte.

¿Dónde y cómo se celebraban los juegos olímpicos y por qué?

Me parece útil comenzar por los hechos más conocidos para luego intentar darles sentido.

Supongamos que por un hermoso azar se descubre que en algún lugar de Grecia, Sicilia o Asia Menor hay una ciudad o pólis griega que hasta ahora no ha sido excavada, y que nos encomiendan a ustedes y a mí la formidable tarea de sacarla a la luz. Al comenzar a cavar trincheras explora-torias no podremos evitar hacernos algunas preguntas: ¿Dónde estará situada el ágora o plaza pública? ¿Dónde estarán los templos más importantes?

¿Dónde se encontrará el teatro?

Y, por último, ¿dónde habrán construido estos griegos su estadio?

Estas preguntas surgen porque se refieren a cuatro instituciones constitutivas de la vida griega: política, religión, poesía y atletismo. Sin estadio y sin el lugar donde uno se prepara para competir en el estadio, vale decir, sin gimnasio, no hay vida griega plena.

La presencia del gimnasio y del estadio dentro de una pólis responde a la necesidad casi obsesiva de mantenerse en buen estado físico, no como algo deseable por sí mismo y compatible con el buen estado físico de los demás conciudadanos (como el fitness actual), sino como una condición necesaria para salir de la pólis y competir con éxito fuera de ella. Se calcula que a comienzos del siglo V a. C. se organizaban en el mundo griego más de 50 juegos o competencias entre atletas de distintas ciudades y que unos siglos más tarde ese número había llegado a más de 300.

Las Olimpíadas en el Mundo Antiguo: una simulación virtual entre el profesionalismo y la desnudez.
La palabra "estadio" puede significar tres cosas distintas: a) una carrera corta, b) una medida de longitud equivalente a 600 pies, y c) el edificio mismo, es decir, lo que nosotros designamos con esta palabra. Romano (1983), p. 9.

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