Revista Arte

Las películas de terror, una alternativa para quemar calorías

Por Insane Mclero @insanemclero

Hoy en día es de sobras conocida la idea de que el sexo quema calorías, ya que equivale a un esfuerzo físico de intensidad leve a moderada, como subir dos pisos por las escaleras. Aproximadamente, conseguimos quemar una media de 100 calorías cada vez que mantenemos relaciones sexuales (aunque es cierto que la cantidad de calorías quemadas dependerá en gran medida de la durada de la actividad sexual y de las posturas realizadas durante el acto).

Y lo mismo pasa con la risa. Si alguien se ríe durante 10-15 minutos, quemará entre 10 y 40 calorías. La explicación es sencilla: cuando alguien ríe se produce un aumento en el consumo de oxígeno y de los latidos del corazón que permiten poner en funcionamiento una variedad de músculos y en consecuencia, llevan al cuerpo al consumo calórico.

Los conocimientos populares han dado un giro con nuevos hallazgos sobre otras posibles de quemar calorías, aunque no tan gratificantes ni placenteras: las películas de terror. Tal y como oís. Ver una película de terror consume aproximadamente la misma cantidad de calorías que una caminata de 30 minutos. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Westminster, en Inglaterra, midió el gasto energético de diez personas mientras veían las películas más representativas del cine de terror como son El resplandor, Tiburón y El exorcista. Tras ver estas tres películas, se observó cómo la primera de ellas fue la más efectiva en cuanto a la quema de calorías, concretamente los espectadores quemaron 184 calorías, mientras que con las dos siguientes se quemaron 161kcal y 158kcal respectivamente. A modo de curiosidad, deciros que completan el ranking de las cintas Alien (152kcal), Saw (133kcal), Pesadilla en Elm Street (118 kcal), Paranormal Activity (111 kcal) La Matanza de Texas (107 kcal), el Proyecto de la Bruja de Blair (105 kcal) y [Rec] (101 kcal).

Este consumo de calorías se debe a que las películas de terror provocan unos episodios de estrés o pánico que aceleran el pulso y el ritmo cardiaco, de modo que se bombea más sangre a una velocidad superior, aumentando los niveles de adrenalina. Esta reacción provoca la pérdida de apetito y excita la actividad de metabolismo basal, es decir, el valor mínimo que necesita la célula para sobrevivir. Es la suma de esa falta de apetito y de la excitabilidad del metabolismo basal la que da como resultado el incremento del consumo de energía de nuestro cuerpo y en consecuencia, la quema de calorías.

Como veis está comprobado que a más terror, más calorías quemadas. Lo de decidir si seguís con los métodos tradicionales conocidos hasta ahora o si por el contrario, preferís probar con las películas de miedo, eso ya os lo dejo a vosotros.


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