Revista Regiones del Mundo

Las playas de Sri Lanka. Tangalle, Mirissa y Galle

Por Alberto @k_lero82

Las playas de Sri Lanka. Tangalle, Mirissa y Galle

Tras el safari por el Parque de Yala llegó la hora de remojarnos en la playa, y las mejores playas de Sri Lanka están en la costa sur.

Comenzamos por el sureste, en Tangalle. un pueblo tranquilo aunque turístico. Aquí una la línea de alojamientos y restaurantes se esparce a lo largo de la playa, una larga franja de arena que va haciendo curva, y por eso en ningún momento tienes sensación de masificación.

Tangalle, de las zonas de playas de Sri Lanka que hemos visto en el sur, ha sido la más barata, ya que aunque los precios de los restaurantes se disparan bastante siempre había alguna opción barata local. El mar aquí estaba bastante agitado casi todos los días (sobre todo por las tardes) y el agua tenía un color un poco turbio en muchos sitios. Hacia el este, donde el nivel de los alojamientos subía, el mar presentaba mejor aspecto.

Playa de Tangalle

La playa de Tangalle estaba un poco agitada

Cementerio junto a la playa, Tangalle

Carol desafía al viento, Tangalle

Puesto de rotis, Tangalle

Así que Tangalle no es la mejor de las playas de Sri Lanka, pero pese a ello fue un estupendo comienzo. ¿Por qué? Porque aquí nos reencontramos con Ole y Vero, con quienes ya estuvimos en Polonnaruwa, y también con Julio, al que conocimos brevemente en Haputale. Juntos pasamos unos días estupendos todos en la misma guesthouse, muy a gusto, mientras Sampath, el encargado, nos trataba a cuerpo de rey. Aquí celebré mi 33 cumpleaños (ya el segundo que paso fuera) y entre Carol y ellos me hicieron sentir como en casa. Globos, carteles, regalos, tortilla y gazpacho, pescado, cerveza, música… ¡No faltó de nada!

Estuvimos unos días de charlas, tranquilos, en la terraza de la guesthouse (eramos los únicos inquilinos), dejando pasar las horas con unas cervezas, mientras Sampath nos ofrecía una cosa tras otra, ¡y todo gratis! Que si pescado, o cocinar, o traernos y prepararnos mejillones… fue sin duda el mejor local que conocimos en todo Sri Lanka, y compartimos sus alegrías y sus (no pocas) penas. Y es que en esta zona el tsunami del 2004 también causó bastantes estragos.

La rica cena para celebrar mi cumple

33 añazos!

Sampath preparándonos mejillones, Tangalle

Comida de lujo en Tangalle

Despidiéndonos de Sampath

Playa de Matara

Matara

Tras Tangalle nos fuimos los 5 a Mirissa, rumbo al oeste. Aquí nuestra opinión de las playas de Sri Lanka comenzó a mejorar. La playa de Mirissa es bastante bonita, aunque está también más masificada que la de Tangalle. En la línea de mar hay algún que otro hotel grande y se pueden encontrar muchos chiringuitos en la playa misma y barbacoas por la noche para cenar, pero a unos precios que nuestro presupuesto rata no nos permitía.

Seguimos compartiendo alojamiento con Ole y Vero, y además nos reencontramos también con Miguel Ángel y Cathy, una pareja de valencianos que conocimos en Myanmar. ¡Tanto tiempo sin ver españoles por ningún sitio y de repente nos juntamos un equipo al completo! Excusa perfecta para salir a tomar la cerveza por las tardes.

Mirissa es un buen sitio para quedarse unos cuantos días de relax. La playa es buena para el baño, y también bonita. Y si buscas un poco se pueden encontrar buenos precios en alojamiento y comida, hay opciones. La verdad es que nos dedicamos a practicar ese bonito deporte que tanto suele gustar: El “Nohacernada“. Ya está bien de patear lugares oscilando entre los 500º a la sombra unos días y lluvias torrenciales otros, de caminos de polvo y de viajar en buses a reventar de gente. Ahora toca no hacer nada, darse unos baños en la playa y tomarse unas cervezas por la tarde con una buena conversación. Y para eso las playas de Sri Lanka son estupendas.

Surfer Tuk tuk

Playa de Mirissa

Día soleado en Mirissa

El panadero definitivo, te provee de lo que necesites

Barcos para ir a ver las ballenas, Mirissa

Puerto de Mirissa

Día de playa, Mirissa

El islote con mirador, Mirissa

La playa de Mirissa desde el islote

¡Pero miento, sí que hicimos algo aquí!

Mirissa no sólo es famosa por la playa, si no que también es uno de los mejores lugares del mundo para ver ballenas azules y quizás hasta cachalotes. Desde el puerto salen un montón de barcos cada mañana, dispuestos a aventurarse al mar en su búsqueda. La tentación de poder ver al animal más grande que haya habitado la tierra (junto a unos regateos a pie de barco) hizo que al final nos apuntáramos a uno de estos tours, en compañía de Miguel Ángel y Cathy. ¿Ya os oleréis como acaba esto, no?

Efectivamente, no conformes con nuestra expedición a Yala a NO ver leopardos, también fuimos a Mirissa a NO ver ballenas. ¡Nos encantan nuestras excursiones a NO ver cosas, son apasionantes!

Sin embargo las similitudes con Yala acaban ahí. Mientras que el safari de  Yala nos salió más caro pero a cambio vimos muchos animales y fue bastante completo, en Mirissa el precio fue muy barato (por más dinero no habríamos ido) pero a cambio fueron casi 10 horas surcando los anchos mares (¡casi 10 horas!) en busca de ballenas, con la única alegría entre el eterno azul de ver varios grupos de delfines jugueteando junto a nuestra proa mientas nos seguían y los alegres cantos de las sirenas que nos acompañaron. No, en realidad no eran sirenas, eran varios pasajeros muy mareados echándolo todo. De hecho, había una chica tan mal que tuvieron que venir los guardacostas en su lancha rápida y llevársela, aunque luego nos dijeron que no fue nada y estaba bien.

Pero como el karma a veces te devuelve lo que te quita (o eso dicen por ahí), tuvimos la suerte de que el chico con el que contratamos el tour nos devolvió el dinero íntegro que pagamos, por no haber visto las ballenas, algo que nos comentó de pasada el día anterior pero que pensamos que sus palabras volarían libres con el viento del sur. Fue muy honrado, porque además salió de él (eso sí, una vez más nos dijo que no se lo dijéramos a nadie más). En “Datos Prácticos” pongo más info de todo esto.

A la búsqueda de ballenas, Mirissa

Cegados de tanta ballena, Mirissa

Delfines por doquier!

Delfín saltando! Mirissa

Esa noche, eso sí, soñé con leopardos que cabalgaban sobre ballenas. Sería la frustración acumulada, pero lo pude visualizar claramente:

leopardos cabalgando ballenas

leopardos cabalgando ballenas

Antes de irnos de Mirissa y seguir nuestro recorrido por las playas de Sri Lanka, Miguel Ángel y Cathy me dejaron cumplir el antojo que tenía desde que llegué al país: ¡conducir un tuk tuk! Ya que al final no pudimos alquilarlo y ellos sí, me permitieron ponerme al volante y hacerlo rodar un poco, para por lo menos quitarme esa espina que tenía clavada. ¡Gracias! ¡Ahora quiero uno para cuando vuelva a España! (pero un poco más grande)

Por fin conseguí un tuk tuk!

Quitaos todos, locos!

Acabamos nuestra visita a las playas de Sri Lanka en un corto paseo por Galle, la “ciudad bonita” del país (todo país debe tener al menos una). De camino hasta aquí vimos varias playas más de diferentes lugares, también turísticos. Los azules turquesas de sus aguas eran muy provocativos, pero lamentablemente no se puede parar en todas partes.

Fortificada primero por portugueses y ampliada posteriormente por holandeses, Galle tiene el fuerte más grande construido por europeos en toda Asia, que se conserve. Hoy en día sus pocas calles intramuros son un cúmulo de restaurantes y tiendas mientras todos los turistas paseamos por sus murallas, sobre las que las olas del mar rompen directamente, con la salvedad de alguna minúscula playa. Menos mal que encima de sus muros el viento corre con alegría, porque hacía un calor de espanto. Los precios en Galle también parecen mucho más altos que en otros sitios, obviamente.

Playas del sur de Sri Lanka

Fuerte de Galle

El fuerte junto al mar, Galle

No te tires, aún eres muy joven!

Monjes en Galle

Calles de Galle

Desde aquí ya nos despedimos (por ahora, Ole y Vero) de nuestro grupo de los últimos días en Sri Lanka, cada uno sigue para un lado. Por nuestra parte ponemos dirección norte, hasta Negombo, donde hacemos la última noche antes de despedirnos definitivamente del país.

Como resumen, diré que para nosotros esta visita ha ido de menos a más. En esta última zona del sur hemos estado muy a gusto, sin duda aquí están las mejores playas de Sri Lanka; realmente hay algunas bastante más bonitas de lo que imaginábamos en el país. Se nota que los precios son más altos y hay bastante más turismo, pero se puede hacer barato, buscando un poco.

Sri Lanka ha sido un país en el que hemos gastado muy poco (ya pondré los datos, tengo muchos todavía pendientes), pero quitando el safari de Yala no hemos pagado más entradas o actividades. Así que se puede decir que viajando en este plan resulta un país barato.

Después de esto, vamos a por nuestro penúltimo destino, también incluido a última hora y en el que el presupuesto se nos va a disparar bastante. Por eso sólo vamos 8 días, pero son 8 días que vamos a saborear con cuidado, porque sinceramente, ¿Quién no ha querido ir alguna a Maldivas?

Atardecer en Mirissa

Alojamiento

  • Tangalle:

No faltan guesthouses en Tangalle, de diferentes rangos de precio. Nosotros nos quedamos en el Ravindu, una de las primeras según pasas el puentecito que hay en el lado más occidental de la playa. El encargado, Sampath, nos trató de maravilla e hizo que éste fuera el sitio en el que más a gusto estuvimos en todo Sri Lanka. Pagamos 1000 rupias (6,60€) por la habitación, con baño dentro (agua fría) y wifi, pero aparte nos cocinó pescado gratis, nos invitó a mejillones y otros moluscos, nos dejó usar la cocina y nos hizo sentir como en casa. Es un chico muy majo y nos contó mil historias. Al final por supuesto los 5 que estuvimos allí le dimos propina, se portó muy bien con nosotros.

  •  Mirissa:

Mirissa, al igual que las playas más al oeste, es muy turístico, así que es más complicado encontrar alojamiento económico. Encontramos uno por 1500 rupias (negociables a 1000) pero estaba lleno, el Green Garden, así que acabamos yendo a uno llamado Margosa, unos pocos metros para adelante, donde conseguimos negociar 3 noches por 4000 rupias (26,60€), o sea a 1333 rupias por noche. Habitaciones decentes, con baño (agua fría) e internet, que iba y venía, como casi siempre.

Mirissa - Margosa

Mirissa – Margosa

Transporte

  • Bus Tissa – Tangalle: Salen cada hora dirección Matara. Unas 2 horas y 150 rupias (1€) por persona.
  • Bus Tangalle – Mirissa : Hay que hacer parada en Matara. Tangalle – Matara son un par de horas y 60 rupias (0,40€) y Matara – Mirissa otra hora y pico y 25 rupias (0,20€)
  • Bus Mirissa – Galle : Pasan de continuo por la carretera principal. Se tardan 45 minutos y cuesta 50 rupias (0,30€).
  • Bus Galle – Colombo : Hay dos opciones, una un poco más express (con aire acondicionado) en un bus algo más pequeño y la otra en el bus típico de Sri Lanka, el estándar que hay en todo el país. El primero vale 270 rupias (1,80€) y tarda 3 horas y media y el segundo cuesta 135 rupias (0,90€) y tarda algo más de 4 horas. Creo que también hay opciones más caras y rápidas yendo por una autopista.

Comida

  • Tangalle : Sitios más turísticos y caros. Sobre la carretera principal hay algún restaurante local. De lo turístico, un lugar llamado Siesta está bastante bien, es algo más caro que los locales pero no tanto como otros sitios y la comida está muy rica. Tienen un desayuno espectacular por 500 rupias (tras comértelo sales para echarte la “siesta”, de hecho).
  • Mirissa : Todos los sitios de la playa son bastante caros, por la noche tienen mucho pescado y marisco pero a precios altos. En la carretera hay 2 o 3 sitios con buenos Kotu Roti y platos locales a buen precio (unos 2 € por plato). Las cervezas en el happy hour en la playa son baratas para Sri Lanka y el sitio, se pueden conseguir por 200 rupias (1,30€) las de 620 ml.

Tour de Ballenas de Mirissa

Buscando por internet ves muchos precios de 6000 rupias (40€). Luego si miras directamente en Mirissa ya encuentras por 3000 rupias y puede que hasta por 2500. Nosotros fuimos al puerto la tarde de antes y preguntamos entre los barcos directamente. Un chico nos lo ofreció por 2000 rupias (13,30€)  y dijo que si no veíamos ballenas nos devolvía el dinero, pero que no se lo dijéramos a nadie más (típico). Fuimos con ellos y como no vimos ballenas (pese a estar 9 horas y media en el mar, ¡muchísimo más de lo previsto!), nos devolvió el dinero tal y como prometió, y no se lo tuvimos ni que pedir, salió de él, aunque no vi que se lo devolviera a nadie más. Fueron muy legales y se portaron muy bien en todo el tour. El barco se llamaba Natalia (es de los pequeños, ya que había otro Nathalia más grande y algo más caro, de la misma gente) y salía del número 36 del puerto de Mirissa.

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