Las reflexiones de Andrew Garfield tras dejar el papel de Spider-Man

El actor sigue abriéndose meses después de despedirse de su papel como Peter Parker. Andrew Garfield toma la autocrítica y con demasiada humildad reflexiona sobre cómo fue interpretar al trepamuros en dos películas.
Sin dar ninguna declaración en contra de la producción, el estudio y todo lo relacionado a las películas, Garfield muestra un poco de descontento.

Nunca fui Spider-Man. Porque Spider-Man es un personaje de ficción. No es real. (Risas) ¿Sabes lo que es divertido? Estaba en marcha… hasta que llegó la mierda del ego. Es como, ‘Ok, aquí está. Soy el jodido Spider-Man. Lo hice. Toda esa mierda. (Risas) Pero en realidad no lo hice. Nunca fui Spider-Man. 

Yo era el actor que era. La persona que era. Luchando con intentar encajar con algo que en mi cabeza había elevado mucho. Elevado más allá de lo que podía conseguir, lo que podía alcanzar. Lo genial es que eso es lo que también estaba haciendo Peter Parker. Peter Parker creó ese símbolo que no podía igualar. Nunca era suficiente. Él nunca sentía que fuese suficiente, y yo nunca sentía que fuese suficiente. Nunca sentí que yo fuese capaz de hacer suficiente. Y no podía rescatar esas películas, aunque no durmiese. (Risas). 

Y no quería decir que necesitase rescatar esas películas, sino que no podía hacerlas tan profundas y con alma, darles vida como siempre había soñado. Y nunca voy a poder hacer eso, con ninguna película. Fue especialmente difícil en esa situación porque, bueno, simplemente porque sí. Y fue especialmente importante porque ese personaje siempre había significado mucho para mí, y lo viste si viste lo de la Comic Con, algo que te agradezco que me recordaras. 

Gracias por compartir eso conmigo, porque para mí eso fue probablemente lo más destacado de toda la experiencia, porque simplemente sentí que era yo. Vulnerable. Y asustado. Y en realidad eso podría haber salido mal. Toda la idea podría haber fallado. Y todo el mundo me dijo que lo iba a hacer. Emma Stone me dijo que no era una buena idea. El estudio dijo, ‘¿En qué estás pensando?’. Y yo dije, ‘Solo déjenme hacer una cosa. Solo una cosa’. Y para su asombro lo permitieron, y vieron que funcionó. Confiaron en mí más después de eso, para su crédito. Así que gracias por decir eso. Es un regalo que me has dado. En serio.

Aquel momento marcó la vida de Andrew Garfield y de paso nos dejó tranquilos a muchos que dudábamos de él. Fue en esa Comic-Con donde el actor demostró ser un Spider-Man de verdad. Fuera y dentro de cámaras.