Revista Cultura y Ocio

Las súper armas de Hitler

Por Joaquintoledo
Las súper armas de Hitler

Los Foo fighter eran descritos cono luces de singular intensidad utilizados para distraer aviones enemigos.

La imaginación al límite

Inspirados en las investigaciones de Nikola Tesla, los nazis apostaron gran parte de su capital en la creación de rayos electromagnéticos, escudos defensivos, láseres, cañones sónicos y otras armas que definitivamente, para la época, y aún hoy en día, eran pura fantasía. Los cañones merecen especial mención como el llamado “cañón de viento”, el que usando mezclas de oxígeno e hidrógeno podía generar una mezcla capaz de emitir vapor que podía llegar a destrozar cualquier material.

Lamentablemente, nunca fue usado pues sólo llegó en los últimos meses de guerra. Sin embargo, las armas secretas nazis muchas veces no se basaron en las ortodoxas que todos conocemos. Hitler dio rienda suelta a su locura, la que fue llevada a la práctica por Himmler y sus SS. Gracias a la División de lo Paranormal de esta organización criminal, los nazis pudieron acceder a muchos escritos antiguos basados en magia negra que se combinó con la ciencia de entonces. En teoría, y conforme iban pasando los fatídicos últimos meses de guerra, el nazismo llegó a una fase de desesperación tal que se vio en la necesidad de desempolvar sus últimos recursos. Así,  entonces,  los experimentos ya no sólo se basaron en la hipotética creación de armas materiales, sino humanas, o…mejor dicho pseudo-humanas.

Así,  los nazis anduvieron en persecución de fuerzas sobrenaturales. Intentaron contactar a los extraterrestres. Al no encontrar mayor respuesta, una expedición nazi partió hacia la Antártida. Allí, intentaron corroborar la teoría de la “tierra hueca”, pues viejas leyendas hablaban de una supuesta especie de seres “intraterrestres”, los que  estaban dotados de poderes sobrenaturales  que los nazis estaban interesados en adquirir  para revertir los malos resultados en la guerra. No sé sabe en que concluyeron las investigaciones. Sólo se conocen tales intenciones por algunos documentos nada concluyentes. Por otro lado en los múltiples castillos de Europa, las SS de Himmler desarrollaron otros experimentos muchos más cercanos a la fantasía como aquellos en los que se intentó revivir muertos, traer monstruos de universos paralelos, así como crear súper soldados, mitad humano, mitad robots.

Las armas bacteriológicas y en tierra

Luego de la Primera  Guerra Mundial, las armas bacteriológicas quedaron casi prohibidas, pero el nazismo decidió crear algunas alternas que disimularan sus efectos, aunque nunca llegó a usarlas. Los gases marcharon a ser parte de la campaña de exterminio contra los prisioneros de campos, pero nada más. Sin embargo las investigaciones determinaron que los nazis, en un día no muy lejano, tenían pensado utilizar dichas armas, aunque algo más innovadoras y extravagantes, como aquella basada en el veneno toxin botulin (toxina botulínica).

Finalmente,  tenemos los tanques. Si bien los germanos siempre se caracterizaron por crear gran cantidad de modelos de blindados, los modelos posteriores planteados por el III Reich en los últimos meses de guerra luego del Panzer VI Tiger, quedaron sólo en la idea. Esto fue por falta de presupuesto. El gigantesco, grotesco y derrochador Panzer VIII Maus, gastaba demasiada gasolina. Su blindaje era bueno, pero lo hacía demasiado lento y acabando siendo un blindado que se fue directamente al museo debido a lo tarde que se inició su producción. En teoría era el primer eslabón de toda una serie de tanques que se encargarían de atravesar cualquier obstáculo y vencer en velocidad, potencia, ataque y blindaje a cualquier contendiente aliado en todos los frentes. Otra vez, la inviabilidad, el tiempo, el precio y los aliados, fueron los principales obstáculos para Hitler.

Sea como sea, las armas secretas de Hitler no quedaron en el olvido. Desde los primeros aviones con turbinas, que dejaban de lado las hélices, hasta superbombarderos, cohetes teledirigidos, armas con láseres, basadas en energía y todas las demás mencionadas, fueron proyectos que interesaron a los estadounidenses y soviéticos. Por ende,  todos esos proyectos se mudaron en modelos cuasi-terminados y planos rumbo a Washington y Moscú, desembocando en todo el arsenal que se vio en la pos-guerra. Pese a todo, se reconoce que el potencial bélico alemán robado luego de la guerra jamás ha sido admitido en su totalidad por Rusia o Estados Unidos. ¿Qué otro tipo de arma debe haber surgido en el mundo consecuencia de las investigaciones iniciada por los nazis hace setenta años? Quizá eso lo sabremos sólo en la próxima, y posiblemente última, guerra mundial (aunque no tenemos ningún apuro en saberlo).


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