Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegos, de Rachel Antúnez Cazorla

Una reseña más para acabar la semana. ¡Mucha suerte a los que estéis de exámenes!

LAS TARÁNTULAS VENENOSAS NO SIEMPRE DEVORAN A LOS DIOSES GRIEGOS

RACHEL ANTÚNEZ CAZORLA

Gea está cansada de los hombres desde que su exnovio le fue infiel, así que por ahora no quiere saber nada de ellos. Pero sin querer acaba reencontrándose con alguien que no esperaba ver de nuevo, Héctor. Aquél que le hizo daño cuando era una veinteañera.

Héctor ansiará quedar con ella, y Gea… se hará la difícil hasta que no tenga más remedio que quedar a tomar un café con él. Lo que no sabrá es que en ese momento toda su vida se revolucionará ya que Héctor ya no está con la tarántula aquella llamada Helena y se muestra muy deseoso de estar con ella.

¿Caerá en las redes del dios griego Héctor? ¿Se abrirá a los sentimientos que experimentará con Héctor? ¿O el recuerdo de de aquella momento de su vida donde la tarántula se lo llevo se hará aún más presente?

<< “Será mejor que suba la mirada y deje de pensar en arpías de veinte años revolcándose con Héctor, como lo había hecho yo ¿hace cuánto?, ¿mil años?”. Miré de nuevo sus labios,“¡no, aquí no, por Dios!” y seguí subiendo hasta sus ojos…>>

Antes de nada quiero a agradecer a Rachel, la autora, por haberse puesto en contacto conmigo y haberme dado la oportunidad de leer y reseñar su novela.

Como os habéis dado cuenta se trata de una novela ubicada dentro del chick-lit. Gea, como la mayoría de las mujeres en algún momento de nuestra vida, está cansada del comportamiento de los hombres, de su falta de compromiso y de esa facilidad que tiene por tirarlo todo por la borda, ahora prefiere estar con

los suyos y devorar esas novelas románticas que tanto le gustan. 

Con mil complejos e intentando siempre mejorar su cuerpo por sentirse bien y dejándose aconsejar (o no) por sus amigas, tiene cierto aire a Diario de Bridget Jones. La diferencia, y este es uno de los factores que más me ha gustado, es que al empezar la novela no tengamos que esperar que chico y chica se conozcan como suele ocurrir casi siempre, sino que Gea y Héctor ya se conocían puesto que años atrás ya habían mantenido una relación hasta que Helena, la tarántula venenosa, se metió por medio y los separó. Por lo tanto, Gea se mostrará interesada en Héctor, normal teniendo en cuenta que él tiene muy buen cuerpo y se muestra dulce y atento con ella, pero al mismo tiempo piensa que tarde o temprano él se irá con otra tarántula, por eso mismo no quiere acercarse a él y caer

en las redes del dios griego.

¿Qué es lo que no me ha acabado de convencer? Que él le dijera a ella que la quiere y que está enamorado tan rápidamente. No son adolescentes sino rozando los treinta por lo tanto creo que no deberían comportarse como tal porque le quitaba credibilidad a la historia. Me hubiera gustado, también, que hubiera profundizado más en Gea en cuanto a la relación que tiene con sus padres y su hermana Daniela ya que queda sin un final aparente.

Rachel nos sitúa a Gea como la protagonista indiscutible de la novela puesto que ella misma nos cuenta sus vivencias y nos recuerda sus situaciones más comprometedoras. Se nos pasarán las hojas rápidamente leyendo sus locuras porque, chicas, en más de una ocasión nos reconoceremos (o a alguna de nuestras amigas) en las situaciones por las que pasa. Así que si queréis desconectar y leer algo entretenido que os saque más de una sonrisa, esta es vuestra novela, pero recordad… tened cuidado con las tarántulas venenosas (y con esos dioses griegos que nos vuelven locas… ♥ ).

Web de la autora

Primer capítulo   ~   ¿Cómo conseguir esta novela?

Rachel Antúnez Cazorla es venezolana aunque lleva toda la vida en Las Palmas de Gran Canaria, de donde es toda su familia."Contra los Límites" es su primera novela que lanzó al mercado. La escribió con diecisiete años, y once años después decidió aventurarme a publicarla. La novela estuvo por fin en sus manos en Junio de 2010. Posteriormente escribió "Más allá de los Límites" y “Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegos”.