Revista Cultura y Ocio

Las tres bodas de Manolita, de Almudena Grandes

Publicado el 17 agosto 2014 por Goizeder Lamariano Martín
Las tres bodas de Manolita, de Almudena Grandes Título: Las tres bodas de Manolita Autora: Almudena Grandes Editorial: Tusquets Año de publicación: 2014 Páginas: 766 ISBN: 9788483838457
Noveno libro que leo de Almudena Grandes y noveno acierto. Y lo mismo me ocurre con Episodios de una guerra interminable: Inés y la alegría, El lector de Julio Verne y Las tres bodas de Manolita. No sabría decir cuál me ha gustado más. Desde que se publicó en marzo tenía unas ganas enormes de leer la última obra de esta autora que, por méritos propios, se ha convertido en una de mis predilectas. Por suerte mi chico me la regaló en mayo por mi cumpleaños y por fin entre julio y agosto pude encontrar un hueco para leerlo y, sobre todo, disfrutarlo.
Supongo que, una vez más, por mis circunstancias personales, por no tener casi tiempo para leer, por tener demasiadas cosas en la cabeza, por no lograr coger el ritmo con la lectura, la primera parte del libro, titulada La señorita Conmigo No Contéis, se me hizo demasiado cuesta arriba. No conseguía leer más de veinte páginas seguidas y así es imposible entrar en la historia. Pero sabía que tenía que darle una oportunidad. Por las opiniones tan positivas, por las buenas experiencias pasadas y, sobre todo, porque Almudena Grandes nunca me ha decepcionado. Y esta vez no iba a ser una excepción. Y por supuesto que no lo ha sido.
El libro al final no solo me atrapó, sino que me hizo reír, llorar, sufrir, sentir y vivir. Me enseñó a sobrevivir, a seguir siempre hacia adelante, a levantarme después de cada caída, por muchas y muy duras que sean, a reponerme de todos los golpes que da la vida, por muy seguidos que vengan y, todo sin arrepentirme nunca de nada. Esto y mucho más es lo que nos enseña Manolita, la protagonista indiscutible de esta historia.
Un personaje tan humano, tan cercano, tan familiar, tan amigo, que es imposible no cogerle un cariño inmenso que permanece incluso días después de haber terminado el libro. Un libro que da mucha pena terminar, porque no queremos despedirnos de Manolita ni de ninguno de los personajes que conviven con ella y con nosotros a lo largo de las más de 700 páginas que, aun así, se hacen cortas, nos saben a poco y nos dejan con ganas de más, de mucho más.
Manolita Perales García es una joven madrileña de 18 años que vive junto a Antonio, su padre, María Pilar, su madrastra, y sus hermanos Toñito, Isabel, Pilarín y los mellizos. Su vida es normal, monótona, rutinaria, hasta que la muerte de su madre, el encarcelamiento de su padre y su madrastra y, sobre todo, la Guerra Civil y el franquismo hacen que todo su mundo salte por los aires. Ha llegado el momento de tomar partido, posicionarse y actuar en consecuencia. Como hace su hermano Toñito con las reuniones clandestinas.
Pero ella no sabe nada de política ni quiere saber. Ella es la señorita Conmigo No Contéis. Hasta que su hermano le convence para sumarse a la resistencia, para sobrevivir, para hacer frente a la represión, al hambre. Es una idea desesperada, pero quizá precisamente por eso todos se agarran a ella como a un clavo ardiendo. Manolita tiene que entrar en la cárcel de Porlier para hablar con Silverio Aguado Guzmán, un preso que puede ayudarles a poner en funcionamiento unas multicopistas.
Nadie, y mucho menos la propia Manolita sospecha cómo van a cambiar sus vidas. Silverio es un joven tímido, feo, tartamudo e introvertido. A simple vista su única virtud es su habilidad para arreglar cosas, por eso le llaman el Manitas. Pero en el Madrid de la posguerra, entre los muros de la cárcel, en la cola de Porlier, rodeados de funcionarios sobones y con los dientes amarillos, en un locutorio, separados por una alambrada, en medio de gritos, rodeados de gente, todo se malinterpreta, pero también se magnifica. Todo parece ser lo que no es. O precisamente todo es justo lo que parece que es. Así de simple, y así de complejo. Como la vida.
Si hay algo que me ha gustado de esta historia, además del personaje de Manolita, es cómo refleja la injusticia, la represión, la brutalidad, la tiranía, los abusos, no solo a través de los presos si no, principalmente, de sus mujeres, sus hijas, sus madres, sus hermanas, sus novias. Todas esas mujeres que de la noche a la mañana se vieron obligadas a dejar atrás sus vidas, sus rutinas, su tranquilidad para luchar, pelear, intentar salir adelante, sobrevivir.
Por ellas, por sus hombres, por sus camaradas, por sus ideas. Me ha encantado cómo hacen frente a la adversidad. Nunca pierden la sonrisa, el sentido del humor. Son una piña, una familia. Por eso es imposible olvidar a personajes como Martina, Rita, Lourdes, Juani... Porque todas forman parte de algo mucho más grande que ellas, “como si la cola de Porlier no fuera una larga fila de mujeres solas, sino una sola mujer y a la vez la madre, la hija, la hermana, la mujer de todos”.
Es un libro que respira solidaridad, camaradería, compañerismo, ayuda, empatía, apoyo, consuelo y amistad en cada una de sus páginas. Pero no solo en la fila de Porlier, dentro y fuera de sus muros. No solo con las mujeres que acompañan a Manolita y los hombres que están presos junto a Silverio. También en el resto de personajes y sus historias.
Porque otro punto fuerte de la novela son precisamente el resto de personajes. Toñito, Eladia, Palmera, Hoyos... Me ha gustado especialmente poder conocer el pasado de Eladia y de Silverio. Saber sus historias e intentar comprender así por qué son como son. Pero no a todos los personajes de esta obra se les coge cariño ni se siente simpatía y empatía por ellos. Ni mucho menos. Porque mi odio por el Orejas o por Trinidad no tiene límites. Personajes odiosos, repugnantes, terribles. Pero ya queramos pasar con ellos el resto de nuestra vida o fusilarlos, lo importante es que todos nos transmiten algo, bueno o malo, que nos llega muy adentro, que nos mueve y nos conmueve.
Por si no fuera suficiente, el nuevo libro de Almudena Grandes tiene aún más puntos fuertes. La historia de las hermanas de Manolita, Isabel y Pilarín, en Bilbao, en el colegio de monjas de Zabalbide, es todo un acierto. Al menos en mi caso me ha descubierto un capítulo de nuestra Historia que desconocía. Un capítulo horrible, duro, cruel, inhumano que, precisamente por eso, debemos conocer. Y, una vez más, he odiado a algunas de las monjas con la misma intensidad con la que quería a Isabel y a la madre Carmen.
Pero los descubrimientos y las sorpresas no acaban ahí. Ha sido una delicia poder reencontrarme, aunque sea de manera fugaz, con Inés y con Nino, los protagonistas de Inés y la alegría y El lector de Julio Verne. Creo que es un gran acierto este guiño de Almudena Grandes a sus lectores más fieles.
Poco más puedo deciros sin desvelaros la historia. Una historia que atrapa y engancha. Que va de menos a más. Una historia que nos demuestra que en las guerras, siempre, hay vencedores y vencidos. Pero también que el tiempo pone a cada uno en su lugar. Porque quizás perdieron la guerra, pero ganaron la batalla de la vida. Es una historia que nos hace reír, llorar, sentir, vivir. Que nos mueve y nos conmueve. Que nos enseña a sobrevivir sin arrepentirnos de nada. Nunca, jamás. Y mucho menos de haber sido testigos de las tres bodas de Manolita.
Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí

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