Revista Cultura y Ocio

Laura Espinosa Solano: “Escribo y leo fantasía porque es un género en el que no existen fronteras”

Publicado el 05 enero 2017 por Delecturaobligada @DelecturaOblig

Habla sobre su novela de fantasía Mestiza, sobre su próximo proyecto, sobre la necesidad de un aumento de actividades culturales en su población natal, Almoradí, y también sobre Laura Gallego como autora de cabecera

Por: Alberto Berenguer       Twitter: @tukoberenguer

Laura Espinosa en la presentación de su novela “Mestiza” de Ediciones Atlantis

Para aquellos que no conozca a la almoradidense Laura Espinosa, ¿cómo se definiría como escritora?
Ante todo soy humilde, es decir, no soy una profesional, sino que soy una escritora novel, novata, pero lo compenso con mi entusiasmo a la hora de escribir. No me dejo guiar por aquello que “se lleva” en ese momento, sino que escribo lo que me sale de dentro, escribo sobre aquello que me apasiona, por lo que no encontraréis en mis novelas algo que busca ser comercial. Ante todo, me gustaría recalcar que escribo porque me gusta, porque me hace sentir libre y alejada de todos los problemas de alrededor. Es mi vía de escape, así que, pese a no ser profesional, pongo toda mi alma y mi corazón en todo lo que escribo.

¿Cuándo comenzó a escribir?
Empecé a escribir cuando estaba en la ESO, en el año 2007, para ser exactos, justo un año después de leer Memorias de Idhún, de Laura Gallego, gracias al consejo de una de mis profesoras. Empecé a escribir relatos cortos, pero después de tres años, empecé con mi primera novela, en el 2010.

¿Se presentó en alguna ocasión a algún concurso literario?
Me he presentado a más de un concurso literario. Como ya he dicho, empecé escribiendo relatos cortos, porque mi profesora de lengua y literatura encontró la oportunidad perfecta de desarrollar nuestras dotes de escritores cuando escuchó hablar de un concurso llamado “Los mejores relatos breves juveniles de la provincia de Alicante”. Nos animó a escribir un relato y a llevarlo a concurso, y fui la única de mi curso que presentó uno, sin muchas expectativas, ya que solo 100 de los más de 2000 relatos que se presentaban, llegaban a ser publicados, y solo 10 de esos 100 recibían premio.

He de decir que mi relato, llamado La máquina del tiempo no fue uno de los 10 ganadores, pero salió publicado y, en el acto de entrega de premios, alabaron el trabajo de todos aquellos que habían hecho posible que el libro estuviera publicado. En ese momento me di cuenta de que, quizá, podría dárseme bien aquello de escribir, que en ese momento me parecía tan ambiguo.

Presenté los relatos durante dos años más, y en todas las ocasiones, pese a no quedar entre los 10 mejores, sí salieron publicados. Después de eso, al acabar varias novelas, más extensas, presenté dos de ellas a dos concursos. Emmelie no ha tenido la suerte de ganar el concurso al que fue presentada, pero hay una editorial que se ha interesado por ella y pronto tendremos noticias de su edición. Por otro lado, una de ellas sigue pendiente del fallo del jurado, que puede salir en cualquier momento del primer trimestre de este año nuevo. Estaremos pendientes.

Hace más de 5 años comenzó a trabajar en su novela Mestiza. ¿Qué sintió cuando tuvo en el 2016 un ejemplar sobre sus manos?
Pues te mentiría si te dijese que no lloré. Sentí un montón de cosas a la vez, desde la felicidad más intensa, hasta la más profunda angustia, por pensar en cuánta gente iba a leer y a juzgar algo tan personal. Aun así, creo que el sentimiento que predominó durante esos momentos fue el orgullo. Me había costado mucho llegar hasta ahí, Mestiza formaba parte de mi vida, de mí misma. Era algo que había crecido conmigo, y por fin veía los frutos de ese trabajo. El interés mostrado por la editorial así como el de la gente que se había leído el libro y había hecho reseñas, fue más que suficiente para que todas mis dudas se disiparan.

¿Cómo fue el proceso de creación y de narración? ¿Tuvo momentos de flaqueza?
Fue duro, la verdad. Acostumbrada a escribir relatos de 1000 palabras, escribir casi 500 páginas era todo un reto. Fue un proceso lento, que tuvo, como bien dices, momentos de flaqueza. Cuando llevaba casi 300 páginas, decidí que esa no era la forma en la que quería escribir, y cambié el punto de vista del narrador, que antes era una tercera persona, por lo que tardé mucho tiempo en modificar la historia.

Normalmente, tengo claros los puntos clave de la historia, pero hay veces que me falla el cómo llegar a esos puntos. En esos momentos, puede haber un parón de la escritura que llega a durar desde días hasta meses.

Teniendo en cuenta todo esto, creo que la palabra que definiría la narración sería “lenta”.

Laura Espinosa Solano: “Escribo y leo fantasía porque es un género en el que no existen fronteras”

Portada de la novela “Mestiza”

Mestiza es una novela de ficción repleta de fantasía y profecías. ¿Por qué se decantó por este género? ¿Piensa que es el género con el que más se puede sorprender al lector?
Escribo fantasía porque es el género que más me gusta, hablando claro. Es con el género con el que más disfruto, tanto a la hora de escribir como a la hora de leer. Es un género en el que no existen fronteras. La única barrera es tu imaginación, y todo es posible en una novela de fantasía, siempre y cuando mantenga una lógica en cuanto a la narración se refiere. Con esto no quiero decir que sea el más sorprendente y, de hecho, creo que una historia no es sorprendente por lo que cuenta, si no por cómo y quién la cuenta. Un ejemplo de esto es, en mi opinión, La ladrona de libros, que nos cuenta una historia que ocurre en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, y durante la misma. Estamos hartos de leer sobre ese tema y, sin embargo, el hecho de que el narrador de la novela sea la misma Muerte y que se centre en la historia de una niña pequeña que sólo quería aprender a leer es, a la vez, emocionante y sorprendente.

Con esto quiero decir que, cualquier historia puede sorprendernos si se cuenta de la manera adecuada.

¿Qué ofrece su libro que diferencie al resto de historias actuales de fantasía?
Creo que el hecho que esté narrado desde dos puntos de vista diferentes, desde el principio del libro, nos ayuda a comprender los dos puntos de vista diferentes, y eso es sorprendente.

Por otro lado, en la historia que se desarrolla en Keram, un mundo que se encuentra sumido en una guerra, hay muertes completamente innecesarias, víctimas inocentes y una lucha palpable en el ambiente, no es todo “de color de rosa”. Los protagonistas, en el terreno sentimental, sufren y abandonan la lucha, para retomarla después, tal y como pasaría en la vida real.

Por otro lado, el hecho de que cueste dar segundas oportunidades, o el que los protagonistas sean reacios a perdonar, es algo que se ve poco en las novelas de fantasía, pero que yo creo que es importante recalcar, pues es algo que a todos nos ha pasado.

Precisamente su historia destaca por el protagonismo que da por igual a todos sus personajes. ¿Destacaría alguno de ellos? ¿Por qué motivos?
Doy igual importancia y protagonismo a muchos personajes porque, la realidad es que cada uno tiene un papel demasiado importante como para que no se le tenga en cuenta. Si me pides que destaque a alguien, elegiría a Emma, la protagonista, y lo haría por un sencillo motivo y es que, en estos años, ella ha crecido conmigo. Ha cambiado y evolucionado, y esa evolución es un reflejo de la mía propia.

¿Hay algún personaje que no sea totalmente ficticio? ¿Resulta más difícil crear desde lo desconocido?
Sí que lo hay, hay muchos personajes de la novela que son completamente desconocido para mí y, si soy sincera, sí, es más difícil crear desde algo que no conoces, pero también es más interesante, más divertido. El jugar con la personalidad de alguien ficticio, imaginar cómo se desenvolvería en situaciones difíciles y en cómo se sentiría, es algo que me encanta, y que me deja experimentar más que si basara ese personaje en alguien de mi entorno. El caso más claro es el de Zhanna, la antagonista, que no está basada en nadie de mi alrededor.

¿Cómo llegó al título de la novela?
Normalmente no llego al título de mis novelas hasta que llego al final de las mismas. Y esto es lo que me pasó con Mestiza. Si no lo recuerdo mal, no fue hasta el capítulo 43, hasta que no se me ocurrió llamar a la novela de esa forma.

En septiembre de 2016 presentó oficialmente su novela en su población natal, Almoradí. ¿Superó dicho evento sus expectativas? ¿Cómo ha funcionado en el mercado la novela desde ese día?
Lo superó con creces. Acudió mucha más gente de la que yo había pensado en un primer momento. Me sentí arropada, tanto por las autoridades del pueblo y aquellos que me conocían como por la gente que había acudido sin conocerme apenas. La novela está funcionando bien, por el momento. Las reseñas que han hecho varios blogs de lectura son positivas, así como las ventas online de la novela.

¿Qué ha supuesto para usted el apoyo de Ediciones Atlantis?
Ha supuesto un gran apoyo, la verdad. Los editores estuvieron muy pendientes de mí y de mis necesidades y, pese a ser una editorial pequeña, se preocupa mucho porque te sientas a gusto y por responder a todas tus dudas, que en mi caso fueron muchas.

He realizado una pequeña investigación por las diferentes librerías de Almoradí y no he encontrado a la venta su novela. Sin embargo, ofrecen libros de otros autores locales o de nuestra comarca. ¿A qué es debido? ¿No se puso en contacto con ellas? ¿Delega todo el trabajo promocional y comercial a la editorial?
No, no están a la venta porque no he tenido tiempo de ponerme en contacto con ellas. Al estar estudiando entre semana en Alicante y trabajando los fines de semana, apenas tengo tiempo para contactar con ellas, pero este enero, uno de mis propósitos de año nuevo es acercarme a las librerías a hablar con ellas.

Algunos escritores de Almoradí se quejan de la falta de apoyo con sus obras de las instituciones públicas municipales. ¿Está usted en desacuerdo? ¿Qué cree que le falta a Almoradí con respecto a la cultura?
Estoy en desacuerdo con respecto a la falta de apoyo con las obras, al menos en mi caso el Ayuntamiento tuvo representantes en la presentación de Mestiza, así como una nota de prensa en su página web y en sus redes sociales. Hubo bastante difusión, incluso cuando yo no lo había pedido. Lo que creo que falta, sin embargo, son más actividades culturales, tales como charlas en colegios e institutos que inspiren a hacer cosas diferentes, por ejemplo, la escritura o la lectura. Me gustaría que eso se hubiera hecho en mi caso, por ejemplo.

También muchos estudiantes reclaman nuevos libros en las listas de lecturas obligadas para cada curso escolar en la materia de Lengua y Literatura Castellana, que se alejen del S.XVII y de los clásicos. ¿Piensa que sería una buena medida para acercar la lectura a los más jóvenes?
Creo que eso sería una buena forma de que los alumnos se interesasen por la lectura. Está claro que los grandes clásicos son necesarios para entender las novelas actuales, pero a veces no nos motivan lo suficiente como para aficionar a los jóvenes a la escritura. Sobre todo animaría a los estudiantes a leer cosas de autores nacionales, ya que todos hablan de las novelas que están teniendo éxito en el extranjero, cuando hay tanta buena escritura dentro de los límites de nuestro país. Quizá, no las pondría en las listas de obligadas, pero sí las recomendaría.

Nos gustaría también conocer sus gustos literarios. ¿Qué libro está leyendo actualmente? ¿Está siendo de su agrado?
Actualmente estoy leyendo dos libros El Hobbit, y Un mundo feliz. La primera, la empecé hace poco, pero tenía unas ganas enormes de hincarle el diente a la saga de la Tierra Media. Por otro lado, el segundo, recomendado por mi profesor de psicología en su momento, es la tercera vez que lo leo, y me sigue sorprendiendo cómo el autor nos hace una crítica de la sociedad del consumismo y del conformismo tan dura y a la vez tan bien hecha. Es uno de mis imprescindibles, y lo leo cada vez que puedo.

¿Qué libro recomendaría encarecidamente como regalo de Reyes, además de Mestiza?
Depende mucho de la persona a la que vayas a regalarle el libro. Si es alguien que está acostumbrado a la fantasía, apostaría por un libro de Laura Gallego, quizás regalaría Memorias de Idhún, o La Emperatriz de los etéreos.

Si es alguien que no está acostumbrado a la lectura, regalaría El sanador de caballos, de Gonzalo Giner, un libro tan fácil de leer como apasionante; así como Por trece razones, de Jay Asher, un libro muy cortito, que nos hace pensar sobre las repercusiones que tienen sobre otros nuestras propias acciones.

Y, por último, si es un estudiante, tanto de Bachiller como de la eso, le regalaría La leyenda dorada de la filosofía, escrito por Francisco Giménez García, que nos habla de las diferentes ideas que tenían los filósofos antiguos, contadas de una forma original: a través de su muerte.

Por último, ¿qué espera del 2017?
Del 2017 no espero grandes cambios. Me gustaría seguir haciendo lo que me gusta, estudiando y escribiendo en mis ratos libres. Me encantaría que Emmelie, mi siguiente novela, que saldrá publicada a finales de este mes tuviera, al menos, la misma acogida que ha tenido Mestiza, y me gustaría tener más tiempo para leer y para escribir. Quisiera hacer presentaciones por diferentes lugares de la provincia y alrededores, si se diese el caso.


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