Revista Cultura y Ocio

Lawrence Brownlee, Victoria Eugenia

Por Mei @gtltornt

Tenía muchas ganas de escuchar a Lawrence Brownlee, el que fuera un recital era una ventaja porque permite apreciar mejor la voz del cantante y lo que es capaz de hacer con ella, de forma que estuve en San Sebastián el domingo 28 para el recital que cerraba los conciertos del Victoria Eugenia, dentro de la Quincena Musical Donostiarra.

Lawrence Brownlee, Victoria Eugenia

Foto: Diario de Noticias de Gipuzkoa / Ainara Garcia

Brownlee presentaba un programa ecléctico que empezaba con Mozart para acabar con espirituales negros, entremedias lieder de Listz, canciones de Duparc y romanzas de Verdi. Demasiado ecléctico a mi entender, además parte de las piezas interpretadas eran transcripciones para piano y voz de la versión original para orquesta con lo que se ha perdido parte del brillo de estas piezas que no suenan igual sólo para piano.

Brownlee, que por cierto iba con una férula en el pie izquierdo, algo renqueante, empezó con el aria de Mozart, incialmente para orquesta, Misero! O sogno aura che intorno spiri, con sentimiento y fraseando muy bien en italiano.

Después han seguido Tres sonetos de Pretarca de Franz Liszt, lo que más me ha gustado del programa, yo diría que ha sido lo mejor del programa de esta noche. Brownlee ha resuelto muy bien las dificultades en los agudos que presentaban estas piezas.

La primera parte ha finalizado con cinco canciones de Duparc, Chanson triste, Extase, La Manoir de Rosemunde, Soupir y Phidylé. Estas canciones me han parecido menos brillantes que los lieder de Liszt, en parte debido a que alguna de las canciones, Phildylé, ha puesto a prueba el registro grave de Brownlee.

La segunda parte ha empezado bastante bien con las romanzas de Verdi, Ad una estella, Il tramonto y Lo spazzacamino, con la vuelta al italiano.

El público ha aplaudido todas las piezas sin respetar los bloques temáticos lo que ha supuesto un problema en la Cantata de John Carter, con la que ha continuado la segunda parte, que de esta forma ha perdido su entidad como tal. Brownlee ha tenido un pequeño lapsus en la letra que ha corregido rápidamente.

Han seguido tres espirituales negros de Henry Thacker Burleight, Ev’ry time I feel the spirit, Deep River y Sometimes I feel like a motherless child, quizá lo más soso del programa, y seguidamente el programa ha finalizado con Witness de Hall Johnson, otro espiritual negro con más ritmo que los anteriores.

El tenor ha estado muy bien acompañado al piano por Giulio Zappa, muy pendiente del cantante y muy expresivo.

Al final del programa el público ha ovacionado con ganas al tenor estadounidense y éste ha dejado tres propinas. La primera Ah, mes amis, quel jour de fête… Pour mon âme de La fille du régiment, que ha cantado de forma impecable. Después la romanza Rondine al nido de Vincenzo de Crescenzo, cantada con mucha expresividad. Para acabar Je crois entendre encore de Les pêcheurs de perles, quizá lo mejor del recital, que ha conseguido poner al público del Victoria Eugenia aplaudiendo de pie y dar por finalizado el recital.

Os dejo con un vídeo con los Sonetos de Pretrarca de Franz Liszt de los recitales de Rosenblatt, en Londres, del año pasado.

Vídeo de .

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