Revista Cultura y Ocio

Lawrence de Arabia

Por Joaquintoledo

Obviamente para los alemanes y después para los turcos, la presencia de cualquier británico, así sea civil, en medio oriente, era totalmente indeseable. Lawrence, un buen conocedor del terreno, no era bienvenido, y como era de esperarse, los militares ingleses lo llamaron antes de darlo por perdido. El hecho es que ya antes de iniciado el conflicto, él se había ofrecido a colaborar con su país para así poder dar información de los movimientos de las tropas otomanas, so pretexto de realizar excavaciones arqueológicas en distintas partes del mundo. Obviamente iniciada la guerra, pasó a formar parte del ejército inglés informalmente, aunque después es nombrado teniente. Gracias a su dominio de los idiomas y la geografía, es obligado a realizar diversos mapas. Obviamente sus méritos por ayudar a su país le valieron un premio en 1916, la Legión de Honor. Pese a todo, fracasó en su misión de hacer que el comandante turco, Khalil Pasha, ceda el sitio que efectuaba contra el ejército inglés en Irak, a cambio de dinero. Tras esto regresa al Cairo, donde se da cuenta que su misión recién había comenzado.

Al estallar la Revuelta árabe contra la dominación turca, los ingleses encuentran el pretexto perfecto para así poder dividir a la región en dos facciones. El líder de la sublevación era Husayn ibn Ali, el jerife de La Meca. Lawrence sale a su encuentro y se reúne con los hijos del líder árabe, encontrando pronto gran comprensión en uno de ellos, Faysal. Entonces así comienza un nexo entre el británico y los acontecimientos que suscitaron la Revuelta Árabe, a cuyos integrantes ayudaba en inteligencia, estrategia, diplomacia y hasta armas. Los turcos por supuesto, no tardaron en atacar con todo lo que tenían. Pero la presión del Ejército Británico se hizo fuerte en otros frentes, y la sublevación de los árabes fue muy fuerte para los otomanos. Las guerrillas fueron ganando batalla tras batalla y consiguen una campaña brillante. Sería a finales del año 1917, cuando Lawrence, arriesgándose a todo, decide infiltrarse en filas enemigas pero es capturado.

No se sabe bien quién era el jefe de la guarnición turca, pero este al ver que el prisionero era un occidental, no quizo interrigarlo y le propuso tener relaciones sexuales. Lawrence se negó y algunos estudiosos de su vida señala que lo ultrajaron, aunque este hecho no está comprobado, y a menudo es omitido en sus biografías. Aunque sí se admite que fue víctima de maltrato y tortura. Finalmente, se le dejó marchar, aunque con un estado físico y mental deplorable. Pese a todo volvió a combatir y continuó con una campaña llena de éxito hasta que en septiembre del año 1918, los árabes toman Deraa. Luego Lawrence marchó a Damasco, pues la guerra prácticamente estaba acabada, y finalmente se dirige a Gran Bretaña.

Tenía la esperanza de que su patria cumpla con la promesa hecha de constituir un gran imperio árabe, pero como bien sabemos, Inglaterra y Francia ya habían efectuado un pacto para repartirse medio oriente a expensas de sus habitantes. Lawrence se mostró contrario a esto y decide que su regreso a la isla europea es inminente. Siguió telegrafiándose con sus amigos árabes y Faysal, pero nada pudo hacer para cambiar la posición colonialista de París y Londres. Finalmente se dirige a Oxford donde escribe Los Siete Pilares de la Sabiduría.

La posguerra y muerte

Winston Churchill lo llamó para que trabaje en el departamento inglés en medio oriente, en la sede de Egipto. Aceptó pero no consiguió mucho a pesar de todo, pues estuvo sólo un par de meses de 1921 en una tierra ya hostil. Regresó a Londres ese mismo año e imposibilitado de volver a la vida civil, quiso integrarse a la fuerza aérea donde estuvo algún tiempo pero bajo un seudónimo, pues su simpatía hacia los árabes, podría restarle cierto prestigio a la institución. En efecto, eso sucedió, gracias a la acción de la prensa. Esto hizo que Lawrence se pase al Ejército donde anduvo algún tiempo, casi dos años, para cuando fue transferido a la RAF otra vez, pues amenazó con suicidarse. Le enviaron a varios lugares como la India y Pakistán pues parecía que amaba oriente. Escribió libros y continuó con su trabajo los siguientes diez años de su vida. Nunca hubo una mujer conocida, ni hijos. Obviamente esto despertó rumores de que era homosexual, algo que aún se sigue debatiendo.

Pese a todo, a pesar de ser una leyenda viviente, un hombre tolerante con otras culturas, extremadamente culto y que había sido condecorado por sus servicios en la guerra, Lawrence parecía sufrir de depresión continuamente. Nadie sabía qué era lo que le hacía falta, y él por lo pronto se negaba a confesarlo. Era una vida bastante deprimente, aunque él intentaba aparentar la trsiteza. Finalmente, aquel héroe al que nada ni nadie había podido abatir muere cerca a su casa cuando tuvo que hacer una maniobra brusca para evitar matar a dos niños que se atravesaron frente a su motocicleta. El accidente ocurrió en Dorset, Inglaterra. Se golpeó la cabeza al salir despedido, lo cual lo dejó en coma. Soportó seis días, pero no pudo luchar contra la muerte. Era el 19 de mayo de 1935. Sólo entonces el pueblo inglés se percató de aquel gran hombre al que habían perdido. A quien se le han dedicado películas, libros, bustos, estatuas y animaciones de todo tipo, pasando a formar parte de la cultura popular. Y es que Lawrence de Arabia, aunque intentaba ser modesto, hizo de su vida un perfecto paradigma para crear una leyenda que trasciende los tiempos, un fiel reflejo de la dinámica vida de un inglés en tiempos coloniales y de guerra.


Volver a la Portada de Logo Paperblog