Revista Cultura y Ocio

“Leche a gogó” (Visualización para la lactancia durante el embarazo)

Publicado el 18 enero 2015 por Mundotueris @MundoTueris

El libro “Meditaciones para realizar durante el embarazo” de Gabriella A. Ferrari, de Ediciones Oniro, está actualmente descatalogado y fuera del mercado. Es un libro con ejercicios de relajación, visualizaciones y masajes para ayudar a estrechar el vínculo con el futuro hijo durante la etapa prenatal.

Meditaciones para realizar durante el embarazo

Meditaciones para realizar durante el embarazo

Os compartimos esta visualización, que en el libro está en el capítulo dedicado al Séptimo mes del embarazo, en el que la autora presenta ejercicios destinados a reforzar la confianza en si misma y a sustituir vivencias negativas por otras positivas. Sobretodo los ejercicios que se proponen en el libro para el séptimo mes van relacionados con miedos que suelen aparecer cuando se va acercando el momento del parto, entre ellos la inseguridad y falta de confianza y estos ejercicios van destinados a ayudar a superarlos.

A continuación os dejo con el fragmento que hemos escogido del libro de Gabriella A. Ferrari:

“El temor de no tener leche es un aspecto bastante difundido, especialmente entre aquellas madres que han sido alimentadas artificialmente o que se han implicado demasiado en la historia de las experiencias dolorosas y traumáticas de alguna amiga.

A continuación te propongo una visualización que tiene la finalidad de eliminar definitivamente este temor y reforzar tu innata capacidad de alimentar a tu hijo.

A veces, en los cursos de educación prenatal, son las propias madres quienes proponen los títulos de algunas visualizaciones específicas. La que se expone a continuación se denomina “Leche a gogó” y va precedida de una técnica de relajación que se debe realizar en posición supina o de lado (***Relajación del clic cloc).

VISUALIZACIÓN “Leche a gogó” (Este ejercicio de visualización puede grabarse y practicarse con la grabación.)

  • Imagina una puerta cerrada. Es una puerta antigua y robusta, de madera buena y oscura y de gran tamaño…, en ella hay recortada una hermosa figura femenina, sentada en la punta de una roca…, entre los brazos sostiene a un niño recién nacido, que está chupando la leche de sus senos rebosantes e hinchados…, la mujer tiene el rostro inclinado y sonríe al niño…, en la parte superior una aureola de luz parece protegerles…, y detrás de la mujer, brota de las rocas una cascada que forma un riachuelo a sus pies.

  Contempla la belleza de la imagen, que parece viva, y descubre sus detalles…

  • Ahora apoya la mano sobre el tirador de la puerta que se baja fácilmente…, empuja y ésta se abre y te ofrece un luminoso paisaje natural…, es muy bonito…, verdes colinas se suceden hasta el horizone…, los prados floridos, acariciados por una brisa ligera, palpitan bajo el sol…
  • Un sendero ante ti te conduce a un grupo de árboles, a los pies de una colina…, es de tierra batida…, síguelo…, mientras caminas sientes el calor del sol en la cara y en los brazos… El aliento de la brisa entre los cabellos…, el perfume ligero y delicado de las flores y de la hierba…
  • El sendero se adentra en el bosquecillo y entras en una zona moderadamente sombreada…, una alfombra de musgo amortigua tus pasos…, se oyen alegres, los cantos de algunos pájaros entre las ramas…, los perfumes son los del almizcle y de las acacias en flor…
  • Caminando lentamente por el sendero, empiezas a oír un sonido ligero de agua que fluye…, cada vez lo oyes con mayor claridad…, el camino termina en un claro del bosque…, es un lugar hermosísimo y encantado…, hay rocas de las que brotan chorros y forman una cascada que a su vez forma un riachuelo…, que se desliza hasta los pies, luego hace una curva y prosigue entre los árboles…, es agua purísima de manantial…
  • Camina hacia ella siguiendo el riachuelo…, ahora el agua está delante de ti…, quítate la ropa y colócala sobre el prado…, estás completamente desnuda bajo el sol…, métete en el riachuelo…, el agua te llega a los tobillos y está fría…, ahora estás delante de la pequeña cascada…, acércate hasta tocarla…, mójate las piernas…, el vientre…, los hombros y los brazos…, los senos…, la cara…, un escalofrío te recorre de la cabeza a los pies…, continúa arrojando agua sobre tu cuerpo aunque te ponga la piel de gallina…
  • Te estás acostumbrando…, acércate extendiendo los brazos y deja que el agua fría y pura se deslice por tu rostro, por tu espalda y por todo tu cuerpo…, es como un latigazo…, esta agua mágica te lava de pronto toda vía negativa…, es una purificación que regenera profundamente tu emergente feminidad…

Ábrete y deja que el agua milagrosa te recorra, también internamente, de los pies a la cabeza, disoliendo cualquier tensión…, cualquier duda…, cualquier conflicto…, cualquier recuerdo negativo…, cualquier obstáculo…

Es como si te hubieses convertido en esa agua que fluye y se transforma en riachuelo…

  • Ahora vuelve al prado…, estírate al sol, sobre tu ropa extendida como una sábana…, siente cómo tu cuerpo mojado y gélido se estremece…, la piel de gallina…, cómo los pezones se erizan y endurecen, y te producen una fuerte sensación…
  • Concéntrate en tus senos…, siente cómo el calor del sol los acaricia, calentándolos plácidamente… Su luz penetra en profundidad, iluminándolos…, tus senos se endurecen y se llenan de luz…

Mira cómo se abren tus conductos de la leche…, el líquido nutritivo, blanco y fluido, empieza a subir abundantemente hacia los pezones…, mira cómo brota en dos arroyos.

Observa con alegría cómo tus senos perfectos y sanos producen un chorro continuo de buena leche que fluye copioso por ambos pezones…

Repite mentalmente a cada inspiración:

“De mis senos perfectos…” 

y suspirando a cada espiración:

“…sale leche rica y abundante”.

…………………………………………………….

Continúa así hasta alcanzar una sensación casi de omnipotencia. Repite cada día esta visualización hasta que te sientes en condiciones de alimentar a tu hijo durante todo el tiempo que él quiera.


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