Revista Cocina

Leches vegetales. Leche de coco

Por Bouquetgarni
Dejamos atrás ya las fiestas con sus excesos y empezamos a poner nuevo rumbo a nuestras vidas o, al menos, a nuestra cocina. Quien más, quien menos hemos cometido algún traspié en nuestra dieta con la excusa de que las celebraciones son sólo una vez al año; pero, ya queremos volver por completo a la normalidad porque el cuerpo nos lo pide a gritos. Por eso, hoy les propongo una receta liviana, de ésas que nos impulsan a portarnos bien como propósito de año o para recuperarnos de todo lo que engullimos de más en diciembre ;) 
¿Qué les parece preparar una leche vegetal distinta (digo así porque, por lo general, las preparamos a partir de semillas o cereales y, en este caso, será a partir de una fruta)? En los mercados, barrios chinos u orientales de toda ciudad importante y en tiendas especializadas en productos dietéticos podemos encontrar - con relativa facilidad - la leche de coco. Sin embargo, prepararla en casa es una tarea mucho más sencilla de lo que se pueden imaginar. Podemos realizarla a partir de coco natural (este es mi caso), o de coco rallado deshidratado o en escamas (prometo enseñarles el método en otra ocasión).
Leches vegetales. Leche de coco
Con tan sólo 2 ingredientes y algunos pocos utensilios fáciles de tener en casa o económicos de conseguir  - y útiles para otras ocasiones -, obtendremos una leche suave (aunque menos cremosa que la envasada), ideal para cocinar y para preparar sabrosos batidos o smoothies.
Leches vegetales. Leche de coco
Primero, les explico (por si no lo saben hacer) cómo quitar el agua que trae dentro el coco. En uno de los extremos de la fruta se pueden ver 3 ojitos o manchas deprimidas en la corteza que son de un color más oscuro. Una de ellas, al hacer una ligera presión con el dedo pulgar, se notará más blanda o menos resistente que las demás. En ésta, entonces, efectuarás un orificio con algún objeto puntiagudo (¡Cuidado de no lastimarte!). Entonces, colocá el coco con el orificio que le practicaste hacia abajo, apoyado sobre la boca de un vaso. Allí, recolectá el agua de la fruta; luego, colala y reservala para utilizarla más adelante.
Leches vegetales. Leche de coco
Una vez que el coco esté vacío, será el momento de quitarle la cáscara. En este caso, en la misma zona donde se encuentran las tres depresiones en donde efectuaste el orificio para extraer el agua de su interior, practicarás un golpe seco con algún objeto contundente, tratando de no hacerlo trizas. Sólo debés romper el fruto a la mitad o en algunos pedazos grandes para realizar el resto del trabajo a mano, posibilitando así dejar la menor cantidad posible de basura o restos de cáscara que puedan mezclarse con la pulpa (que es lo que más nos interesa para preparar la leche).
Leches vegetales. Leche de coco
Cuando ya tengas el coco cortado en trozos más o menos parejos (ni muy grandes, ni muy pequeños), limpio y sin restos de la corteza exterior (sí deberá tener la película amarronada que envuelve la pulpa), colocarás las porciones en el vaso de la licuadora o procesadora. Además, agregarás el agua del interior que recogiste y filtraste o colaste con cuidado y 1-1,5 litros de agua potable.
Leches vegetales. Leche de coco
Procesá o licuá la fruta a velocidad máxima por unos 5 minutos. Verás que quedan algunas pintitas marrones que corresponden a la película que recubre la pulpa del coco. No te preocupes por ellas, luego desaparecerán de tu leche.
Leches vegetales. Leche de coco
Por último, volcá la mezcla obtenida (agua más pulpa procesada) en una bolsa especial para preparar leches vegetales (se trata de una bolsa con una malla muy cerrada que impide el paso de impurezas) que ubicaste dentro de un colador o tamiz (que también tenga el mallado bien apretado) al que colocaste sobre el borde de un bol lo suficientemente amplio o profundo como para contener la leche que vas a obtener.
Primero, dejá que la fuerza de gravedad haga su trabajo y, luego, comenzá a escurrir, haciendo presión y retorciendo la bolsa para obtener toda la leche posible. En este punto, asegurate de escurrir lo mejor posible la pulpa dentro de la bolsa para que no quede nada de líquido allí.
Leches vegetales. Leche de coco
Cuando sólo quede la pulpa bien escurrida dentro de la bolsa... ¡Trabajo terminado! ;)
Con esa pulpa podés preparar, galletas, bombones y trufas de coco; incluirla en masa de tortas, budines/bizcochos/queques o bizcochuelos/bizcochos, panqueques/gofres, waffles, postres, flanes, helados... También podés agregarle más agua potable (menos cantidad que en la primera ocasión) para obtener una segunda colada de leche, repitiendo todo el proceso desde la licuadora o procesadora.
Leches vegetales. Leche de coco
La leche obtenida del doble colado (bolsa-colador o tamiz) la podés envasar en una botella limpia y esterilizada, conservándola en heladera/refrigerador/nevera por 3 a 4 días. Con ella, podés cocinar - reemplazando la leche de origen animal - o preparar bebidas.
Leches vegetales. Leche de coco
Algunas observaciones y recomendaciones finales: Si lo deseás o preferís, podés perfumar la leche con extracto de vainilla o esencia de almendras. 
Para endulzarla es preferible hacerlo al momento de utilizarla. Para ello, podés emplear miel, melaza, miel de caña, arrope, azúcar integral/mascabo o endulzantes naturales.
Aunque no tengas una bolsa de malla para preparar leches vegetales no es excusa para no realizar esta leche. En su lugar, podés utilizar una gasa o tela de similares características junto con el colador o tamiz de malla bien cerrada o sólo el colador. 
Si bien no tiene la misma consistencia cremosa que las leches de coco comerciales, cuenta con sus mismas propiedades nutricionales: Contiene vitaminas C, E y del grupo B (B1, B2, B3, B5 y B6), potasio (ayuda a reducir la presión arterial), cromo (ayuda a mantener a raya el colesterol y el azúcar en sangre), selenio (importante antioxidante), fósforo (contribuye al fortalecimiento de los huesos, uñas, piel, dientes y tejido nervioso), hierro (combate la anemia), magnesio (evita calambres) y zinc (previene ciertos tipos de cáncer). Además, no contiene fructosa ni glucosa, y posee abundante fibra vegetal que ayuda a controlar el peso y a mantener equilibrado nuestro sistema digestivo. Asimismo, si bien no debe consumirse a diario, es muy recomendada para emplear en ciertos platos (en especial de la cocina thai y asiática), como sustituto de leches de origen animal y para preparar batidos o smoothies.

Cuenta la leyenda que el nombre de este fruto se debe al parecido que encontraron los exploradores portugueses que acompañaban a Vasco da Gama  - quienes lo llevaron por primera vez a Europa - con el Coco (o Cuco como también se lo denominaba en algunos lugares de Sudamérica; incluido mi país), un personaje atemorizante con que se amenazaba a los más pequeños para que no se alejaran de sus hogares durante la hora de la siesta o a aquellos niños que no eran obedientes. El Coco, a su vez, derivaba de la tradición celta extendida en Galicia y Portugal de cortar calabazas con tres agujeros a modo de ojos y boca (cualquier parecido con la celebración de Halloween estadounidense no es mera coincidencia... Jajaja) que, a su vez, estaría inspirada en el culto celta de las cabezas cortadas (aunque los investigadores del tema no terminan de ponerse de acuerdo sobre si los celtas realizaban o no rituales de sacrificio humano).
Leches vegetales. Leche de coco
Si han tenido oportunidad de observar en persona cómo se prepara la leche de coco para la venta al público en países del sudeste asiático (procedimiento que no difiere mucho de los métodos que utilizan las empresas que la comercializan a mayor escala en todo el mundo), habrán podido notar que la pulpa del coco se prensa con unas máquinas algo rudimentarias, pero eficientes, recogiéndose una prensada pura en la primera pasada (como cuando se logra la primera prensada en frío de los aceites vegetales) y posteriores prensadas a las que se les añade agua para estirarla. De este modo, la primera es la más pura y cremosa de todas ellas. Cuando buscamos reproducir este método de forma casera, la técnica más económica y menos complicada es la que les expliqué anteriormente con la que se obtienen resultados más similares a los de las prensadas posteriores a la primera prensada del método tradicional. Sin embargo, como ya les dije, la leche que obtenemos es sabrosa, refrescante, nutritiva y muy práctica para cocinar con ella.
Como siempre que preparamos leches vegetales, recuerden revolver o mezclar bien toda la bebida antes de servirla porque suele separarse o sedimentar con facilidad, debido a la diferencia de densidades. Esto es normal y no ofrece ningún inconveniente si recordamos mezclar bien antes de servir.
Leches vegetales. Leche de coco
Como han visto, el procedimiento para obtener esta leche vegetal es más complicado de explicar que de realizar en sí mismo :D Sin embargo, por tratarse de un  producto muy sabroso que podemos aprovechar a preparar cuando vemos cocos en la verdulería-frutería o mercado (como en esta época; ya que, por aquí, estamos en verano), vale la pena conservar la receta e intentarla porque no es nada difícil y resulta muy económica en comparación con la que compramos. En otra ocasión, prometo enseñarles a realizar la misma leche pero con coco deshidratado o en escamas que podemos conseguir durante todo el año ;)Les deseo una hermosa semana. ¡Pásenla muy bien, disfruten con sus seres queridos y experimenten en la cocina!
Textos y fotografías: ©Bouquet Garni Recetas

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