Revista Cultura y Ocio

Lectura conjunta: 'La Regenta', de Leopoldo Alas "Clarín"

Publicado el 26 junio 2015 por Carm9n @Carmenyamigos
En junio de 1885 salía a la luz el segundo y último volumen de La Regenta, de Leopoldo Alas "Clarín". Este mes hace ya 130 años de la publicación. Y este hecho, añadido a cierta predestinación que os comenté en esta entrada, me ha animado a hacer una relectura de esta gran novela, una de las obras maestras de la literatura española del siglo XIX. Pero en lugar de hacerla a título personal se me ha ocurrido organizar una lectura conjunta con quienes tengáis a bien aceptar la propuesta. Invitados estáis todas y todos, sin excepción.  Si os animáis a leer La Regenta- este verano puede ser un muy buen momento-  me dejáis un comentario aquí, os lleváis el banner por vuestros sitios web y redes sociales para darle un poco de publicidad y vidilla a esto, y nos ponemos en marcha.  El plazo para unirse a la lectura estará abierto hasta el 31 de agosto y el plazo para colgar las reseñas en vuestras bitácoras o vuestros comentarios en Facebook durará hasta el 31 de diciembre.   La cosa como veis es fácil, sin complicaciones. Ahora solo queda que me deis el sí. ¿Os animáis a acompañarme?... 
"La heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el Norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles. Cual turbas de pilluelos, aquellas migajas de la basura, aquellas sobras de todo se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo sobresaltadas, dispersándose, trepando unas por las paredes hasta los cristales temblorosos de los faroles, otras hasta los carteles de papel mal pegado a las esquinas, y había pluma que llegaba a un tercer piso, y arenilla que se incrustaba para días, o para años, en la vidriera de un escaparate, agarrada a un plomo."

 

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