Revista Cultura y Ocio

Lecturas para un ocho de marzo

Publicado el 02 marzo 2015 por Carmina
Para mi el día de la mujer no se limita a ese reivindicativo 8 de marzo, es los 365 días del año, en que intento poner mi granito de arena para que esa igualdad deje de ser algún día una utopía y se transforme en un una realidad. Pero en una realidad que no me haga plantearme a diario que cuento es el que nos han vendido a las mujeres que encaramos la mayoría de las veces una doble jornada laboral mal agradecida y remunerada.
Cuando Carmen administradora del grupo Tarro libro 2015, nos propuso esta iniciativa, me pareció excelente, yo ya tenía mi lectura, no precisamente una lectura de mujeres de nuestro tiempo, pero si una con unas mujeres sin cuya valentía y saber hacer las generaciones posteriores no estaríamos donde estamos, y por ello considero este libro una buena propuesta.
Lecturas para un ocho de marzoMi aportación a esta iniciativa es:  La conspiración de las lectoras de Jose Antonio Marina y María Teresa Rodriguez de Castro, lo primero que me gustaría deciros es que no es una novela, es más bien un ensayo estructurado de una forma para mi muy original, porque se aborda como si fuera una investigación detestivesca, no en vano   Jose Antonio Marina fundó Mermelada & White una peculiar agencia de detectives filosóficos y culturales. Según su fundador su especialidad son los casos que por moverse en terrenos poco definidos, exigir saberes múltiples, o vivir entre el pasado y el futuro quedan descuidados por la investigación académica. El caso fue sugerido en una conversación por Carmen Martin Gaite, y Jose Antonio Mariana lo rescata para crear este libro, tan necesario como imprescindible para conocer el papel de la mujer en la historia.Desde 1926 hasta el comienzo de la Guerra Civil hubo en Madrid una asociación de mujeres, el Lyceum Club Femenino, que como escribió Mª Teresa León, conspiraba para adelantar el reloj de España. Posiblemente la más brillante generación de mujeres de la historia de España: María de Maetzu, Victoria Kent, Clara Campoamor, Hildegart, María Lejarraga, Carmen Baroja, Zenobía Camprubí, Concha Mendez, Maruja Mallo, Ernestina de Champourcin... Pensaron que las fracturas provocadas por las ideologías políticas y religiosas podían superarse mediante la educación.
Os preguntaréis porque he elegido este libro tan alejado de nuestros días, y es que siempre he pensado que para avanzar en el presente tenemos que ser conocedores de nuestro pasado, más si tenemos en cuenta que en estos últimos años hemos retrocedido de forma brutal en derechos sociales y económicos, y si me apuráis también en los derechos de la mujer, por cuanto se ha llegado a insinuar que para terminar con el paro las mujeres deberían volver a los hogares, y aquel es más alto entre las féminas que entre los varones, creo que no nos conviene perder de vista lo mucho que nos ha costado llegar hasta aquí.
La historia que nos atañe es la de aquellas que se decidieron a reexaminar el papel que se le había atribuido a la mujer, aquellas que lucharon por sus intereses, aquellas que en una época en la que no había redes sociales, tejieron su propia red sin ayuda de la tecnología y crearon un lugar de reunión, de intercambio de lecturas, donde no estaba permitida ni la religión ni la política por ser elementos desestabilizantes y causantes de polémicas. Pensaron que la mujer solo podía ocupar el lugar que se merecía si tenía una educación, si tenía acceso a lecturas que le estaban vedadas. La mayoría de estas lecturas giraban en torno a la jurisprudencia eran manuales de derechos. Es lo que tiene leer. Te invita a reflexionar. Y a cuestionarte lo que te rodea. Sin embargo muchos hombres pensaron que era peligroso que las mujeres leyeran, José Valenzuela Moreno denuncia lo que muchos otros hicieran antes: Las mujeres que leen son peligrosas.Y al hilo de este último párrafo, ¿que somo nosotras, las participantes en esta iniciativa?, Lectoras, blogueras algunas, y con nuestras opiniones y las lecturas que elegimos me gusta pensar que ponemos nuestro granito de arena para que esta sociedad cada día sea más justa.Las mujeres protagonistas de este peculiar y original libro son abogadas, escritoras que publican con nombre de varón y algunas de ellas también esposas de escritores, entre ellas yo destacaría Zenobía Camprubín, la mujer de Juan Ramón Jimenez, que supo conjugar a la perfección ese papel de esposa en la sombra y seguir sin embargo con su vida y sus intereses, se dedicó a cuidar a su marido tal y como esperaban de ella y al mismo tiempo supo mantener su propia vida, sus propios sueños...Nos encontramos ante un trabajo minucioso que nos plantea el papel de la mujer, desde la dictadura de Primo de Rivera hasta la dictadura franquista, ninguna de ellas llego a ver que sus sueños se convertirían en realidad años más tarde, que la semilla que plantó la II República seria recogida por la Democracia.Todavía queda un largo camino para conseguir la igualdad de género, sin embargo no hay que dejar de admitir que sin el trabajo de estas mujeres en los años veinte este sería más largo y arduo.Por último os dejo un fragmento, en el podréis constatar el estilo del libro, y animaros a leerlo"La experiencia del Lyceum fracasó, víctima del terrible naufragio de la sociedad española. Su justo proyecto de emancipación femenina, fundado en la igualdad de derechos, en la educación, y en la ética, se vio envuelta en una batalla que no era la suya. Y el fracaso de la inteligencia social española lo arrastró. El régimen franquista, con el apoyo de la Iglesia Católica, retomó el modelo patriarcal. En nombre de la defensa de la familia y volvió a limitar la autonomía femenina."

Lecturas para un ocho de marzo

Esta es una iniciativa del grupo Tarro libros 2015 que podréis seguir en este enlace



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