Leído: Reamde de Neal Stephenson

Este libro de 2011 tiene de todo a lo largo de sus 1056 páginas. Desde videojuegos online hasta terrorismo internacional pasando por survivalistas norteamericanos y el MI5. En primer lugar, no es un libro de ciencia ficción. El autor y el resumen del argumento pueden llevar a error, pero lo cierto es que no es de ciencia ficción.

Todo comienza con la familia Forthrarst, una estereotipada familia de estadounidenses bastante locos por las armas. A esta familia pertenecen Zula y Richard. Este último ha creado un popular juego tipo “wow” llamado T’rain que arrasa en internet, y Zula, su sobrina trabaja de informática para él.

La trama comienza a enredarse cuando Peter, el novio de Zula, vende a unos mafiosos rusos una base de datos de tarjetas de crédito, pero el comprador, activo jugador de T’rain es infectado por un virus llamado reamde, y que se extiende a través de este juego. El virus encripta los datos, y el jefe del mafioso no se pone precisamente contento, así que secuestra a Zula y a su novio para que le ayuden a resolverlo. Este camino les lleva a China, donde tras una serie de desventuras acaban implicados también unos yihadistas para finalmente volver a Estados Unidos.

Es una buena novela, tampoco es memorable, pero si que es buena. Quizá excesivamente larga, pero no tiene tiempos muertos. Especialmente a partir de la mitad del libro, es como estar jugando una partida de ajedrez, donde ves a todas las piezas dispersas por el tablero y te devanas los sesos para imaginar donde encaja todo eso. Porque durante parte del libro, los personajes están dispersos por tres continentes y parece improbable que puedan llegar a reunirse.

Me ha gustado el desarrollo de algunos personajes, especialmente de Richard y Olivia, una espía británica. No me ha gustado tanto el desarrollo de otros personajes que parecen cascarones vacíos, o que cambian de carácter repentinamente, pero en general están bien caracterizados. Tampoco me ha gustado el concepto de amor a primera vista que tiene el autor, porque sus personajes se enamoran con un mínimo de interacción, lo que no es realista, pero se hace necesario para explicar algunas cosas en la trama. También me ha gustado lo mucho que se habla de armas, porque da la sensación de tener detrás un buen trabajo de documentación gracias a la que convierte escenas sosas en escenas muy interesantes.

Si queréis un libro con intriga, con tramas complicadas e intercontinentales y un final épico, este es vuestro libro.

Silvestre Santé