Revista Cocina

Lentejas casadas

Por Futblo @futurobloguero

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Bueno amigos, después de solucionado el tema del espacio aéreo, para que luego digan que los blogs no tenemos influencia, veo que una vez más vuelve a llover. Yo quería dar por cerrada la temporada de legumbres, pero contra la meteorología no se puede luchar así que nos adaptamos inmediatamente y publicamos una receta de lentejas.

En general la gente suele preparar dos tipos de lentejas estofadas, unas que se suelen llamar lentejas viudas, en las que no hay productos cárnicos, y cuyos ingredientes habituales, además de las lentejas son patata, cebolla, pimiento, ajo y zanahoria, y otras a las que por contra, llamaremos lentejas casadas, a las que, además de los anteriores ingredientes, se incorporan chorizo, panceta, morcilla o artículos similares del cerdo.


En este caso, tenía en el congelador unas puntas de costilla de cerdo ibérico que traje del viaje a Jabugo, pero igual podéis prepararlas con costillas de cerdo frescas o adobadas que también harán su papel estupendamente. Yo no soy partidario de usar morcilla con las lentejas, pero va en gustos.


Para esta receta de lentejas necesitaremos los siguientes ingredientes:


(salen 5-6 raciones)

 

  • 400-500 gramos de lentejas. (Podéis usar lentejas castellanas, que son más grandes y tienen una calidad estupenda o lentejas pequeñas, también llamadas francesas, aunque en general estas lentejas del tipo pardinas suelen proceder de los USA) Yo he usado en esta ocasión lentejas Pardinas.

 

  • 2 chorizos de vuestro gusto, que no sean muy fuertes, o un trozo de longaniza de guisar de unos 150 gr

 

  • Un hueso de jamón o una punta de jamón (mejor)

 

  • 250 gr de carne de cerdo, o como en este caso, 350 gr de puntas de costilla ibérica (porque el hueso no se cuenta)

 

  • Agua, sal, una hoja de laurel y una punta de pimentón de la Vera

 

  • 1 cebolla y media y dos dientes de ajo

 

  • Un tomate maduro y Medio pimiento verde y medio pimiento rojo

 

  • 3 zanahorias y 2 patatas medianas

Cuando yo era pequeño, había que revisar las lentejas una por una y separar las piedras, que siempre se encontraban. Después se dejaban como el resto de las legumbres, una noche de remojo en agua y se cocinaban a la mañana siguiente, para comerlas al mediodía. Hoy las lentejas vienen perfectamente limpias, y en el caso de las pardinas, no necesitan ni siquiera el remojo de la víspera, por lo que si se os antojan y tenéis una hora de margen, podéis decidir hacerlas en cualquier momento y tenerlas listas para el almuerzo.

 

Preparación:

Comenzamos limpiando muy bien las lentejas sumergiéndolas en un recipiente con agua, o poniendolas bajo el grifo, eliminando así los pellejitos que hayan quedado flotando y otras posibles impurezas. Seguidamente, colocamos las lentejas escurridas en la cazuela donde vayamos a cocinar junto a las patatas, la cebolla y el chorizo troceado y el hueso de jamón, y cubrimos todo con un litro y medio de agua o un poco más, para que quede todo bajo el agua, pero no excesivamente. Añadimos también las zanahorias bien picaditas y una hoja de laurel. Si queréis podéis clavar unos clavos (de especia) en la cebolla de modo opcional. También podéis añadir un puerro bien lavado.

 

Cortamos bien picaditos los pimientos, el tomate y la media cebolla restante y reservamos.

 

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En una sartén, comenzamos a dorar las puntas de costillas, o las piezas de carne que vayamos a usar. (foto superior) Una vez doradas, las incorporamos a la cacerola de las lentejas.

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Sofrito 1. En la sartén donde hicimos la carne, damos una vuelta con aceite a la mitad de los pimientos rojos y verdes que teníamos picados y reservados y cuando estén listos, los enviamos para la cazuela.

 

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Encendemos el fuego y comenzamos a cocinar las lentejas, moviendolas un poco al principio para que no se agarren y quitando la espuma que saldrá al comienzo de la cocción. En olla rápida deben tardar en torno a 10 minutos, 12 como máximo.

 

Pero si las hacéis como yo, lentejas de las de verdad, de puchero, tardaréis aproximadamente una hora, pero debéis probar las lentejas a los 40 - 45 minutos, ya que debido a la distinta dureza del agua y de calidad o clase de las lentejas, pueden estar hechas antes o después. En mi caso, las lentejas estaban en su punto aproximadamente a los 50 minutos. Importante, no andar meneando mucho las lentejas, porque se despellejarían y no quedarían bien. Si hay que moverlas, moved la cacerola en movimientos circulares, no con la cuchara.

 

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Sofrito 2. En la misma sartén que hicimos el sofrito 1, ponemos el resto de los pimientos, el ajo bien picado, la media cebolla y el tomate que teníamos reservados y los pochamos lentamente. Cuando esté bien hechos, apartamos la sartén del fuego y añadimos el pimentón. Tomamos un par de cucharones del caldo de las lentejas (no importa si vienen algunas lentejas o alguna zanahoria) y los ponemos en el vaso de la batidora junto al sofrito 2. Si añadisteis el puerro, lo meteis también en la batidora. (Yo no suelo poner) En unos segundos, tenemos un concentradito de verduras que engordará el caldo, dando una textura perfecta a nuestras legumbres.

 

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Un último chup chup para integrar bien los sabores y rectificamos de sal. En mi casa, es costumbre añadir un chorrete de salsa Perrins (Worcestershire) Y ya solo falta quitar el laurel y la cebolla cocida y ya están, listas para disfrutar.

 

Para emplatar, podéis servirlas en cazuelitas de barro individuales, como las de las gambas al ajillo y os quedarán más auténticas. Y ya sabéis, si quieres las comes, y si no, las dejas. Yo, desde luego,... me las como. ¿Y vosotros?

 

Sed felices,

 

Lentejas casadas. La receta
Un saludo del Futuro Bloguero desde Lazy Blog


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