Letras y Viñetas (122): "Jack de Fábulas, fin", se acabó lo que se daba

 Portada del tomo.
Algunos personajes llegan más al público que otros, por uno motivo o por otro, y aunque empiecen siendo unos simples secundarios logran hacerse un nombre propio.
Ese es el caso de Jack, el pícaro protagonista de cuentos que mató gigantes y encandiló a princesas del hielo.
Cuando la serie llamada “Fábulas” empezó es de suponer que nadie esperaba en lo que se acabaría convirtiendo, no olvidemos que era una historia unitaria que aunque presentaba a los personajes principales (y la situación en la que se encontraban) era también un relato de novela negra en toda regla. En palabras de mi hermano “es una de asesinatos protagonizada por Lobezno” (en referencia Feroz, el lobo de Caperucita).
Una mujer, Rosa Roja que era hermana de Blanca Nieves, había muerto y ante el aviso que Jack (la fábula más querida de todas) empiezan las pesquisas para descubrir lo que realmente ha sucedido. Y por supuesto, el género negro es así, nada es lo que parece y nadie es tan culpable/inocente como pretende hacer creer.
Con esto comenzó, hace ya años, la que sería una de las series de más largo recorrido, mejor trayectoria y mayor imaginación que se había visto desde la genial “Sandman” de Neil Gaiman, aunque con enfoque e intenciones totalmente distintos de esta.

“Jack de Fábulas” recoge las aventuras de este pendenciero personaje, no podemos decir héroe y es que no lo es ya que estaría más cerca de ser un villano si nos ceñimos al blanco y negro de las aventuras de los superhéroes. Una serie que ha llevado a su protagonista por mundos increíbles, le ha hecho jugador en Las Vegas y ha provocado algunas consecuencias más que terribles, pero todo lo bueno llega a su fin y no hay excepción.
“Fin”. No hace falta más para titular a este tomo publicado por Planeta DeAgostini y es que eso lo que es, el final de una serie, de todo lo contado, de los personajes y de la parte más gamberra del universo de “Fábulas”.
Jack es un dragón y deberá enfrentarse a su hijo, pero en el proceso aparecerán muchos más actores en una obra que está plagada de tintes Shakesperianos.
Desde la primera hasta la última página, con guiones de Willingham y Sturges acompañados de los lápices de Tony Akins, esto es un no parar sin un momento de descanso al lector. No hace falta una gran presentación de los personajes, se supone que ya son conocidos por los seguidores de la serie, y se pasa directamente a la que será sin duda la aventura final (el propio título lo promete) en la que todo lo que ha ido pasando tendrá que cerrarse de una forma o de otra. Y todos sabemos que en esta larga saga siempre hay sorpresas, juegos del lenguaje (y el propio metalenguaje del cómic) y que los finales son una excusa para contar algo todavía más grande.
Una vez más se demuestra la habilidad de Willingham a la hora de hacer guiones, trazar líneas y finalmente unirlas todas bajo un techo que da sentido a todo lo anterior y nunca de la forma que esperábamos.
 Aquí empezó todo.