Revista Cultura y Ocio

Libros encadenados.- febrero

Publicado el 06 marzo 2013 por Molinos @molinos1282
LIBROS ENCADENADOS.- FEBRERO
Ando como el conejo de Alicia: leo poco, leo poco, leo poco, leo poco. Como un pollo sin cabeza acarreo el libro por mi casa pero no me da tiempo. Me duermo, me duermo, me duermo. Necesito un cambio de horario o audiolibros como me sugirió alguien el otro día, aunque no sé si me molarían…
Nada se opone a la noche de Delphine de Vigan. Este libro me lo recomendó NáN día que fuimos a Tipos Infames con Aroa y Porto, porque le había gustado mucho. Como casi siempre que me recomienda algo, a mí no me ha molado nada, así que nos pegaremos en el barro.
Es un bluff total de libro. Intensismo francés que no va a ninguna parte y que no aporta nada. Además, no está bien conseguido el tono ni el hilo. La autora, Delphine, reconstruye la vida de su madre después de que ésta se suicide y Delphine encuentre el cuerpo. La novela va y viene entre los sufrimientos de la autora para escribirlo, para enfrentarse a los recuerdos, a las charlas con los familiares, las grabaciones y la historia de la madre. Ninguna de las dos cosas tienen el más mínimo interés.
Es una novela completamente fallida para el lector. Delphine se casca una descripción detalladísima de personajes en la primera parte que hace que te identifiques con unos y con otros, que te involucres y de repente Delphine decide que eso no le mola y te saca de la historia bruscamente cogiendo cada vez más distancia, como si ya no le interesara nada contar lo que está contando. El lector se sorprende y cada vez tiene menos interés por la historia porque además ya sabe cómo termina porque se lo han contado en la primera página.
Delphine es intensa como solo una francesa puede serlo, elevándolo a su enésima potencia y con afán de protagonismo. Tiene una historia familiar tremenda, pero es tan tremenda y ella la cuenta con tanto desacierto que no consigue conmover ni lo más mínimo cuando debería dejarte completamente arrasada emocionalmente, porque Delphine acumula en toda la historia nada más y nada menos que: la muerte de 3 niños, 4 suicidios, unos cuantos abusos sexuales, unas cuantas drogadicciones, un par de enfermedades mentales graves y una sucesión de relaciones amorosas desastrosas. ¿Qué pasa? Que al final no te crees nada y vas leyendo y dices “ Anda Delphine pírate”. Un bluff.
“Memorias líquidas” de Enric González. De éste ya lo dije todo. Los que leéis en ebook podéis descargaros ya la versión digital que sale por 10 euros y es un precio bastante más ajustado. Sigo recomendándolo muchísimo.
"Después de medianoche" de Irmgard Keun. Este libro que llevaba años en mi lista de pendientes, me lo trajeron los Reyes. Es una novela que se publicó en 1937 y cuenta la historia de Susanna, una chica alemana de la zona de Mosela que tras pasar una temporada en Colonia con una tía lejana y enamorarse de su primo Franz, se marcha a Frankfurt a vivir con su hermanastro y su mujer. La “acción” transcurre en apenas dos días en los Susanna recorre bares, asiste a un desfile y un discurso de Hitler y prepara una fiesta para la mujer de su hermano. El lector va conociendo a distintos personajes que ya con Hitler en el poder se sitúan como fervientes seguidores del nazismo o como sufridores de los que se les viene encima: fanáticos, traidores, soplones, inocentes, ingenuos, crédulos, la gama completa de actitudes humanas.
La descripción de escenas y personajes de la Alemania de 1936 me ha recordado a La Colmena de Cela, pero no me ha gustado mucho, no he conseguido meterme en la historia en ningún momento, me resultaba extrañamente ajena e irreal a pesar de todo lo que he leído sobre esa época.
Usagi Yojimbo. La historia de Tomoe de Stan Sakai. Este es un comic regalo de Javi, uno de los descerebrados más antiguos. En teoría era para M y C, pero lo he leído yo antes. Es un comic de samuráis muy entretenido. Se lo pasé a M y le encantó aunque “Mami he pasado un poco de miedo con la historia del fantasma y la araña”..lo cogió y no lo soltó hasta terminarlo. A los que tenéis churumbeles de 9-10 años os lo recomiendo. Les molará mucho.  ¡Mil gracias Javi!
- M apaga la luz ya. - Un momentito más. - Que apagues la luz. - Solo un poco más y ya termino. - Mañana te vas a morir de sueño. - Y tú.
Flores en las grietas. Autobiografía y literatura de Richard Ford.  Soy muy fan de Richard Ford desde que leí “El Periodista deportivo”. En este caso es una colección de ensayos sobre literatura y unos breves relatos autobiográficos.Los de literatura versan sobre por qué escribir, teorización sobre los relatos y sus distintas experiencias como escritor. Sobre su vida hay unos cuantos breves relatos, todos buenos aunque el de su padre y la bicicleta es espectacular.
No es un libro que recomendaría a nadie que no haya leído antes al Ford de ficción, pero a mí me ha gustado, he doblado mogollón de esquinas y he copiado muchísimo en mi cuaderno rojo. Rescato de todas mis citas, solo tres:
Una sobre la censura en el arte o la literatura.
El arte siempre se desarrolla como un acto de libertad, lo cual no significa que la opresión acabará con él, pero si que le pondrá obstáculos y que a algunos nos privará de su generosidad y su luz. Sin embargo, conceder libertad a otros no es una virtud tan notable cuando se está de acuerdo con lo que éstos hacen. Sólo es una gran virtud cuando se acuerda permitir lo que a uno no le gusta. Es esa extraña, incómoda y vertiginosa cualidad del arte – que puede sorprendernos y decirnos cosas que no nos gusta saber- lo que le diferencia de la política. Y e es esta cualidad del arte la que hace de él algo tan frágil, precioso y atractivo”.
“ La verdadera censura- que de eso estamos hablando, al fin y al cabo- no es únicamente un ataque personal que dice “no puede decir eso”, sino un ataque que, insidiosamente dice “no puedes oír eso, no puedes saber eso, no puedes pensar eso”. Es un impulso que se encarga de alimentar la apatía moral de todos nosotros”.
Y para terminar esta increíble descripción de su amigo Raymond Carver al que dedica todo un emocionante y brillante capítulo.
Pero en 1977 era alto, falco, huesudo, vacilante y hablaba poco y en un susurro entrecortado. Parecía simpático, aunque un poco asustadizo, pero no de una manera que asustaba a su vez al interlocutor, sino más bien como sugiriendo que acababa de estar contra las cuerdas y que por nada del mundo quería volver a encontrarse en esa situación. Sus dientes necesitaban la atención del dentista. El pelo era tupido y enmarañado. Tenía manos rudas, patillas largas y espesas, llevaba gafas con montura de concha negra, pantalones de color mostaza, una fea camisa de rayas marrón y morado de la planta de oportunidad de Penneys y zapatos de un gusto afín a los de la marca Hush Pippies. Era como si hubiera bajado de un autobús de la Greyhound de 1964 y viniera de algún sitio en donde hubiese estado realizando sobre todo labores de conserjería. Y era absolutamente irresistible”.
Me mola Ford y además me resulta atractivo. Tengo deberes, releer “La dama del perrito” de Chejov y empezar con los relatos de Cheever en inglés que me han regalado, empezando por “Reunión”.
Y con esto y un bizcocho hasta los encadenados de marzo.

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