Revista Viajes

Lima 2: el jiron de la union

Por Pablosolorzano
Dicen que dijo: “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, El Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert soy yo”, aunque no muchos están convencidos de que haya sido así. Pero otros sí le creen capaz de haberse despachado con una frase tan egocéntrica, ingeniosa y sobre todo veraz. Era Abraham Valdelomar, el escritor y dandy criollo que paseaba su figura por esa comarca que era Lima en los años 20 a 30 del siglo XX. Han pasado muchos años y creo que la frase sigue siendo tan veraz como lo fue en aquella época.
Decía yo que era una frase cierta porque para entonces, los años de la “Belle epoque” criolla, Lima era lo único que existía… para los limeños, claro. Para los capitalinos el resto del Perú era otro país, extraño, raro, bárbaro. Siempre había sido tal la incomunicación y el contraste que hasta Humboldt se animó a decir eso de que Lima está más lejos del Perú que de Londres. La vida cultural y social de la capital tenía como eje al Jirón de La Unión, calle larga que ha acompañado a la capital desde que fuera fundada.
Para mí caminar por esta calle era andar por un cementerio en donde sin embargo todo parecía estar vivo.  ¿Cómo que un cementerio donde palpita lo vivo? Sí, creo que es la mejor manera de definir al hecho de caminar entre los viejos esplendores de una Lima aristocrática que fue barrida pero que dejó como santo y seña de su vieja riqueza esos edificios tan vistosos que todavía se pueden ver. Y… ¿por qué fue barrida? Bueno, la vieja aristocracia limeña se mudó al sur al ver que las calles del centro eran tomadas por las olas de inmigrantes que desde los 50`s empezaron a llegar desde todas partes del país buscando la tierra prometida en la capital. Allí donde los viejos inquilinos dejaron sus hermosas casas entraron los nuevos invitados quienes al verse sumergidos en esta vorágine en donde no había espacio ni oportunidades para todos empezaron a buscarse la vida creando su propia subsistencia: comercio ambulante, comida, venta de animales, venta de ropa, venta de todo. Gente que salía a buscársela, como dicen en Perú, y tenían en la calle su centro de subsistencia y una de esas calles fue claro el Jirón.
La cosa ha cambiado mucho, en los años 90s se empezaron a recuperar las calles del centro y los comerciantes fueron desalojados, sin embargo aún es posible ver alguno que otro, sobre todo en la noche cuando las tiendas cierran y los policías municipales se han ido y sale a la luz otra Lima. La cosa está más ordenada aunque a veces parece un delirio, algo así como un "orden caótico", muy limeño.
Lo que ha quedado de ese abandono y ese nuevo uso que le dieron a esta calle los nuevos limeños es lo que ahora puedes ver: pequeños restaurantes, donde se venden pizzas de dudosa calidad, bien decorados con luces de neón y alguna foto de Pamela Anderson o Sylvester Stallone al lado de un edificio tan fantástico como la Casa Courret; o  la impresionante portada barroca de la Iglesia de La Merced en cuya entrada los vendedores de escapularios religiosos casi te obligaran a comprarles; pollerías al lado de palacios art decó y art noveau; tiendas de ropas baratas y museos; almacenes por departamentos en cuyas vidrieras ves lo último en televisores LED y demás tecnología y a unos pasos un ciego que con quejidos inentendibles pedirá una moneda.
En Lima está el Perú, claro que sí, porque todo el Perú se vino a Lima, a formar este coctel alucinante y explosivo que es ahora la población capitalina. De allí que sostenga que la frase de Valdelomar siga teniendo relevancia. Y aunque  la capital está ahora mejor conectada con el interior, aunque tampoco tanto, ya no debes irte por cada uno de las 25 provincias peruanas para que te hagas una idea global de lo que es el Perú, en Lima ya lo tienes y en el Jirón de la Unión está más vivo que nunca, aunque sobre la tumba de otra Lima, la desaparecida.  Sin embargo, no hay que renunciar a ver ese otro Perú fantástico que se expande entre los desiertos, las montañas y las selvas.
Si vas a viajar la capital peruana te recomiendo que visites esta calle y la camines de punta a punta. Así vas a tener la oportunidad de juntar dos de las plazas más bonitas del Centro (la Mayor y la San Martín) , ver las dos Limas (la que se fue y la de ahora) y, como ya dije, tener una idea de esta nueva sociedad peruana que ha ido tomando forma entre migración y esperanza. Así que si ya conociste la Plaza Mayor (en un post anterior escribí sobre ese lugar y sus alrededores, aquí) animante a caminar por el jirón o a “jironear” como decían los antiguos limeños. Hay mucha seguridad, aunque nunca falta algún experto ladrón que sepa sacarte la cartera sin que lo notes por lo que mejor lleva la cartera bien guardada, y la experiencia será enriquecedora y peculiar.  Aquí te doy unos puntos de referencia de esta calle para que les pongas atención para cuando visites Lima, o sea el Perú.  
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
La calle, o el jirón, en verdad viene desde el puente Trujillo, que de cruzarlo te llevaría al barrio del Rimac del cual escribiré más adelante. El puente se ubica a espaldas del Palacio de Gobierno. Cruza por la entada (o salida, como se vea) del Correo y luego avanza por la Plaza Perú (donde otrora estaba el monumento a Pizarro) y pasa por los portales de la Municipalidad desde donde se puede ver la Plaza Mayor. Ahora entramos al jirón, es decir la parte peatonal, esa es la quinta cuadra.
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
En la cuadra 4, un edificio sobresale sobre todos los demás: La Casa Courret, donde tuviera su estudio el célebre fotógrafo francés a cuyas imágenes debemos el hecho de tener una idea de la Lima de fines del XIX y de principios del XX retratada en blanco y negro. En el estilo arquitectónico de esta casa se puede apreciar cierta influencia francesa (art nouveau), aunque otros dicen que es más bien ecléctico. A mí por momentos me daba que pensar en una escala humilde (muy humilde) en el movimiento que parecen tener los edificios de Gaudí. La parte baja está ahora ocupada por una tienda de ropa. Las ventanas de los balcones muestran el deterioro que ha sufrido este edificio: se han puesto cartones y maderas con muy mal gusto para cubrir la ausencia de vidrios. Pese a ello es uno de mis construcciones favoritas. 
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
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En la quinta cuadra (554) está la Casa O´Higgins donde viviera su adolescencia el prócer chileno y que hoy es un Museo de la Universidad Católica y a la que se puede ingresar gratis. Vale la pena la visita para darse una idea de cómo eran las casonas del Jirón de la Unión. En la misma cuadra se encuentra el almacén por departamentos SAGA FALLABELA (hay otro más adelante pero sólo de electrodomésticos). Nombro este lugar porque es uno de los pocos donde puedes encontrar baño, en el subterráneo: gratis y limpio. Así que ya sabes si estás en apuros.  Al acabar esta cuadra hay un Mc Donalds en un edificio art decó de color amarillo, también interesante de ver.
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
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En la sexta cuadra impresiona la barroca portada de la Iglesia de La Merced, que también es convento y que es tan antigua como la ciudad; aunque este edificio en realidad es el 2do ya que antes hubo en el mismo lugar uno de madera. Llama la atención que tenga solo una torre, alguna vez escuché decir que era para representar la imperfección, que haber tenido 2 torres significaba armonía o perfección y eso solo lo tiene Dios (según los cristianos). Dentro está la imagen de Nuestra Señora de La Merced que es la patrona de las Fuerzas Armadas del Perú y casi en la entrada se veneran con mucha devoción (a juzgar por todos los ex votos que ponen sobre su tumba) al famoso (entre los limeños) Padre Urraca, un español que dicen que es muy milagroso. Frente a la Iglesia se puede ver el monumento a Ramón Castilla, ex presidente del Perú, en medio de la Plazoleta de la Merced donde San Martín volvió a proclamar la independencia.
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
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Seguimos avanzando y luego de cruzar la avenida Emancipación estamos en la cuadra número siete y allí, en toda la esquina, nos encontramos con otro de los edificios más admirables de la calle: el Palais Concert donde, como conté al principio, se reunía lo mejor de la sociedad limeña en los años 30`s del siglo pasado. De estilo afrancesado, tiene en la fachada esculturas fantásticas que casi cuelgan sobre el vacío. Aunque fue abandonado no se le ve muy deteriorado. En sus planta baja ahora hay una pollería, una zapatería y otras tiendas. Alguna vez  en el subterráneo  abrieron una discoteca llamada Cerebro, a la que tuve la oportunidad de entrar: nunca en mi vida había necesitado bajar por una escalera de mármol para entrar a una discoteca, fue una experiencia alucinante.
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
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En la misma cuadra, al 722, está lo que era el local del Club Aeronáutico del Perú, que fue inaugurado en 1935 con la participación del presidente Benavides. Era una casona virreinal de 1734 (según la web del club). Aparentemente la institución se ha mudado y ha alquilado el local a una cadena de zapaterías. Te recomiendo que hagas lo que yo, que te metas a la tienda como quien se hace el que ve zapatos pero con la idea de ver la casona por dentro. Es increíble pasear por los salones y patios de un lugar que debió ser bello. Ahora uno se hace la idea de esa vieja belleza pero entre estantes de zapatos. Esta es otra buena oportunidad para hacerse una idea de las viejas casonas limeñas visitándolas sin pagar un sol y ver cómo el negocio le va ganando sitio al patrimonio.
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
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Casi al final de esta cuadra, la sétima, está el local del Banco Interamericano de Finanzas, sinceramente no recuerdo el nombre de ese edificio pero sí que es muy extraño (qué no es extraño en esta calle) y llamativo: la planta superior tiene unas ventanas adornadas con influencia morisca pintadas con festones negros y blancos, pero las formas son más bien góticas, si alguien tiene información al respecto bien lo voy a agradecer.
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION
A partir de aquí se hacen más evidentes las pollerías, tiendas y aparecen los tipos de pinta bastante rara que tratan de convencerte para que te hagas un tatuaje en sus talleres. Hasta que llegas a la novena cuadra en donde te encuentras a la izquierda (si vienes desde la Plaza Mayor) la entrada a lo que eran las Galerías Boza, que fue el centro comercial más “nice” de Lima y en donde pusieron las primeras escaleras mecánicas en los 60´s. Durante los disturbios del 75 se incendiaron muchas de esas tiendas de lujo y el sitio sería dejado al olvido, hoy puedes caminar dentro de las galerías sintiendo el eco de tus pasos resonando en el silencio que propicia el vacío; sin embargo dentro se están abriendo algunos locales comerciales como restaurantes, cabinas de internet, tiendas donde se compra y vende oro y, por supuesto, puedes ver una escalera mecánica que no funciona más.

LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION

Foto copiada del blog de Juan Luis Orrego

  Hasta que la calle desemboca en la Plaza San Martín, desde la esquina del jirón puedes tener una vista panorámica interesante, si es que los cambistas de dólares no te están molestando claro. Desde su inauguración, en 1921, se hizo la favorita de los limeños y ha competido en importancia con la plaza Mayor. Algunos consideran esta plaza como una de las más bellas de Sudamérica.
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION

LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION

A tu derecha estará la calle Ocoña donde están todas las casas de cambio y cambistas callejeros de todos los billetes que puedas imaginar. También el famoso Hotel Bolívar que fue abandonado por mucho tiempo pero que ha vuelto a abrir y que tiene uno de los bares más conocidos y del que puedes saber más en una crónica que escribí sobre los bares del centro de Lima, aquí). Un poco más allá, y cruzando la avenida Nicolás de Piérola, conocida como La Colmena, está el Teatro Colón, de los edificios más bonitos, que también sufrió un grave abandono y se convirtió en cine porno, hoy sus entradas están tapiadas con ladrillos hasta la espera de que vuelvan los viejos buenos tiempos y un poco más allá el Club Nacional donde se solía reunir la crema y nata de la sociedad masculina limeñ; si se quería ser alguien se tenía que ir allí y ser socio claro. Dicen, que la entrada a las mujeres no está permitida. El jirón sigue unas tres cuadras más (por donde está el bar Munich) hasta llegar al fantástico Palacio Francés y el Centro Cívico. En caso de que quieras seguir caminando te recomiendo que continúes por aquí hasta que acabe la calle, es decir en el Centro Cívico, porque es más seguro y porque desde allí tendrás opción de visitar el Museo de Arte de Lima o el Parque de la Exposición que bien valen la pena o tomar un taxi para los barrios del sur donde suelen estar los hoteles y hostels mochileros: Miraflores.
LIMA 2: EL JIRON DE LA UNION

Pero volvamos a la San Martín. Desde la esquina del jirón también verás en el medio de la plaza la estatua del general San Martín cruzando los Andes. Entre los años 80s y 90s del siglo pasado caminar a la sombra del general era hacer deporte de aventura en Lima: apenas estabas por allí salía de Dios sabe dónde un grupo de niños desarrapados que en un dos por tres te robaban hasta el alma. Les decían, dicen, los “pirañitas”, porque tal y como los peces amazónicos atacaban a la víctima en grupo y después de dejarla sin nada desaparecían. Hoy la cosa es completamente distinta y pasear por allí es agradable, aunque con buen ojo aún podrías identificar a algunos chicos jóvenes sentados en algunas bancas: van bien vestiditos y subrepticiamente esperando clientes a quienes dar un poco de placer.
De nuevo desde la esquina del jirón y a plaza, si volteas a la izquierda pasearás por los portales entre lustrabotas y puestos de periódicos. En el techo los faroles inmensos son cosa peculiar en una ciudad donde el neón lo va alumbrando todo. Si de comer se trata aquí hay un restaurante del Circulo Militar que tienen menús de 7 soles excelentemente bien servidos en un salón al que lo cubre unas ventanas acristaladas muy grandes. Es un sitio no muy conocido así que si quieres comer un buen plato en una especie de palacio y a precio económico éste es el lugar. Si caminas un poco más por el portal, en el 971 está el café Dominó que es un clásico y que solía estar en las galerías Boza; aunque sus precios son caros para el estándar de esta zona de Lima vale la pena y si vas con presupuesto corto camina un poco más allá, en el 987, está la pastelería San Martín, que seguramente tuvo mejores épocas pero que pese a todo tienen aún un ambiente acogedor. El café cuesta 2,50 soles y te puedes dar la oportunidad de probar el turrón que es un postre muy limeño. Ah, también conocerás lo que debe ser el baño más estrecho de todo Lima, en sus servicios para hombres apenas entra una sola persona y hay que salir casi de costado. Igual el sitio era uno de mis favoritos para tomarme un café mientras veía el atardecer rojizo iluminando melancólicamente los edificios de la plaza.
Pablo

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