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Lincoln

Publicado el 19 enero 2013 por Vicented @Elcineesnuestro
LincolnEl Lincoln perpetrado por Spielberg continúa la senda que inició con War Horse, su última película, una mirada amable pero con un nuevo matiz que sigue una clara línea marcada por el patriotismo más rancio hacia uno de los personajes históricos más importantes de Estados Unidos. Su visión no aporta nada más que seguir alimentando el mito. Una oda a Lincoln, a su país y a su historia. Una palmadita en la espalda a la tierra de las oportunidades y del sueño americano.
Porque en esta hagiografía sin tapujos no hay espíritu crítico. Spielberg es el rapsoda y Lincoln el héroe de las grandes y nobles gestas. Un Lincoln que más bien parece el abuelo cebolleta al que todos aplauden sus batallitas que un político rodeado de tiburones. El abolicionismo por bandera, la libertad de todos los hombres y los mismos derechos ante la justicia son los únicos motivos que mueven al decimosexto presidente y sus acólitos a convencer a republicanos y demócratas para aprobar la famosa enmienda. Sus convicciones morales, no hay más. He aquí el peligro cuando se tiene poder y capacidad para llegar a mucha gente, que cuentes la historia que te interese. Y faltes a la verdad.
Spielberg olvida intencionadamente cuáles eran el resto de causas que movieron a Lincoln a impulsar la decimotercera enmienda y, lo que es peor, condiciona al espectador a tener un razonamiento simplista: la guerra entre el norte y el sur se debió a que los negros vivían en la esclavitud. No hay rastro de los intereses económicos del norte, potencia industrial, que impuso a las manufacturas europeas, que eran productos más competitivos, unos aranceles que perjudicaron al sur, principal cliente de Europa. Además, al liberar a los esclavos del sur, el norte, con una industria en expansión, obtenía un excelente caldo de cultivo para contratar mano de obra barata y sin ningún tipo de derechos laborales. Spielberg se desentiende de que uno de los principales motivos fue éste, el económico, de cómo dos modelos bien distintos chocaron frontalmente hasta desencadenar la guerra. Y es que además, si fuera la única razón, la población negra hubiera vivido en las mismas condiciones que la blanca después de la aprobación de la enmienda, pues se presupone aprobada por una sociedad preparada, con una mentalidad preparada, cuando sabemos que no era tal. No fue hasta cien años después, con la Ley de Derechos Civiles de 1964 cuando podemos hablar de igualdad social entre negros y blancos. Es decir, cuando la sociedad americana estuvo preparada mentalmente para aceptar tal paridad.
De todo esto Spielberg reniega para presentarnos un Lincoln manipulado, parcial, un panegírico dirigido a una sociedad autocomplaciente y poco crítica con su país, su historia y su gobierno. Una película en la que las interpretaciones de Day-Lewis, Sally Field o Tommy Lee Jones quedan eclipsadas por la versión oficial de los hechos, por el panfleto. En definitiva, una película hecha para ganar el oscar pero que falla estrepitosamente en su acercamiento a los hechos y a la figura histórica.

Lincoln

Daniel Day-Lewis es Abraham Lincoln

Lincoln

Tommy Lee Jones es Thaddeus Stevens

Lincoln

Sally Field es Mary Todd Lincoln


Lincoln

David Strathairn es William Seward


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