Revista Cultura y Ocio

Literatura: 'Diez', de Gretchen McNeil

Publicado el 21 abril 2014 por Cristina @miss_xerinola
Los lunes no es el día en que acostumbro a traer reseñas, pero esta es especial puesto que a continuación os hablaré de un libro que leí en conjunto con Cris Lightwood y Vir, y tras unos días trepidantes y teorizando sin parar, por fin hemos realizado las reseñas correspondientes. ¡Aquí va la mía!Muchas gracias a Maeva Young por el envío del ejemplar.
Como siempre, una ficha técnica:Literatura: 'Diez', de Gretchen McNeilLibro: Diez (Ten, 2012)Autor: Gretchen McNeilEditorial: Maeva YoungGénero: misterio juvenil, terror, romanceAño de publicación: marzo 2014Páginas: 358Edición: tapa blanda sin solapasWeb: Gretchen McNeilExtras: BooktrailerValoración: 7/10
¿De qué trata?Cuando Meg y Minnie reciben una misteriosa invitación a una fiesta en Henry Island, no dudan en mentir a sus padres para no perdérsela. Es una oportunidad única antes de empezar la universidad. Al llegar a la isla, conocen a los otros ocho invitados y encuentran un DVD con un siniestro mensaje: «La venganza es mía». Meg empieza a sospechar que algo no va bien. Una terrible tormenta los deja aislados sin electricidad ni wifi, y faltan cuarenta y ocho horas para que llegue el próximo ferry. El primer cadáver puede interpretarse como un suicidio, pero aparece otro... Entonces, Meg comprende que el mensaje iba en serio. ¿Podrán Meg y Minnie salir con vida?
A estas aturas de la industria literaria, puede parecer que ya esté todo inventado y recelamos bastante de sinopsis, títulos y hasta portadas parecidas. A veces, pero, lo importante no es innovar o reinventar sino más bien hacer llegar al lector una nueva sensación, esa dormida pero que continúa latente en nuestros sentimientos, como el de volver a experimentar el miedo. Es el caso de Diez, un retelling juvenil que bebe de un millar de películas americanas adolescentes de terror, como Sé lo que hicisteis el último verano o Scream, así como del clásico por antonomasia de Diez negritos, de Agatha Christie. ¿Y sabéis qué? Que pese a todas las comparaciones y posibles desenlaces previsibles, me tuvo enganchada hasta el último capítulo.
Puede que a más de uno le desilusione esta lectura, pues si tiene bien fresca la novela de Christie, enseguida haga las relaciones y vaticine quién será el asesino, pero realmente McNeil ha sabido reorganizar la trama de tal manera que nos cueste tener unos sospechosos claros hasta que no esté bien hilada la trama, y aún así, nos podremos equivocar. Así, Diez es intrigante y trepidante, pues nada más empezar ya tenemos unas ínfimas pistas acerca de los personajes y sus relaciones para empezar a sospechar, pero sin duda lo que más atrae de la pluma de la autora es el inconfundible sabor a género cinematográfico que destila, lo fácil que era cerrar los ojos y rodar en mi mente cada fotograma, con adolescentes atolondrados en una juerga permanente de alcohol y desenfreno en una solitaria isla que, con el primer asesinato, se apodera de ellos la auténtica paranoia: el frenesí de encontrar una salida, un teléfono que funcione, unas llaves, un arma, una habitación secreta o evitar quedarse solos en el pasillo, el lector se angustia y consigue el propósito de McNeil, saber el por qué de esa venganza.
Personalmente, ha sido una novela vertiginosa y ciertamente adictiva, cada día leía las páginas con frenesí mientras intentaba encontrar cualquier pista que pasara desapercibida a los personajes para poder prevenir la sorpresa, y aún así, McNeil nos ha ofrecido un par de giros interesantes para que no la alcanzáramos hasta que ella lo creyera oportuno. He disfrutado del ambiente misterioso y tétrico, de la facilidad con que podía imaginarme las escenas como si de una teen movie se tratara, pero sobre todo porque, aun pareciéndose a otras historias, ha sido una delicia poder sumergirme en sus páginas, leer los capítulos rápido para saber qué pasaría, cuándo moriría el próximo y cuándo se descubriría la venganza. Eso sí, Diez hubiera mejorado increíblemente si nos hubiéramos ahorrado el romance impúber. Estaba claro que los personajes debían ser obtusos para pasar por los patrones de muertes previsibles, pero que McNeil se esmere en reconstruir un corazón roto cuando hay un asesino en el piso de abajo... cada cosa en su momento y cada sentimiento, en su género.
Sin duda, Diez sería perfecto para recomendar a un lector curioso y que quiere que le atrapen con una historia sugerente, repleta de horror y muerte, además de la certeza de que está ante una reinvención ingeniosa y visualmente aterradora. Lo leeréis en un suspiro, os gustará y os sorprenderá

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