Revista Libros

Llanto por la tierra amada

Publicado el 12 julio 2013 por Icíar
 
Escritor: Alan Paton Llanto por la tierra amada
Hace como 13 años estaba yo leyendo el libro de la semana pasada, "El África de Mandela" - de lo más recomendable, por cierto- , en la que su escritor recorriendo Sudáfrica en 1997, nos dice que en cada una de las casas que visitaba siempre se encontraba el mismo libro: “Llanto por la tierra amada” (el libro de hoy).
En su día lo busqué, y no lo encontré, llegando a pensar que no estaba en español. Así que cuando por el reto de Isi de leer en inglés me encontré con este título, me pareció la excusa perfecta para leerlo.
¿Qué decir? pues me ha encantado esta novela “insufrible” como la califica -¡aviso!- el escritor de “El África de Mandela”. Está escrita en esa forma de pensar y actuar heredada de lo mejorcito de las religiones. Nuestro escritor de hoy, Alan Paton, es un escritor sudafricano influenciado por aquella corriente que hoy se ve casi como si se tratara de un cuento de hadas. Aquella corriente que iniciara Gandhi, y siguieran, entre otros, personajes como Mandela o Martin Luther King. Personajes que entendieron lo bueno de la esencia de la religión para el ser humano y que con su forma de actuar fueron capaces de demostrar en la práctica el funcionamiento de una teoría de herencia religiosa.
El escenario de la novela es Sudáfrica de 1946, y comienza con unos preciosos, poéticos y muy emotivos párrafos dedicados a la grandeza, naturaleza y vida en los campos de Sudáfrica, a esa tierra cuyos cambios tanto afectan a la vida de sus habitantes. Bien merece ya la pena leer estas primeras páginas. Respeta la tierra, nos dice este escritor sudafricano "Mantenla, guárdala, cuídala, porque es ella la que mantiene a los hombres, la que los guarda, la que los cuida. Destrúyela y el hombre es destruido".
En esa dependencia directa con la tierra aparece una aldea cualquiera de Sudáfrica. En ella viven unos pocos habitantes de origen zulú, con su amado y respetado párroco zulú, y sobre la colina desde donde se divisa la aldea, un hombre blanco tiene su finca, va a allí a disfrutar de sus períodos de descanso. Ambos son cristianos, no se conocen, de momento, pero pronto serán sometidos a una dolorosa presión que los pondrá a prueba. Sus destinos serán dramáticamente entrecruzados, y es que los dos perderán a su único hijo: el hijo del párroco zulú, mata al hijo del hombre blanco. El acontecimiento más duro en uno de ellos, será también el acontecimiento más duro en el otro. "Llanto por un país amado, llanto por el niño que todavía no ha nacido y que sentirá nuestro miedo".
Se trata de una novela que por encima de todo es generosa, y utópica en esa generosidad y empatía del otro, y por eso pudiera resultar tan “insufrible” por lo alejado que lo podemos encontrar de lo que conocemos.
Me despido con un bonito párrafo de esta herencia de pensamiento. Se dice algo así: "Cuando una tormenta amenaza al hombre, el hombre tiene miedo de perder su casa. Pero una vez que la casa ha sido perdida, nada se puede hacer contra la tormenta, pero sí puede reconstruir su casa", e incluso una casa mejor.
Mensaje para ISI: tercer libro de tu reto "Lecturas en inglés". Libro leído en una estupenda edición abreviada de Penguin Readers, nivel 6.
NOTAS:
  1. El apartheid fue aplicado en Sudáfrica durante 1948-1994.
  2. Este escritor funda el Partido Liberal Sudafricano, que luchó contra las políticas y leyes del apartheid. Fue además de escritor profesor y director de un Reformatorio de negros.
  3. En el libro se lamenta de que en esa afán de producción de las minas de oro de Johannesburgo, el sistema tribal se rompió y no fue sustituido por nada. Miles y miles de negros acudían como moscas a la miel, a Johannesburgo, y allí fuera de la influencia de sus líderes tribales, y sin nada que sustituyera esta pérdida, el caos e injusticia de Johannesburgo acababa engulléndolos. Johannesburgo no tenía nada que ofrecer, estaba para explotar la mano de obra que acudía en masa, no estaba para compartir su progreso con esa otra parte del país. Un polvorín.
  4. El hijo blanco que muere era un activista en favor de los negros y es con él que encontramos la crítica al blanco, a través del ensayo que estaba escribiendo antes de morir.
  5. Se dice que los negros no estaban del todo de acuerdo con el enfoque de esta novela. Finalmente, Mandela la alabó por “su fe en la bondad esencial de los personajes y de su autor”.



Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista