Revista Viajes

Llegada a París: Comenzaba un sueño de toda la vida

Por Viajerosv
Conocer París es un sueño que la gran mayoría de las personas tienen en su agenda.  No importa si eres de los que viajan de lujo, plan económico, de mochilazo, turista, solo, en pareja, con niños, o como sea, la Ciudad de la Luz, o la Ciudad del Amor siempre estará entre las preferidas por distintas razones. Para nosotros no fue la excepción.  Cuando planeamos nuestro largo viaje, y que sabíamos que pisaríamos suelo europeo, la capital francesa tenía que estar entre las elegidas para al fin conocer. Luego de nuestro entretenido paso por Alemania, era tiempo de hacer realidad esa ilusión de conocer la ciudad de la famosa Torre Eiffel.  Pero la ciudad, para nuestra sorpresa, sería mucho más que el afamado ícono, París luego nos sorprendería con su elegancia, su historia, y también con una realidad (no tan buena) que conoceríamos de primera mano.  Por ahora les contaré cómo fue nuestra llegada. Trayecto Munich-París A París llegamos por medio de tren Para trasladarnos a la capital del amor, decidimos hacerlo por tren.  Por si no lo saben, dicho medio de transporte en Europa es bastante cómodo y en cuanto a precio es casi lo mismo que hacerlo por avión. Tal vez tardes unas horitas más en llegar a tu destino, pero bien vale la pena la experiencia y el poder admirar los paisajes que se encuentran entre Alemania y Francia. Ya apuntábamos hacia nuestro siguiente destino A pesar de que ya sabíamos que París sería de las ciudades más caras en toda Europa y que nos iba a costar una buena parte de nuestro presupuesto, también estábamos conscientes de que requeriría algo más que pasar un par de noches en la capital francesa para poder apreciar un poquito mejor lo que la ciudad ofrece. Luego de casi 6 horas de camino, llegamos a la estación de trenes y ya se sentía en el aire el cambio de cultura a pesar de haber recorrido apenas unos cuantos kilómetros desde la ciudad germana.  En la estación vimos los mapas del metro y nos dirigimos hacia nuestro hotel para prepararnos para el día siguiente que nos esperaban largas aventuras. Primeras impresiones Pronto nos dirigimos hacia nuestro primer punto de interés, ni más ni menos que el Arco del Triunfo.  El famosísimo monumento mandado a hacer por Napoleón Bonaparte no defraudó en lo más mínimo a lo que habíamos visto en fotografías, ya sea en libros o revistas, e internet por supuesto. Aunque decidimos no subirnos al mirador que se encuentra en lo alto, debido a que preferimos ahorrarnos unos euros y tiempo, además de evitar multitudes, con solo estar debajo de él, y el caminar a sus alrededores, uno se puede dar por bien servido de poder conocerle y apreciarle de muy buena manera. El Arco del Triunfo es igual de impresionante en persona Con apenas un par de horas en la ciudad, ya estábamos seguros de que la visita sería especial.  El Arco del Triunfo nos había maravillado y luego de admirarle y de tomarnos decenas de fotografías para el recuerdo, fijamos la mirada rumbo hacia el Sureste con destino a la Plaza de la Concordia, que para llegar a ella, había que atravesar ni más ni menos que la Avenida de los Campos Eliseos.  En el siguiente post les contaré nuestro recorrido por la famosísima avenida y lo demás que vimos.  La visita a París no podía haber empezado de una mejor manera en cuanto a cumplimiento de expectativas.

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