Revista Comunicación

Lo fácil que es descifrar una contraseña débil

Publicado el 07 septiembre 2014 por Nafuente

Viene bien que de vez en cuando salte un escándalo sobre las contraseñas para que todos nos pongamos las pilas ante un tema tan serio. Somos más vulnerables de lo que pensamos y con frecuencia lo olvidamos. La facilidad de acceso que tiene cualquier persona con suficientes conocimientos informáticos a muchas de nuestras bases de datos privadas, ubicadas en la Red, está a la orden del día. Diversos estudios revelan que un buen hacker puede tardar solo 10 minutos en descifrar un password de seis caracteres en minúsculas. Si a esa contraseña le añadimos mayúsculas, números y símbolos tardaría 18 días. Y si aplicásemos todo eso ampliando la contraseña a nueve caracteres el siniestro personaje tardaría años y años en cantar bingo. Por todo esto siempre se nos recuerda que nuestras contraseñas tengan al menos 8 caracteres, incluyan números y símbolos y nunca hagan alusión a nombres de familiares, fechas de nacimiento o gustos personales. Y también por eso nos insisten en que de vez en cuando renovemos las contraseñas y que nunca, absolutamente nunca, las facilitemos por correo electrónico.

IMG_7326.PNG

Si eres de los que teclean las clásicas claves «123456» o «password» cámbialas inmediatamente si no quieres que tu vida digital salte al mundo real en cualquier momento. Los ciudadanos de a pie no estamos capacitados para mejorar la seguridad en todos nuestros dispositivos electrónicos y lo mínimo es que reforcemos nuestras claves de acceso. Están en juego desde nuestros emails hasta nuestras fotos pasando por información personal que se va agrupando en grandes bases de datos que alguien puede usar de forma maliciosa.

«En la Red solo hay lobos y corderos. Y si no eres lobo… te tocará ser cordero». Esta acertada frase, que me quedó grabada, la leí en una entrevista de la OCU al español Chema Alonso, uno de los hackers más famosos del mundo que se mueve como pez en el agua encontrando agujeros de seguridad en webs y aplicaciones. En esa conversación Alonso advierte de que «el peor consejo de todos es que solo hace falta sentido común» y recuerda que todas las precauciones son pocas cuando hablamos de seguridad informática. No le falta razón. Cada año se disparan las estadísticas de vulnerabilidades detectadas en smartphones, aplicaciones móviles, sistemas de pago o cuentas de correo electrónico. Y casi siempre el principal motivo de tanto robo de datos personales es que no blindamos bien los accesos.

Ni iCloud ni ningún otro servicio online son totalmente seguros y cae de cajón que no hay que guardar allí documentos sensibles. Si nos da la real gana de hacer fotos subidas de tono, al menos tengamos la prudencia de desactivar la copia automática en la nube. Es absurdo colgar en la Red lo que no queramos que se comparta. Sorprende ver las imágenes que algunos jóvenes, y no tan jóvenes, cuelgan en redes sociales como Facebook, Twitter, Google+ o Instagram referentes a ellos mismos o a sus hijos. Debemos ser conscientes de que cualquier foto de un menor ligero de ropa puede dar el salto en segundos a redes de pederastas que desean alimentar sus nauseabundos archivos de imágenes.

¿Se imaginan que un hacker acceda a todas nuestras conversaciones privadas por WhatsApp? ¿Se imaginan que lea a quién alabamos o criticamos y use esa información para hacernos daño? ¿O que localice en tiempo real dónde estamos? Todo esto es posible si, por ejemplo, dejamos la puerta entreabierta en el acceso a iCloud, si nuestras contraseñas son débiles.

Afortunadamente buena parte de los sistemas nos advierten cuando un password es vulnerable. Los expertos recomiendan usar contraseñas complejas y si el servicio tiene doble factor de autenticación, activarlo. También aconsejan evitar acceder a los servicios on line a través de aplicaciones, pues muchas de ellas no cifran los datos ni usan protocolos seguros.

Otra regla de oro es cerrar bien las sesiones antes de abandonar el servicio que se esté usando. No llega con irse del navegador. Hay que salir definitivamente de nuestra cuenta de usuario para no dejar vía libre a terceras personas. Recuerden lo de los lobos y los corderos…

——–
Artículo publicado en el suplemento ExtraVoz de La Voz de Galicia el 7 de septiembre del 2014

Internet, Redes sociales, Tecnología

Volver a la Portada de Logo Paperblog