Revista Arquitectura

Lo justo y necesario

Por Arquitectamos

Hace unos años, cuando empecé con esto de las redes, descubrí y me hice seguidor de unos cuantos arquitectos y estudios de arquitectura, y desde entonces sigo con interés lo que tienen a bien publicar.

Uno de los primeros que seguí, y ni recuerdo cómo di con ellos, fue el estudio DG de Valencia. Y hoy quiero contar aquí algo de lo que veo y de lo que siento con ellos. (No he querido contactar, ni que me explicaran nada, sino lanzar mi opinión y mi lectura espontáneamente. Supongo que se llevarán una sorpresa, espero que no desagradable. Si me equivoco en algo aquí les dejo esta tribuna para que puntualicen y corrijan lo que sea preciso).

El estudio está formado por los arquitectos valencianos Isabel Roger Sánchez y Daniel González López, titulados en 2005 por la ETSAV y, creo, pareja vital tanto como profesional.

Lo justo y necesario

En su web tienen algunas obras de nueva planta, pero el grueso de su producción creo que son las reformas, principalmente de viviendas, en Valencia. Esta faceta suya es la que primero conocí, la que me interesó mucho y la que más me sigue interesando. Sus obras nuevas son muy buenas, pero de lo que quiero escribir aquí hoy es de las reformas.

Les encargan echarse sobre las espaldas alguna vivienda antigua, obsoleta, algo oscura y con una distribución incómoda y liosa y ellos la llenan de luz y de paz. Lo que me resulta más curioso es que eso no lo logran a base de vaciarla y volverla a hacer, sino con pocos gestos muy sutiles. En casi todos sus proyectos publican la distribución de antes y después y la diferencia no es nada traumática ni espectacular: Tiran un tabique para hacer de dos cuchitriles una buena habitación, mueven un poco el baño, organizan levemente las circulaciones y ya está: el milagro. Hacen apenas lo justo. Que coincide, claro está, con lo necesario.

Lo justo y necesario

Lo justo y necesario

Lo justo y necesario

No van de héroes ni de protagonistas. Apenas un mueble negro, una lámpara moderna y unos muebles limpios, y poco más: Talento. No hay explosiones de color, ni formas retorcidas ni inquietantes. No hay gritos ni subrayados. Ni un solo aspaviento. Es todo pura elegancia, puro toque, puro control del gesto.

Si las escayolas son interesantes las conservan, igual que las puertas, y los suelos de mosaico. Y lo que renuevan lo hacen con una madera clara o con una pintura blanca, por ejemplo.

Lo justo y necesario

Lo justo y necesario

Lo justo y necesario

Se apoyan en las preexistencias y las hacen brillar. Asumen lo que les viene dado y no pretenden ser mejores que eso, sino que humildemente lo ponen en valor.

Lo justo y necesario

Lo justo y necesario

Viendo sus dibujos se aprecia el enorme cariño que tienen por su trabajo y lo en serio que se lo toman. Planos con el despiece de los solados (algunos conservados disciplinadamente con apenas una limpieza y un barnizado, y otros recolocados de otro sitio, pero que se integran en el conjunto baldosa a baldosa, dibujo a dibujo) y con el mobiliario (tan ajustado a cada punto y tan obligado para que cada espacio sea cada espacio que parecen arquitectura estructural, más que meras sillas, mesas y camas).

Qué limpieza. Qué elegancia. Qué gesto siempre comedido y ajustado. Qué creatividad sin apenas nada.

Lo justo y necesario

Lo justo y necesario

Lo justo y necesario

En estos tiempos de tanta zozobra arquitectónica y tanto disparate, DG Arquitecto demuestran que en un piso incómodo y estrecho basta eliminar los tabiques de la cocina (recordando la antigua distribución con el pavimento, que tiene una zona con el mosaico conservado y otra nueva con madera clara) para que el largo pasillo y la oscura estancia cambien de carácter y alegren la vida a sus habitantes.

No son espectaculares, no son sabores picantes ni refrescos efervescentes. Son agua clara y limpia que sirve para que quienes viven en esas casas estén más a gusto y sean un poco más felices. ¿Os parece poco? A mí no, desde luego.


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