Revista Belleza

Lo que escribo (VIII): Por sentir esa mirada.

Por Gadirroja

Lo que escribo (VIII): Por sentir esa mirada.Menudo reto nos ha dejado esta semana Mag.Con el nombre de "Trece dos D" nos ha formulado un doble desafío: Por un lado, escribir un texto que contenga trece palabras con dos "d" y por otro, que además ese texto contenga un artefacto futurista que también contenga las dos "d" en su nombre y que sea significativo para el desarrollo de la trama.

Como me da mucha vidilla algo tan desafiante...me puse y aquí te dejo lo que salió.


Anonadada, miró pasar la multitudinaria muchedumbre que seguía la carroza. Había esperado por ese momento todo el día, a la sombra fresca de aquella palmera y por fin, tras haber atardecido, asomaba la comitiva. Era un auténtico derroche de lujo: las telas, bordadas en dorado y azul eléctrico, las joyas a las que el sol casi dormido arrancaba brillos multicolores destellando luces verdosas, púrpuras, rojas o amarillas, las plumas gigantes de pavo real dotadas de una cadencia especial que parecía que se agitaban al ritmo de los tambores que iban anunciándola, los abanicos que los esclavos movían sin cesar para que ella, la majestuosa faraona no sufriera por el calor de la tarde, las sandalias de los soldados marchando al son de la comitiva.

Todo estaba cuidado hasta el más mínimo detalle y, pese a todo el despliegue, el corazón se le paró solo con un gesto. La reina, la deidad, la poderosa Cleopatra bajó sus ojos hacia el gentío y la miró por un breve segundo. En ese cruce de miradas yacían saberes ancestrales y poder por encima de lo humano. El vello de sus brazos, o quizá el de todo su cuerpo,  se erizó de miedo, satisfacción y excitación al mismo tiempo.

Había merecido la pena dedicar años al diseño del Desplazador multiverso por sentir esa mirada. Quién le iba a decir a su yo adolescente, que fantaseaba entre los apuntes de física y los libros de egiptología, que sería capaz de saltar en el tiempo hasta verla. Ya podía regresar tranquila y planear el próximo salto. ¿Quién sabe, quizá a un bullicioso mercado andalusí? ¿A un puerto fenicio? ¿A una selva precolombina? ¿O, mejor aún, a otear el futuro, adelantando un par de siglos al presente?


Lo que escribo (VIII): Por sentir esa mirada.
 
Lo que escribo (VIII): Por sentir esa mirada.

Te dejo por aquí la entrada donde Mag nos reta, por si quieres leer al resto de participantes.

Gracias por seguir en este viaje. 

 Por muchos momentos bonitos


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