Revista Cultura y Ocio

Lo que hay que leer en algunas revistas…

Publicado el 15 septiembre 2014 por Mandarina @librosconalma

Lo que hay que leer en algunas revistas…
Hoy vengo a hablaros sobre un artículo que se ha publicado en la revista Letras libres y que podéis leer íntegro en el siguiente enlace: http://www.letraslibres.com/revista/letrillas/retrato-del-resenista-adolescente
Lo que hay que leer en algunas revistas…
Antes de nada le pongo en antecedentes a esta buena mujer y a todos los lectores que me leen en este momento:

Llevo leyendo desde que tenía 9-10 años, quizá antes, cuando cogía los tebeos que le daban a mi abuelo con el diario los fines de semana. No suelo leer mucho comic, pero así empecé mi gusto por la lectura, acompañándome de imágenes.
Más tarde, quizá hacia los 12-13 años, empecé a leer novela juvenil clásica, concretamente me adentré en la saga de Enid Blyton titulada “Las torres de Malory”, donde una chicas de un internado vivían mil y una peripecias. Yo por aquél entonces tampoco tenía amigas, así que vivía la amistad gracias a esos libros.
Visito librerías desde que no alcanzaba a ver la mesa de los libros y tenía que subirme alguien para poder ver los cuentos que había (aunque por aquél entonces me leían cuentos o mejor dicho, la mayoría de las veces me los “ponían en cassette” para que comiera algo mientras tanto, como manera de entretenerme (qué miedo pasé con el cuento de El flautista de Hamelín y sus ratas…me acordaré siempre). Pero no paraba de querer más y más cuentos a partir de ahí, aunque algunos me dieran algo de miedo por la edad que tenía (creo recordar que aún estaba en la trona…así que podía tener 2-3 años o menos).
Estudié la carrera de Biblioteconomía y documentación, para poder ser bibliotecaria debido a mi pasión por los libros y la literatura. Fue una profesora de 1º de BUP (sí, aún existía tal que así con esas siglas), mi profesora de literatura, quién me habló de esa carrera que yo no conocía. Siempre le estaré eternamente agradecida por ello. Ella sí era buena profesora y animaba a los jóvenes a leer, lo contrario de lo que usted ha hecho en su artículo.
Conseguí trabajar de bibliotecaria desde el primer año que acabé la carrera, pues por aquél entonces era tan fácil como apuntarse a una bolsa de trabajo de la Diputación de Barcelona y desde allí te llamaban si había alguna suplencia que hacer por enfermedad de otras personas que trabajaban allí como fijas, en sus vacaciones, en las maternidades, en fin, en cualquier constipado que tuvieran, ahí estaba yo para suplirlas. Habré trabajado en más de 20 bibliotecas diferentes, si bien en períodos de meses o un año como mucho, aunque luego ya conseguí aprobar la oposición de mi plaza donde estaba trabajando y llevo desde entonces  unos 13-14 años trabajando en ella hasta hace bien poco que me pasaron al archivo (que también me encanta porque puedo ver documentos de los años 1800-1900, sobre la guerra civil española, documentos que aún estaban en castellano porque el catalán no se podía hablar…). En fin, que he visto de todo.
Y por fin, con las nuevas tecnologías, me hice un blog en Blogger (antes de este he tenido como 10 más sobre sagas concretas, desde Harry Potter, pasando por Crepúsculo y otras varias que no vienen al caso). Además del blog, me hice la cuenta de Twitter y Facebook para hablar sobre libros y ambas referidas al blog Libros con alma, pues la novela juvenil es hoy en día mi gran pasión.
Leo todo tipo de novela juvenil, desde temática fantástica, distópica, realista, romántica, pasando por clásica, sí, juvenil clásica tipo novelas de Julio Verne y Enid Blyton, Lucy M. Montgomery, James Barrie, C.S.Lewis, Tolkien (El Hobbit) en fin, lo que algunos podrían considerar “grandes escritores universales”, así como de autores españoles tan de renombre como Laura Gallego o Cotrina...
Y ahora me meto de lleno en lo que nos ocupa...
Pues bien, consultando hoy en Twitter me encuentro con el enlace de Ana Garralón, profesora (¿en serio, donde le dieron el título?), traductora y crítica literaria (imagino que eso que ellos llaman “profesional”). Escribe un artículo sobre los conocidos “Booktubersadolescentes (perdone, yo tengo 41 años y no soy adolescente pero de vez en cuando cuelgo videos donde muestro mis libros, estanterías u opiniones sobre los mismos) que hablan sobre los libros que leen, y comparten sus lecturas con todo el mundo. Sí, gracias a esa tecnología que tanto desprecia, sus opiniones pueden ser vistas y oídas en todos los países de La Tierra, ¿qué le parece eso?. 
Pues bien, para esta mujer eso no es del todo “satisfactorio”, pues piensa que no somos auténticos “críticos literarios” (nunca pretendimos serlo buena mujer) y somos algo así como una farsa. Hablar de libros juveniles con jóvenes dando su opinión parece que a esta mujer le molesta. Y dígame, ¿quién sino un joven puede hablar mejor sobre los libros juveniles que se escriben para ellos? Dígamelo. 
Es de ese tipo de personas que piensan que leer El Quijote en el instituto es lo único bueno para los jóvenes lectores, que eso les "animará a leer buena literatura". La literatura actual que está arrasando y llenando también pantallas de cine precisamente por ese éxito que tienen las sagas de libros antes de que se estrenen dichas películas. Creo que la literatura juvenil es hoy en día un ejemplo a seguir por el resto de “literatura” que hay por ahí, considerada quizá adulta o imprescindible o mejor literatura o como quiera que le llamen. Hágaselo mirar, en serio. 
Lo que hay que leer en algunas revistas…
Soy de las personas que piensa que cada libro tiene su razón de ser, y sobre todo su público al que le puede gustar. Lo que uno odia de algo a otro le encanta y viceversa. La mayoría quizá no tendrán la manera profesional de expresar sus sentimientos sobre determinada lectura de la que usted habla, pero es que tampoco lo pretenden, quieren simplemente dar a conocer los libros a aquellos que o bien no leen, o bien “solo leen” ese tipo de libros a los que esa mujer se refiere, los que ella considera “buenos” para los jóvenes.
Me faltan las palabras para expresar la rabia que siento al leer este tipo de artículos en buenas revistas (supuestamente) y no digamos si encima es una crítica tan negativa sobre jóvenes que, en lugar de hacer gamberradas y grabarlo en vídeo, leen y luego graban un vídeo, sí, pero sobre las lecturas que hacen. Sí buena mujer, usted está hablando con jóvenes que graban en vídeo “su opinión” sobre un libro que han leído, tan buena como cualquier otra. También verá que mostramos libros a otros jóvenes, que acabamos de adquirir (sí, también compramos en librerías, no todos bajamos cosas de internet o vivimos de las descargas, aunque hay países que desgraciadamente tienen que hacerlo si quieren leer en su lugar de origen porque allí no hay librerías o los libros son tan caros que es imposible hacerlo de otro modo).
Sí señora (si merece tal calificativo que lo dudo), nosotros leemos, y también visitamos librerías (pásese por cualquiera de estas entradas que tengo en el blog a ver si usted hace alguna vez algo parecido). Y no solo adquirimos libros, sino hablamos sobre sus escritores en nuestros blogs, les entrevistamos, les apoyamos en lo que podemos sin recibir nada a cambio. También colaboramos con editoriales (al menos en España, no sé en otros países) pero veo que está usted muy mal informada por lo que parece entreverse en sus líneas. 
Señora, investigue antes, critique después. Si va usted a criticar tal o cual saga juvenil, como mínimo, léasela antes. Si después sigue opinando como dice, pues en fin, le compadezco grandemente por no ser capaz de disfrutar de la literatura a la manera en que lo hacemos nosotros, en todo su esplendor, en todos sus formatos, por todas las vías posibles, con todas las ilustraciones y videos habidos y por haber, en todas las presentaciones de libros a las que asistimos, y en todas las firmas de libros a las que vamos. 
La literatura juvenil mola, y lo hace a lo grande, mal que a usted le pese. Y no solo lo dicen los jóvenes, lo decimos algunos adultos que los apoyamos a ellos y a los libros que también ellos leen, y compran, por supuesto, en las librerías. Y que nosotros leemos "con sumo placer" (a diferencia de usted por lo que parece).
He dicho.
 © Noemí Sapiña de Libros con alma

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