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Lo que la tele se llevó: Boston Legal

Publicado el 11 septiembre 2015 por Albertoiglesiasfraga @revistaroulette

En 'Lo que la tele se llevó' echamos la vista atrás para recordar grandes series de la televisión, finalizadas o canceladas, y que merecen una segunda oportunidad si no pudisteis verlas en su momento.

Boston Legal fue una serie sobre abogados surgida de la pluma y producción de David E. Kelley, el último de sus éxitos, pues tras Ally McBeal, El Abogado y Boston Legal ninguna de sus producciones contaría con mucha suerte.

La serie es un spin-off directo de El Abogado, pero su estilo es completamente distinto. Pese a ser la hija menor entre las series de Kelley, resulta para muchos la más interesante. No cuenta con la imaginación desatada de Ally McBeal ni tampoco con la dura realidad y la problemática moral de El Abogado. En cierto sentido es una mezcla de ambas pero el resultado es más valiente. Una serie mucho mejor confeccionada pero también con algunos fallos destacables. Estuvo en antena durante cinco temporada entre 2004 y 2008.

Alan Shore había sido despedido de su anterior bufete tras varios desacuerdos de índole ética, fue entonces cuando le contrataría Crane, Poole & Schmidt, uno de los despachos más grandes del país, con sedes en varias ciudades de EEUU y del extranjero. En esta ocasión a Shore se le promete una mayor libertad en los casos.

En el elenco se establece una dualidad protagónica desde el inicio. Si la serie estaba hecha para que se luciera un actor tan talentoso como James Spader interpretando a Alan Shore, encontró en el Denny Crane de William Shatner el mejor compañero que podía desear. Alan Shore, más joven que Denny Crane, es retratado como un hombre apasionado, un abogado brillante de mente ágil que no tiene miedo de ensuciarse las manos o cometer ilegalidades cuando cree que la causa lo merece; no obstante es férreo en su moral personal, incapaz de soportar las injusticias. Es sexualmente muy liberal y no tiene miedo de decir lo que piensa, lo cual le provoca el rechazo de muchos. En contraposición a Denny Crane, tiene una ideología política de izquierdas. Denny Crane, en cambio, es uno de los fundadores del bufete, toda una leyenda de la abogacía de Boston y, según él mismo, nunca ha perdido un caso; es arrogante y muy excéntrico, pero explica sus extrañas acciones al "mal de las vacas locas" una manera menos dramática de enfrentar su Alzheimer. Ambos son las dos caras de la misma moneda y durante la serie desarrollan una intimidad muy especial, una amistad más allá de lo habitual. Cada capítulo suele terminar con ambos personajes en la terraza del despacho de Denny, fumando un puro y tomando una copa de whisky, minutos para celebrar su amistad.

Lo que la tele se llevó: Boston Legal

Junto a James Spader y William Shatner encontramos a una espléndida Candice Bergen como Shirley Schmidt, otra de las fundadoras del despacho, la cabeza pensante y más cabal, además de ser una gran abogada, tiene un pasado amoroso con Denny Crane. Rene Auberjonois como Paul Lewiston y John Larroquette como Carl Sack hicieron de mediadores entre Denny Crane y el resto del bufete para lograr un equilibrio de fuerzas, personajes más serios pero muy bien interpretados. Destacan también un genial Christian Clemenson como Jerry Espenson, abogado con síndrome de Asperger, y Tara Summers interpretando a Katie Lloyd, joven pero seria y efectiva, incorporada en sus dos últimas temporadas.

Pese a la buena química del reparto citado, el gran problema de Boston Legal fue el resto de personajes, aquellos interpretados por actores más jóvenes y que no supieron llegar al público. Durante sus distintas temporadas se fueron sucediendo varias remesas de personajes, intentando distintas estrategias, pero ninguna funcionó, quizá el magnetismo de los actores seniors era tan grande que necesariamente el resto quedaba eclipsado.

Además de la intrahistoria del bufete, los casos que presentaba la serie tenían un gran interés por sí mismos, poniendo en tela de juicio asuntos muy interesante y de actualidad. Se hizo cada vez con menos miedo a la crítica y fue otro los atractivos de la serie, destacando finalmente por su honestidad. Las excentricidades de Alan Shore y Denny Crane, un uso innovador de la cámara jugando con planos arriesgados pero muy acertados, fueron otras de las piezas que dieron forma a la que bien podríamos llamar mejor serie de abogados que David E. Kelley ha creado.

Cualquiera que aprecie la buena ficción televisiva debería ver Boston Legal, ni siquiera es necesario ser amante de la abogacía, es un producto divertido y muy bien construido.


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