Lo que tu madre no te contó

Los niños son como la heroína. Una fuente de placer pero destruyen el resto de fuentes de felicidad de una persona, como la familia y amigos. Esta frase tan contundente como genial no es suya. Deben atribuírsela a Daniel Gilbert, un magnífico orador, provocador, y profesor de Psicología de Harvard.

Habitual de las charlas TED, estos días anda por España, impartiendo varias clases magistrales sobre la felicidad, la última, en un curso de verano de la Complutense. Si tienen curiosidad, solo tienen que googlear: “Felicidad: lo que tu madre no te contó”. Poco a poco, Gilbert va desmontando todos los mitos acerca de la felicidad. Aquellos que una hipotética madre tipo quiere para sus cachorros: que se casen, que tengan un buen trabajo y que la hagan abuela. Más pronto que tarde.

Muy al contrario de lo que se pudiera pensar, y siendo muy demagoga, el amor y el dinero dan la felicidad y los hijos la minan. Las personas casadas son más felices que las que no lo son sencillamente porque las personas positivas se atraen entre ellas. “No conozco ningún estudio que afirme que ganar dinero haga infeliz a nadie”, continúa irónico el experto.

Por último, Gilbert afirma que las fuentes de felicidad son, a menudo, las más sencillas: escuchar música, charlar, practicar ejercicio y hacer el amor. Cuando se tienen hijos, las fuentes de la felicidad, se secan, porque las horas que tiene una persona al día son finitas y se ha de renunciar a conciertos, risas con amigos, descanso y a la calidad del sexo.

Las madres, mantiene Gilbert, suelen decir que sus niños son lo mejor de sus vidas, su mayor fuente de felicidad. Algo no muy complicado cuando se dinamitan los puentes con la sociedad cegando, al menos durante los primeros meses, el resto fuentes.