Revista En Femenino

Locura transitoria

Por Peineta

Cuando estaba embarazada de neskatilla tenía muchas cosas claras, demasiadas. Cosas que se han desmontado de un soplo al ver una serie de televisión. Y si no se han desmontado sencillamente han salido a la superficie de una manera que asusta. La maternidad es algo que en su día soñé, que con la experiencia amé y renegué de ella y con el tiempo sencillamente me ha dejado un tatuaje para toda la vida.

LOCURA TRANSITORIA

La bimaternidad fue un paso complicado o al menos más aparatoso que cuando decidí ser madre. El embarazo y el post parto fueron más largos que la un día sin pan, así que tuve claro que mis ínfulas de madre habían sido exterminadas sin más.

LOCURA TRANSITORIA

Pero llega el día en que decides pasar a la era moderna de la televisión y poner Netflix en tu vida. Además decidir recuperar una serie que no pudiste ver "Llame a la comadrona" y no sólo te la estás devorando en un santiamén sino que rematas la faena viendo la peli española "embarazados".

Y ahí te ves Nerea, a las doce de la noche tecleando en el ordenador y confesando a bocajarro, eso de ; "yo quiero volver a parir, a tener un bebé, volver a sentir esa sensación brutal que nunca encuentras palabras que lo expliquen, pero sobre todo quieres volver a tener la oportunidad de hacer bien todo aquello que nublaste. Todo aquello que jugó en tu contra, todo aquello que hizo que no sea capaz de recordar la sensación agradable de tener un bebé en brazos".

LOCURA TRANSITORIA

Dios santo con la de veces que he flipado con mis amigas que decían que añoraban la etapa de bebé, que tendrían otro y me he echado las manos a la cabeza. Está claro que la maternidad te hace tragar tus palabras, una por una. Hasta que te arrepientas de todos eso NO que dijiste.

Esa serie ha hecho que me encoja, sonría y me estremezca a partes iguales. Que admita que a pesar de mi vena de mujer independiente, moderna y actual, ser madre es algo que me ha marcado de por vida. Y que ya nunca más podré ver ciertas películas o escenas sin llorar a lágrima viva.

Que parir duele, que las contracciones son horribles pero que la sensación de coger ese ser con tus manos y ponerlo junto a tu cuerpo, es algo que con el tiempo se añora, se mira como quien mira el pastel más rico de chocolate jamás visto y se relame recordando su sabor dulce.

LOCURA TRANSITORIA

Y aunque parezca contradictorio no volveré a ser madre, digamos que el tiempo paso, pero esta semana me acuesto con la alegría de saber que la espina se fue y sólo me quedo el olor de la rosa. Que repetiría una vez más por oír eso de "empuja, ya está aquí o ya le veo la cabecita" y que eso entre otras se lo debo a las comadronas y mi ginecólogo. A esas personas que me acompañaron en mi último parto e hicieron que con el tiempo, está loca madre de baja resistencia, sea capaz de mirar una pantalla y plantearse de manera ingenua el volver a ser madre.

*Todas las viñetas de este post son de la artista


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