Revista Cultura y Ocio

Logan o la sublimación del sufrimiento

Publicado el 06 marzo 2017 por Mauro Marino Jiménez @mauromj

Un personaje que no puede morir, pero pierde a sus seres queridos cuando empieza a amarlos con profundidad. Que busca la paz, pero es perseguido por sus habilidades naturales. Que encontró un hogar donde fue querido, pero debe protegerlo más allá de sus fuerzas.

Si solo tomamos estas premisas, es poco probable que pensemos en una típica película de superhéroes. Es más, ninguno de los personajes que llevaron ese nombre llevará el rastro de una capa o uniforme que describa su distinción como tal. Tampoco habrá cameos de Stan Lee o humor gratuito. Por ello, y otras razones escondidas, la última participación de Hugh Jackman con el personaje de las garras de adamantium es, sin dudas, la mejor de todas.

Logan es una película sincera, desprendida de efectos especiales espectaculares, sin flashbacks que expliquen la situación de quien fue el miembro más representativo de los X-men. Todo lo que le queda, al inicio de esta imagen futurista es un empleo en la frontera de México con los Estados Unidos, una persona muy especial que cuidar y alguien que desea ser su amigo en el sentido más franco del término. Logan, como personaje, desea mantenerse en el anonimato. Sin embargo, el peso de quien fue alguna vez pondrá a prueba su capacidad natural para meterse en problemas.

Quienes hayan visto los trailers observarán que la trama gira en torno a proteger a una niña con las mismas habilidades que el protagonista. Y de ello va casi toda la historia. Sin embargo, muy en el fondo, todo dependerá de quién es realmente el hombre de las garras. De allí el escueto título. Allí están sus miedos, sus incongruencias, sus esperanzas y su verdadera naturaleza. Una película en la que no habrá música que exprese heroísmo, pero lo destilará sutilmente en la memoria de un hombre que debe vencerse a sí mismo ante los ojos de quien representa el futuro. Por ello, la película es lo que él representa y que la niña decidirá asimilar como propio. El ciclo de la vida se ve genialmente presentado desde el perfil de uno de los mayores antihéroes de nuestros tiempos.

En suma, Logan es una película ineludible, incluso para quienes no han visto o querido soportar el tufo de películas para superhéroes. Su diálogo con el western, el drama y la descomunal batalla de la vida contra la muerte es una suma digna de aplaudir y celebrar.


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