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Los 30.953 trozos del cerebro de lenin

Publicado el 24 enero 2024 por ArÍstides

EL DESTINO BARAJA LAS CARTAS, NOSOTROS LAS JUGAMOS de Stalin.

LOS 30.953 TROZOS DEL CEREBRO DE LENIN

Se cumplen 100 años del fallecimiento de Vladimir Ilich Uliánov, más conocido como Lenin. Dicen de él que fue un gran lector, lo cual le honra dependiendo de lo que leyese, claro. Le dio tiempo a darle a la pluma y escribir como un descosido que se definía a sí mismo como "revolucionario profesional". Dominaba la oratoria y disfrutaba con las discusiones políticas. Además, durante cuatro años fue el creador y el capo de la URSS, donde quiso hacer real la utopía comunista. Pues casi nada.

El personaje despertaba tanto interés que lo embalsamaron y le extrajeron el cerebro en búsqueda del motivo de tanto talento y genialidad. Corría el enero de 1924, y las mentes más preclaras para este tipo de asuntos estaban en Alemania. Así que, a propuesta del ministro de Salud Nikolai Semashko, el Politburó envió al médico alemán Oskar Vogt parte de su cerebro para que lo estudiara.

"A Stalin no le gustó la idea de que un extranjero estuviera involucrado en este proceso, que no podía controlar". En total y para no aburrir: que el cerebro fue cortado en lonchas, como si un charcutero lo hicera con jamón de york. Y sí, sacaron 30.953 trozos de cerebro y como tenían de sobra, enviaron una para Alemania por aquello de la Internacional Socialista, digo yo, que no lo sé. Lo que sí puedo afirmar es que, terminada la II Segunda Guerra Mundial, los soviéticos realizaron una operación secreta para recuperar la loncha de cerebro antes de que cayera en manos de los americanos.

Durante muchos años, y dependiendo del interesado, ha habido muchas teorías: que si el cerebro pesaba poco (1,3 kilos) y presentaba una "complejidad de relieves y peculiaridades en la configuración de los surcos y circunvoluciones, especialmente en su lóbulo frontal", dignos de alguien con "altas capacidades intelectuales"; que si "las neuronas piramidales de la capa III de la corteza cerebral de Lenin eran excepcionalmente grandes y numerosas" -ojo on ello, puede ser un un indicador de retraso mental; que si "ciertamente tenía un lóbulo frontal grande y un gran número de neuronas piramidales. Ahora, ¿qué significa eso? Sólo podemos especular (...) ese cerebro no tiene nada especial ", admitió en 1993 el doctor Oleg Adrianov.

Bueno, pues no lo sé, ni se sabe. Pero lo cierto es que el Lenin embalsamado y expuesto sin cerebro junto a las murallas del Kremlin fue objeto de veneración y de propaganda política que le vino muy bien a algunos, comenzando con Stalin. El culto a su personalidad y su inmortalidad (me suena a religión) fue parte de la estrategia de la URSS. Y se acabó, por hoy,


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