Los 7 peores tipos de profesor

Los profesores, esos seres con los que nos pasamos tantas horas encerrados en un aula. Están ahí para enseñar, para inculcarnos el conocimiento necesario de su materia, pero cada uno lo hace de un modo distinto. Los hay buenos, y de muchos tipos. Los hay que te enseñan muy bien su materia sin más, los hay que simplemente te cae bien. Luego están los profesores guapos, hora a la que nunca se falta, pero además de todos esos, están los profesores malos, aquellos que por algún motivo detestas con toda tu alma. Por desgracia no son pocos, y cada uno tiene sus características particulares, así que aquí van los peores tipos de profesores:

– El profesor mandón: Es aquel, al que le denegaron el acceso al ejército por su poca altura, o por cualquier otro motivo horrible de la vida, y vuelca toda esa frustración sobre sus alumnos, convirtiendo sus clases en una corte marcial, donde impera la disciplina férrea y su palabra es ley.

– El profesor amigo: Todos hemos tenido alguno de estos. A priori están muy bien, pero es una trampa, no te dejes engañar. En sus clases suelen caminar entre las mesas, y antes de que empiece charlan con sus alumnos. Durante las clases suelen intercalar chistes, siempre malos, de los que la gente se ríe por cortesía, por no dejarlo quedar mal. Lo malo de estos profesores suele venir al final, con el examen en el que ya no hay risas ni bromas, solo una crueldad impersonal con la que suspende sin piedad a los alumnos con los que antes bromeaba.

– El profesor engreído: Este cae mal por sistema. Suele ser una persona que quería llegar lejos y no lo consiguió. Como última salida acabó dando clases y se venga de su fracaso en sus alumnos. Hace preguntas que no conocemos, para luego decirnos la respuesta con el tono engreído y ridiculamente infantil de “Yo lo sabía y tú no”.

– El profesor cotilla: Este tipo de profesores no se preocupan demasiado por dar clase. Para ellos el aula, es un plato de sálvame en el que hablar mal de sus compañeros de trabajo, de las cosas que estos hacen mal, de como iban vestidos o de su forma de hablar. En definitiva, un maruja total.

– El profesor fumador: Para él, las clases son lapsos de tiempo entre cigarrillo y cigarrillo. Suele apestar a tabaco y a medida que se acerca la hora de salir empieza a hablar rápido y a ponerse nervioso. En cuanto el reloj da la hora, sale escopetado en busca de ese cigarrillo que lleva una hora esperando.

– El profesor Iracundo: A pesar de ser malos, son muy divertidos. Tienen una vena siniestra que pugna por salir a la luz. Cualquier cosa les ofende, y cuando lo hace liberan a la bestia que llevan dentro y se pasan media hora con la cara roja y echando espumarajos por la boca mientras te echan la bronca por cualquier minúsculo comportamiento que no soportan. En el fondo es divertido verlo, así que los alumnos los provocan para divertirse un rato y para perder clase.

– El profesor faltón: El último y el peor de todos. Estos pierden clase cada dos por tres. Siempre tienen algún cursillo, una cita con el médico, o se les muere repetidamente la madre. Da igual el motivo, pero siempre faltan a clase. Esto en principio puede parecer bueno, tienes una hora libre para adelantar lo de la hora siguiente, lo malo es que cuando vienen para dar clase, quieren adelantar todo lo perdido en las horas anteriores provocándote un cacao mental inigualable.

Estos son, en mi opinión los peores tipos de profesores. Todos malos, a cada cual peor. Por desgracia tenemos que aguantarlos día tras día así que, bueno, por lo menos podemos reírnos de ellos.

Silvestre Santé