Revista Opinión

Los abrazos de Obélix

Publicado el 13 junio 2016 por Jcromero

Particularmente espero poco de un país donde la corrupción, el aumento de la desigualdad o la injusticia social no tienen la respuesta electoral que merecen. Es cierto que llevo algún tiempo ataviado con los ropajes del escepticismo, pero la actualidad parece una noria que, por mucho que gire, siempre está en el mismo sitio, incitando a la indiferencia y al desafecto. Quisiera despojarme de esta indumentaria y depositarla en algún contenedor de ropa usada para su reciclaje; pero, en el armario donde me visto, de momento, no hay dónde elegir.

Diógenes caminaba por las calles de Atenas, a plena luz del día, con una lámpara encendida en la mano. ¿Qué buscas?, le preguntaban. Busco un hombre, respondía mientras seguía rastreando para evidenciar que no lo había encontrado. Ahora, hay ciudadanos que deambulan por este territorio, con una lámpara en la mano, buscando esta vez no un hombre, sino algo parecido a un proyecto, a un ideario, un discurso, un mensaje capaz de ilusionar y reconciliar a tanto votante escéptico o desengañado.

Estamos en campaña y lo principal pasa a un segundo plano. Ahora, parece definitivamente roto el vínculo de la política con las ideas y los programas en favor del márquetin y la estrategia. Ahora es el tiempo de las palabras grandilocuentes, de los eslóganes y del culto al líder. Un culto tan antiguo que no cabría en la nueva política no por viejo sino por nocivo. La democracia no está en nuestro ADN; hay que aceptarla desde el conocimiento de la realidad, el respeto a los ciudadanos, el espíritu crítico, el reconocimiento y rectificación de los errores; la adoración al líder va en sentido contrario. En fin, hoy que es lunes y hay debate de los cuatro aspirantes a presidir el Gobierno, dedicaré ese tiempo a otras cosas. Si tuviera la tentación de ponerme delante del televisor, temo que me volvería abstencionista y no quiero.

Resultaría conmovedor si fuera cierto. Hace unas semanas cuando surgió Unidos Podemos la prensa publicaba señales de preocupación y advertencias por IU. Partidos políticos rivales y personas que probablemente nunca habían apoyado a esta formación, alertaban del peligro de absorción que corría al unirse a Podemos. Ahora, en estos días, desde Unidos Podemos, con una preocupación tan auténtica como la anterior, eso sí en tono muy fraternal, avisan al PSOE de posibles errores. Joder, ¡lo que hace una campaña electoral o el considerarnos idiotas! Cansa tanto engaño y tanta hipocresía; ¿desde cuándo un partido se preocupa por los errores del contrario? Demasiado cutre y viejo como el abrazo del oso. ¿Recuerdan los abrazos de Obélix destrozando las espaldas de los romanos? Pues eso.

Es lunes, escucho a Imer Santiago:

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