Revista España

Los Alpes tinerfeños

Por Chicharros Enlatados
Una vez asentados, y aprovechando el Puente de la Constitución, decidimos emprender –sin demasiada planificación y con el único apoyo de mi desactualizado mapa- nuestra primera rutilla por Tenerife. Santa Cruz está en la parte nor-oriental de la isla, así que decidimos tirar un poco más para arriba (hasta donde llegan las carreteras).
Lo primero que nos encontramos fue con la Playa de las Teresitas, una playa –todo hay que decirlo- un poco cutre, aunque para alguien de Madrid tener una playa a cinco minutos de casa, por muy pequeña que sea, es un lujazo si se compara con los 330 kilómetros de atasco que hay que chuparse para llegar a la Malvarrosa valenciana –otra playa que no es que sea precisamente la reostia, al menos no en mi opinión-.
Los Alpes tinerfeñosPlaya de las Teresitas (Foto: Auro)
Tras echar unas fotillos decidimos proseguir nuestro camino montaña arriba, adentrándonos en el interior de la isla. Pasados unos minutos daba la sensación de estar subiendo a los Lagos de Covadonga, con rampas muy empinadas y una calzada cada vez más estrecha –algo aún más evidente cuando nos topamos con un autobús-.


Los Alpes tinerfeños

Ajustadito, ajustadito (Foto: Auro)
En pocos kilómetros entramos en el Parque Rural de Anaga, una enorme amalgama de montañas desde la que se disfrutaba de unas vistas espectaculares. Enseguida superamos los 1.000 metros de altura, algo que parece increíble cuando apenas has recorrido 10 kilómetros desde el nivel del mar.Los Alpes tinerfeños
Un momento de la ascensión (Foto: Auro)
Cuando nuestro estómago estaba a punto de decir basta a tanta curva y al rápido cambio de altura, decidimos hacer una paradita (ni siquiera en el barco tuve la sensación de marearme tanto). Desde allí se podía ver el mar bañando las costas de uno y otro lado de la isla. Una panorámica muy chula.


Los Alpes tinerfeños

Costa occidental de la isla (Foto: Auro)
Tras hacer propósito de regresar a esta parte de la isla para hacer senderismo, cuando nos dé por sacar a relucir nuestra vena más deportista (esto es como lo de hacer dieta, “mañana empezamos”, luego te da pereza y ya sabemos cómo se acaba, en un chiringuito playero disfrutando de papas arrugadas y Arehucas-Cola), tiramos para San Cristóbal de la Laguna, una preciosa ciudad que será motivo del siguiente post.
Los Alpes tinerfeños

La isla desde las alturas (Foto:Auro)
En definitiva, y a diferencia de lo que solemos pensar los madrileños, Tenerife –y en general todas las Islas Canarias- no sólo se reduce a sol y playa; de hecho, se podría decir que aquí hay más montaña que playa, al menos por el norte de la isla.

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