Revista Educación

Los beneficios de cocinar con niños

Por Noelia-Golosi @ElBlogDeGolosi
Los beneficios de cocinar con niños

Si digo que gracias al éxito de Master Chef Junior ahora todos los niños quieren ser cocineros cocinillas, no os descubro nada. Si os cuento que la cocina no es lo mío y que en casa se cocina lo justo y necesario y nada elaborado, tampoco. Y aunque está tan de moda lo de cocinar con niños y a mis hijos les encanta, a mí no me seduce nada.

Así que imaginad, Marcela y Bruno ansiosos porque les deje cocinar algo y yo poniéndome mala solo de pensarlo. Reconozco que se me hace un mundo solo pensar en cosas como buscar una receta que puedan hacer ellos; hacerme con los ingredientes, que seguro que no tengo en casa; pasarme un rato largo en la cocina, seguramente con Bruno molestando y Marcela poniéndose de los nervios por él; pelear con el peque para que no coja los cuchillos o convencerle de que él puede batir el huevo mientras yo hago otro paso más complejo; recoger todo al acabar... Y es que parece que me estén pidiendo construir el Taj Mahal en casa.

¡No me gusta cocinar! No hay más. Ni disfruto haciendo nada en la cocina. He intentado convencerme de lo contrario; he llegado a creerme que no es que no me guste la cocina o que no sepa cocinar, sino que lo único que me falta es práctica. He llegado incluso a creer que sería capaz de repetir alguna receta que la primera vez me salió buena. Y no; segundas partes nunca fueron buenas quizá no es el mejor refrán del mundo, pero en mi relación con la cocina es cierto. Hasta tuve una época de fiebre repostera en la que, si bien no hice galletas más de tres veces, me compré todo tipo de artilugios e ingredientes que ahora viven escondidos en armarios y cajones.

Pero a pesar de mi rechazo a cocinar por placer, alguna vez me he rendido a mis hijos y, además de galletas, hemos hecho alguna coca malfeta o coca de yogurt. O les he preparado ingredientes para que hagan brochetas de fruta o de cherry y mozzarella. También les he dejado batir algún huevo. Incluso hemos preparado pizzas juntos. Y aun siendo estos momentos de cocina tan simples, mis hijos han disfrutado y yo me he sentido bien por ello y porque sé que son muchos los beneficios de cocinar con niños:

  • Se divierten mucho y tú eres feliz viendo cómo lo hacen.
  • Aprenden: tipos de alimentos; de dónde vienen; texturas y sabores; matemáticas (por ejemplo pesando o contando); nuevas palabras relacionadas con la cocina...
  • Es una buena forma de transmitirles valores como la ecología (ahorro de agua, reciclaje...) y la solidaridad (no tirar la comida, por ejemplo)
  • Trabajan la motricidad.
  • Impulsan su creatividad.
  • Ejercitan la capacidad lectora, por ejemplo leyendo etiquetados o recetas.
  • Les ayuda a adquirir hábitos de vida saludables: higiene, dieta equilibrada...
  • Es una buena forma de pasar tiempo en familia.
  • Adquieren autonomía y responsabilidad. Y mejoran su autoestima.
  • Y lo mejor, aprenden a cocinar y pueden liberarte a ti de esa tarea, jijiji.

Así que yo me prometo esforzarme un poco más, dejar al lado la pereza y los reparos y disfrutar con mis hijos de algunos ratos de cocina.

Marcela sigue en su empeño de cocinar algo y lleva varios días ojeando los libros de cocina para niños que tenemos en casa: Recetas para cocinar con niños, de MasterChef Junior, y Con la comida sí se juega. He visto que los tiene repletos de post-it con anotaciones, así que seguro que pronto toca sesión cocina.

Los beneficios de cocinar con niños
¿Cocináis con vuestros hijos? Seguro que se os da mejor que a mí, que hasta pelar una simple pieza de fruta me da pereza.

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