Revista Cuba

Los Castro y su parálisis por su ineptitud y miedo al cambio.

Publicado el 20 octubre 2016 por Yusnaby Pérez @yusnaby
paladar

Durante más de cinco décadas los hermanos Castro han tenido un culpable a quien echarle la culpa de sus fracasos, el Embargo norteamericano, al que llaman pomposamente “Bloqueo del Imperialismo Yanqui” y que para el régimen ha sido el causante de todos los males que ha sufrido Cuba. Aparte, siempre han tenido un mecenas que les ha ayudado a salir. El último fue el gobierno de Venezuela y su revolución Bolivariana.

Pero todos sabemos que el Embargo ha sido prácticamente inexistente  y sólo ha servido como pretexto, pues Cuba ha tenido y tiene acceso a comprar casi todo lo que quiere en cualquier país del mundo (La Unión Europea, Japón, Canadá, México, Argentina, Brasil, etc.). El mismo embargo “original” incluso permitía a Cuba comprar Alimentos y Medicinas en Estados Unidos.

Pero por décadas el embargo fue el pretexto para justificar la ineficiencia y la incapacidad del sistema castrista para producir y generar riqueza a pesar de los salarios miserables que reciben los cubanos por su trabajo. Mantener congeladas las relaciones, sin hacer ningún cambio, les ayudaba a mantener el pretexto. Ese pretexto, ayudado a un control total de la información les permitía mantenerse en el poder sin ser cuestionados.

Pero de repente llegó Barack Obama y decidió cambiar totalmente las reglas del juego. Y aunque no podía eliminar el embargo, pues eso solo podía hacerlo el congreso, si pudo reducirlo a su mínima expresión. Se restablecieron las relaciones diplomáticas, y Estados Unidos se abrió a Cuba quedando el embargo reducido a muy poco.

Y muchos de los cambios son muy visibles. Los norteamericanos pueden visitar Cuba casi sin restricciones, Cruceros y Aerolíneas Comerciales han establecido rutas comerciales a Cuba. Los precios de los pasajes aéreos se han reducido enormemente, el correo ya viaja directo, y dentro de los acuerdos iniciales, Estados Unidos negoció con Cuba la expansión la Internet, lo que hizo que el gobierno abriera zonas Wi-Fi en muchos parques donde los cubanos podían conectarse, aunque a precios exorbitantes. De repente Cuba se  asomó al Siglo XXI.

Viendo las experiencias de otros países como China y Vietnam, Cuba decidió permitir algunas actividades privadas y como a los castristas les gusta llamar a las cosas con un nombre incorrecto para disfrazar lo que hacen, al Sector Privado se le llamó cuentapropismo, a los Restaurantes se les llamó Paladares como al sistema que tienen implantado le llaman socialismo cuando de socialismo no tiene nada ya que es una mezcla de castrismo con un totalitarismo represivo que el socialismo verdadero no tiene.

Vamos a ver qué nombre le ponen a la inflación y a la devaluación que habrá cuando unifiquen la moneda, desaparezca el CUC y sobreviva el Peso Cubano que de acuerdo a las leyes económicas debería establecer su valor real en base a la oferta y la demanda pero que en la práctica será el gobierno el que fije unilateralmente un tipo de cambio y eso es una receta para el fracaso, ya que el valor asignado políticamente quedará subvaluado o sobrevaluado.

En mi opinión, el peso cubano quedará subvaluado, para que el poder adquisitivo sea menor y no se ejerza una demanda para adquirir bienes que el gobierno no está en posibilidades de satisfacer. De hecho solo el establecimiento de un mercado realmente libre a todos los niveles, podría solucionarlo, pero en Cuba no se planea abandonar la planificación central de la Economía.

Ahora, el gobierno está limitando las actividades privadas, y no otorgará más licencias a paladares. O sea, está quitando algo que había funcionado. Esto me lleva a pensar que ante la virtual eliminación del embargo, y el crecimiento del cuentapropismo, el gobierno cayó en un estado de pánico o miedo a que el control se le salga de las manos.

Sin un imperialismo a quien echarle la culpa, y con un sector privado que crecía día a día y adquiere mayor poder económico, era previsible que a la large retara el control político del estado. Un sector del gobierno cayó en un estado de pánico por ese cambio que se veía venir. Y al no saber cómo reaccionar quedó paralizado por el miedo y ante su incapacidad para manejar ese cambio, prefirió dar marcha atrás, dejar de otorgar permisos y tratar de cerrar los paladares existentes.

Sin duda esto ha creado tensiones dentro del gobierno, que se han minimizado por la autoridad del apellido Castro. Pero los históricos con ese apellido tienen los días contados. Como ya he dicho, son ancianos y la Biología es inmutable. Si llegara otro Castro, no vendría acompañado de la autoridad y ascendencia de los históricos. Y si llega alguien que no se apellida Castro, la mesa queda puesta para que comience una lucha por el poder en la que el pueblo va a tener voz.

Este retroceso y esta parálisis por miedo, son los primeros síntomas de un sistema enfermo con una enfermedad terminal. Estamos viviendo el comienzo del fin del castrismo, aunque todavía no sabemos qué vendrá después.


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