Revista Cultura y Ocio

¿Los clásicos al paredón? o ¿condenados al ostracismo?

Publicado el 13 mayo 2010 por Carmina
¿Los clásicos al paredón? o ¿condenados al ostracismo?
En mi época de estudiante leí muchos de los clásicos que hoy tengo en mi haber, libros que en muchas ocasiones me llegaban de tercera o cuarta mano, y vete tu a saber si no más, y que estaban amarillitos unas veces y muy bien cuidados otras, y que yo devolvía en el mismo estado en que me llegaban, lo que fuera por aligerar la ya pesada carga monetaria que mis padres arrastraban conmigo entre los libros obligatorios y los que compraba por devoción. Supongo que mi época de estudiante no fue muy distinta de lo que habrá sido la de muchos lectores de este blog.
Sin embargo en los últimos años y con el nuevo sistema educativo, que ayer trataron de explicarme sin mucho éxito, porque no llegaron a convencerme que era mucho mejor que el que ya había en mi tiempo, a los niños se intenta no forzarlos a leer cosas que podrían no ser de su agrado y podría llevarles a abandonar los estudios. Me quedé con los ojos como platos, aunque la verdad es que ya sabía que en los últimos tiempos los niños solían leer bestsellers más que otra cosa.
A principios del curso escolar, mientras disfrutaba de una sesión de tintado en la peluquería, léase la sorna que imprimo al comentario, la hija de la peluquera a la sazón estudiante de tercero de ESO, interrumpió mi placentera lectura para preguntarme que libro escogería yo entre los que le habían propuesto en el instituto para el primer trimestre. Incauta yo pensé que habría algún clásico, sin embargo cuando me cantó la lista, debió ver mi cara de perplejidad, porque me dijo, ay no me digas que no te has leído ninguno y ni siquiera te suenan.
Y tanto que me sonaban, Los hombres que no amaban a las mujeres, La catedral del mar, y Sentido y sensibilidad, ante una oferta tan variada tuve que preguntarle a la muchacha que esperaba de su lectura, y entonces quizás podría aconsejarle uno.... a lo que ella me contesto, uys yo no espero nada, tengo que leerlos y ya esta. Respuesta para mi desconcertante donde las haya esa es la verdad, así que comencé con mi perorata, si quieres algo que se lea sin más y tenga su dosis de emoción e intriga pues yo cogería el de Larsson, ahora bien tiene un buen montón de páginas, La catedral del mar es preciosa, pero no es tan entretenido de leer como el de sueco y tiene menos hojas, y sentido y sensibilidad quizás sea al que más atención le vas a tener que prestar para captar su esencia pero también es el que menos páginas tiene.
Después de mi lección magistral y de dejar bien claro que si me los había leído, la niña toda compungida me soltó, pues ya está claro cojo el más largo porque posiblemente también será el que me leeré más rápido, teniendo en cuenta que tiene que caer en menos de una semana. No pude reprimir mi ironía y le dije mujer también yo tuve que leer los dos tomos de El Quijote en castellano antiguo en menos de quince días y no me he muerto... ahí los ojos de la chiquilla se abrieron como platos....
Ayer después de casi hora y media de charla con el sicólogo del IES, en los que intento según él quitarnos el miedo escénico que los padres sentíamos ante el cambio de etapa de nuestros hijos, encontré la razón por la que los clásicos no se estudian en secundaria hasta que ya es bastante tarde, y es por que la ESO es una etapa terminal y propedéutica... tremendo palabro se han sacado de la manga por dios.
Es terminal no porque nadie la palme cuando cumple los 16 años, si no porque el niño puede elegir salirse del sistema educativo para buscar un empleo, siempre y cuando haya superado un graduado en ESO porque si no claro lo lleva con los tiempos que corren. Y es propedéutica, porque sirve de trampolin hacia el bachillerato y los módulos de oficios para aquellos que quieran formarse más. Continuaba de esta manera el sicólogo se tienen que integrar ambos mundos, porque si alguien no va a seguir estudiando que sentido tiene que se le den ciertos contenidos, y si lo va a seguir haciendo se le introducen más tarde.
En lenguaje llano que todos comprendemos, se tiran cuatro años viviendo de rositas y al llegar a bachiller les dan un buen golpe porque los tienen que recuperar en tres trimestres. Y ahí es donde los que han elegido humanidades empiezan a leer algún clásico. Y digo yo tan traumática resulta la lectura de los clásicos para los jóvenes de hoy en día?, ¿Tan fuertes eramos nosotros?, al menos yo leía un autor por movimiento literario que estudiaba, cuando no dos, y no siempre por propia voluntad.
El paso de mi hijo a la ESO reconozco que me esta dando muchos quebraderos de cabeza, quizás por los dimes y diretes que circulan por los pasillos y a la puerta de la escuela, las experiencias de otros padres y las charlas en las que he coincidido con padres de niños que ya han vivido su primer año de experiencia, he volcado mis tribulaciones en mi otro blog, al menos me ha servido un poco de desahogo.
Pero me lleva a plantearme que problema representan los clásicos para los jóvenes de hoy en día, mi hijo si ha leído a algún autor clásico ha sido por inicitiava propia, en el colegio les ponen libros muy actuales que estimulan la picaresca de los niños, porque no habrán leído el Lazarillo de Tormes pero han desarrollado a la perfección el manual del pillo.... y digo la estimulan porque para unos suponen un insulto porque se leen todo lo más en una hora y a otros no les merece la pena su lectura y se copian los cuadernos decompresión lectora de los compañeros o copian el argumento del libro y los que han desarrollado másla picaresca de internet, donde no hace falta recordar que abundan las reseñas de ciertos libros.

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