Revista Cultura y Ocio

Los consejos de Napoléon: Pluma nueva escribe mejor

Publicado el 30 agosto 2015 por Revista Pluma Roja @R_PlumaRoja

Las ratas de bibliotecas somos seres afortunados porque no solo tenemos la posibilidad de leer lo que el Estado nos obliga a través de su plan de educación sino que además contamos con la magnífica bendición de encontrarnos textos preciados que quizás no son muy populares ni de fácil acceso, pero cuya lectura nos revive el alma y nos impulsa a creer más aún en la humanidad. Es por hallazgos como el que les presentaré en esta ocasión, que un ratón de biblioteca se siente feliz de hurgar en páginas desconocidas para encontrarse, acaso sin buscar, con un pedacito del alma propia.

En esta ocasión tengo el placer de presentarles el sencillo y majestuoso primer libro del poeta favorito de Pluma Roja: Pablo Mirlo. Su obra se titula Poesía barata y fue editada hace unos meses apenas por la editorial Opalina Cartonera, así que se trata de pura palabrería reciente y fresquita. Pablo Mirlo es un poeta, cantor, traductor, buen ser humano y muchas otras cosas bellas residente en La Serena, Chile; lugar donde nacen todos sus anhelos que él magistralmente convierte en poesía cargada de sentimiento, lucha y arte. Lo que más me emociona de escribir esta columna, más allá de la evidente emoción que siempre carga un ratón de biblioteca en estas circunstancias, es que siempre es un honor leer y presentar artistas nuevos que creen en el poder de la palabra y que la utilizan como arma para manifestarse en una sociedad que parece desconectada del lenguaje tan propiamente humano. No es casualidad que en la fecunda tierra de Gabriela Mistral (Premio Nobel de Literatura 1945) existan poetas concienzudos dispuestos a plasmar sentimientos con el solo ánimo de aclarar corazones, por tanto es nuestro deber apreciar a nuestros artistas, darle el espacio que merecen dentro de la sociedad e instarlos a seguir siendo los portavoces del pueblo.

No resulta alocado, entonces, concluir que contar con un poeta en la sociedad es contar con un tesoro capaz de transformar con la palabra un momento y por qué no, un mundo. Más que invitadxs quedan todxs a pasearse por los versos de este gran autor en cuyo futuro se presagian muchos más versos, muchos más éxitos. Así al menos lo vaticina Pablo en Sobre un jardín de huesos rotos, el último poema de su libro:

Sembraremos el jardín de estrellas.

Lo sembraremos con nuestros sueños,

que éstos son inmortales,

y no hay fusil que los convierta en huesos.


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