Los Constructores de las Prámides, George Rawlinson

Es difícil para un europeo o un estadounidense que no haya visitado Egipto darse cuenta de la concepción de una Gran Pirámide. La forma piramidal ha dejado de usarse como un tipo arquitectónico de perfección monumental; no, incluso como un embellecimiento arquitectónico. Mantuvo una posición honorable en la arquitectura desde su primer descubrimiento hasta la época de los reyes macabeos (1 Mac. Xiii. 28); pero, nunca habiendo sido adoptado ni por los griegos ni por los romanos, pasó a la desunión en el Viejo Mundo con la conquista de Oriente por Occidente. En el Nuevo Mundo se descubrió que existían los primeros descubridores, y luego ocuparon un lugar destacado en lo que respecta a la raza nativa que había llegado más lejos hacia la civilización; pero el fanatismo español miraba con horror todo lo que estaba conectado con una religión idólatra, y las pirámides de México fueron primero injustamente heridas, y luego se les permitió caer en tal estado de descomposición, que algunos cuestionaron su forma original. Una visita a las llanuras de Teotihuacan no transmitirá a la mente que es un espacio en blanco sobre el tema la verdadera concepción de una gran pirámide. Requiere una peregrinación a Ghizeh o Saccarah, o una Imaginación animada y bien instruida , para permitir que un hombre llame ante su mente la verdadera forma y apariencia e impresionante de tal estructura.LEER MÁS »